“Nunca antes tantos competidores habían colaborado de forma tan abierta y frecuente. Nunca antes tantos candidatos habían avanzado virtualmente en paralelo a ensayos de eficacia a gran escala. Y nunca antes los gobiernos, la industria, el mundo académico y las organizaciones sin ánimo de lucro habían invertido más dinero, músculo y cerebro en la misma enfermedad infecciosa en tan poco tiempo". 2020 se acerca a su fin y las listas sobre el "gran descubrimiento científico" del año empiezan a salir a la luz. A diferencia de otros momentos, el consenso parece generalizado: el éxito de la "carrera biotecnológica por la vacuna" es EL descubrimiento del año.
Y 'Science', que ha sido la última en revelar su lista de descubrimientos de año, lo describe muy bien en la cita con la que arranca este artículo. No es solo la proeza tecnológica o el esfuerzo financiero: es que estos diez meses han permitido ver, en vivo y en directo, el potencial de la ciencia y su capacidad para dar respuesta a un problema político, social y sanitario de este orden.
"Inyecciones de esperanza", titulaba la revista y (aunque ya veremos qué nos depara el futuro de la pandemia) no le falta razón.
El "mayor descubrimiento del año", pero no por falta de rivales
Al contrario. Según la redacción de 'Science', el descubrimiento del arte figurativo más antiguo del mundo, la capacidad cognitiva excepcional de las aves, el origen de misteriosas 'ráfagas de radio rápidas', las primeras enfermedades curadas por CRISPR y "la creciente presencia de voces negras en la comunidad científica" podrían haber conseguido esta mención de honor.
No obstante, la lista anterior tiene mucho de ejercicio vacío: lo que significa el éxito de las vacunas era difícil de alcanzar por cualquier otro de los candidatos. Y eso que "la velocidad sin precedentes ha provocado accidentes y, en muchos sentidos, ha revelado fisuras alarmantes" entre la comunidad científica y la política contemporánea; y nos va a enfrentar a cuestiones muy serias sobre cómo estructuramos las relaciones entre la ciencia, la sociedad y la economía.
Desde mi punto de vista, es cierto que el desarrollo de las vacunas (y, concretamente, la puesta en práctica de las tecnologías de ARNm) pueden acabar siendo una de las tres o cuatro grandes revoluciones biomédicas del siglo. Sin embargo, es importante mantener los pies en la tierra. Al fin y al cabo, y si hacemos caso a los pronósticos de la Organización Mundial de la Salud, la pandemia está muy lejos de acabarse. A nivel mundial, ni siquiera iríamos por su ecuador. Queda mucho trabajo y es bueno tenerlo en mente.
Imagen | Hospital Clinic
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La noticia La de las vacunas del COVID era una misión casi imposible, pero han tenido éxito y muy rápido: el descubrimiento científico del año según 'Science' fue publicada originalmente en Xataka por Javier Jiménez .
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