Si te pregunto por el mejor videojuego de todos los tiempos es probable que hables de franquicias como 'Super Mario', 'Metal Gear Solid', 'Grand Theft Auto' o incluso 'Tetris', pero va a ser difícil que acudas a la saga 'Persona' tal y como hizo la mítica revista Famitsu.
Con 62 juegos repartidos entre ocho sagas, casi diez series de animación y cinco películas, no deja de resultar raro que así sea. Estamos ante una colección realmente impresionante para una saga de videojuegos que, sin embargo, es probable que a muchos les suene a chino. Al fin y al cabo todos hemos oído hablar alguna vez de 'Final Fantasy' o 'Dragon Quest', pero 'Megami Tensei' no es un nombre que se escuche a menudo. Y debería.
De la pechuga rebozada a los pies de cerdo
Quienes me conocen saben que soy el menos indicado para hablar sobre el sentimiento que produce un JRPG. Me considero una persona impaciente, no soporto las conversaciones banales y no caso en absoluto con el humor nipón. Soy, por así decirlo, la antítesis de un género que se toma su tiempo, se centra en hablar de preocupaciones que están a kilómetros de distancia y hacen chistes de ropa interior que dejaron de hacerme gracia hace 20 años.
Con un inicio así auguraría un texto difícil de parir de no ser porque, gracias a todo eso, también soy el perfecto ejemplo de por qué la saga ‘Persona’ es una absoluta maravilla. Un abismo al que me costó horrores asomarme y que, gracias a ‘Persona 5’, me ha convertido en uno de esos evangelizadores de la franquicia que se ven a menudo en la red.
Me gusta comparar lo mío con esta saga con algo tan simple como la comida. Habiendo sido yo un crío bastante complicado a la hora de comer, lo que siempre he intentado con mi hijo es que, como mínimo, se anime a probar todo lo que hay sobre la mesa. Que abandone cualquier atisbo de rechazo hacia texturas, colores u olores para comprobar a ciencia cierta si lo que hay sobre el plato le gusta o no.
Como a él, ahora me veo en la obligación de decirte que abandones cualquier idea que puedas tener sobre el JRPG y la saga ‘Persona’. Que te dejes llevar y te plantes frente a ella con la mente más abierta posible para descubrir si, como yo, un juego como ‘Persona 5’ puede convertirse en uno de los mejores que has probado jamás.
Vida y obra de la saga Persona
Para entender de dónde viene tanto revuelo es imprescindible hacer un buen viaje al pasado. Toca irse 32 años atrás para vivir el lanzamiento de ‘Megami Tensei’, el juego para NES del que partió toda una saga que ha acabado derivándose en un vendaval de spin-offs, merchandising y series de animación. Un fenómeno que iría saltando de consola en consola con una enorme evolución a sus espaldas pero un mismo denominador común: la caza de seres y la psicología como principales pilares.
Quienes aquí vean el caldo de cultivo perfecto para lo que luego supuso la serie ‘Pokémon’ no van muy desencaminados. La captura de entes sacados de distintas creencias e historias es la principal baza de una franquicia que desde 1987 tiene al público coleccionando, fusionando y subiendo de nivel a criaturas oscuras preparadas para combatir a través de mazmorras.
Pokebolas a un lado, la captura de estos seres acababa siendo igual de bizarra que la historia en la que estaba inspirada. El libro ‘Digital Devil Story’ y su particular marcianada a la hora de invocar demonios a través de un programa informático. Todo ello en un Japón postapocalíptico atacado por los estadounidenses. Pese a verse modificada a través de la franquicia, la idea que se mantiene es la de poder ganarte el favor de esos seres tras una conversación, convenciéndolos así para unirse a tus filas.
El texto y la absorción de lo que ocurre a tu alrededor deja de ser con ello una mera herramienta para llevar adelante la historia. Es también la mecánica principal que dictará tu victoria o derrota si no eres capaz de acumular y fusionar el mayor número de monstruos posibles.
Con el tiempo la saga empieza a experimentar con su historia y planteamiento para dejar atrás la vista en primera persona de un Dungeon Crawler y acercarse a lo que hoy relacionamos como RPG, los paseos aquí y allá de unos protagonistas que buscan salvar el mundo. Todo hasta alcanzar en 1996 el lanzamiento de ‘Shin Megami Tensei: Persona’ y, con él, el spin-off que se ganaría el favor de occidente.
Persona: la máscara del actor
Basándose en el éxito de uno de los ‘Shin Megami Tensei’ más recientes, el primer ‘Persona’ dejaba atrás aquél Japón del fin del mundo para centrarse en un escenario nipón cotidiano. En él, un estudiante de secundaria debe hacer frente a la aparición de sombras demoníacas que, una vez bajo su poder, pasarán a considerarse Personas.
El término nace del psicólogo suizo Carl Gustav Jung y, a su vez, de la palabra latina para representar la máscara del actor y el personaje que debe interpretar. Según la psicología junguiana, Persona es ese papel que jugamos para integrarnos en sociedad. Ese otro yo que mostramos al público escondiendo nuestras intenciones reales y adaptándonos a lo que nuestro ambiente y sus opiniones dictan.
Si hay dos adjetivos que caracterizan a todo lo que rodea a la saga ‘Persona’ esos son oscura y valiente, permitiéndose entrar en temas controvertidos como la exclusión social, el acoso, los roles de género o incluso el suicidio. Todo desde una óptica que nunca llega a saber a moralina pero que sí establece una opinión propia dentro del argumento.
La intención crece aún más al llegar a ‘Persona 3’. Allí habiendo abandonado ya la vista en primera persona y las mazmorras como eje principal, el primer juego de la saga en llegar a PS2 introduce el concepto de costumbrismo separando la historia en dos partes muy diferenciadas que se han mantenido hasta hoy.
Por el día deberás comportarte como un estudiante normal, relacionarte con la gente de tu alrededor y estrechar lazos con tus compañeros para descubrir esa otra cara que intentan ocultar. A mayor relación con ellos, más cercanía a su Persona y los monstruos que pertenezcan a ese grupo y, por ende, mayor poder a la hora de afrontar las noches de justiciero y luchando contra las sombras.
El encanto del simulador social
Justo ahí sale a relucir unos de los aspectos más controvertidos de la saga. No es raro que llegados a este punto te sientas atraído por esa necesidad de combatir y coleccionar bestias, dioses y otros seres mitológicos. Tampoco descabellado que la idea de llevar a alguien a estudiar, ir de charla con los amigos o intentar ligar con otros personajes te eche completamente para atrás. ¿Cómo encaja todo eso en la idea de diversión? ¿Cómo puede casar con todo lo demás siendo un componente tan importante en el juego?
Es la típica respuesta capaz de recibir opiniones desde todos los ángulos. Está la de quienes admiran el complejo entramado social que da forma a su argumento, los que valoran ese componente voyeur de acabar averiguando qué hay detrás de cada personaje, o incluso los que aplauden la naturalidad de esa parte del juego y todas las actividades secundarias que se ponen a tu disposición.
Ninguna de ellas fue la que me hizo acercarme a ‘Persona’ como el que cambia la pechuga de pollo por el solomillo poco hecho. En mi caso, la clave desde el principio siempre estuvo en el reto. En la respuesta del juego a la hora de dominar las dos vidas de un mismo personaje y la particular toma de decisiones que implica hacerlo avanzar.
Al principio del juego se nos alerta de que tenemos un año por delante para completarlo y está en nuestras manos el cómo gestionamos ese tiempo. ¿Quieres ir a ligar? ¿A estudiar? ¿A tirar la tarde en unos recreativos? Está a tu entera disposición, pero de cómo domines ese orden de preferencias dependerá tu éxito o tu fracaso en el juego.
Un simulador social exquisitamente bien llevado que no tarda en demostrarte que, con mimo e interés, vas a poder disfrutar mucho más de esa otra parte de combates y coleccionismo por la que has entrado en la rueda. Una rueca que, cuando empieza a girar, acaba por atraparte a base de tejer historias tan entrañables como oscuras y personajes igual de intrigantes que cautivadores.
Persona 5: la puerta de entrada perfecta
La prueba definitiva a si todo lo anteriormente relatado acaba ganándose tu admiración o no está a algo más de 30 euros de distancia. Lanzado en PS3 y PS4 a finales de 2016, el derroche narrativo y visual del considerado como mejor juego de todos los tiempos por la revista Famitsu es la excusa perfecta para darle una oportunidad a la saga.
‘Persona 5’ es una de esas magníficas muestras que, una vez a los mandos y sin importar la experiencia que puedas tener con otras franquicias del género, inevitablemente ofrece la sensación de no haber estado ante nada igual antes. Un juego que entra por los ojos gracias a un diseño artístico y de interfaz espectacular y que, antes de que te hayas dado cuenta, te habrá ganado a los mandos.
A partir de ahí, sigue bajando, termina de enamorarte de la saga con la versión de ‘Persona 4’ y ‘Persona 3’ que más tengas a tu disposición y prueba suerte con todo lo demás. Ten en cuenta, eso sí, que pese a entrar todo dentro de un mismo universo, las diferencias entre unos y otros son más que notables, así que tampoco te preocupes si después de la tercera entrega no te ves con fuerza para continuar atrás en el tiempo.
Lo importante, tal y como le digo a mi hijo, es que pruebes y después decidas. Puede parecer extravagante, estar lejos de la normalidad a la que estás acostumbrado y ser un bocado aparentemente poco apetecible en determinadas circunstancias, pero nada de eso le resta importancia a lo delicioso que es. Puede que las patatas fritas sigan siendo una gozada toda la vida, pero eso no quita que de vez en cuando puedas disfrutar de unas huevas de esturión si te las ponen sobre la mesa.
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La noticia Con más de 60 juegos, series y películas, 'Persona' se ha convertido en una de las mejores sagas de la historia fue publicada originalmente en Xataka por R. Márquez .
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