"En 20 años nadie va a tener coche". Con esta afirmación tan contundente el fundador de Uber aseguraba, en una entrevista a El País, que no le ve futuro a la propiedad privada de los coches. Para él, el sector del transporte debería ser un servicio más que una propiedad, y no es el único. Parece lógico pensar que estos servicios afectan y afectarán al sector público del transporte a corto plazo pero ¿también al privado?
La llegada del ride-sharing y Uber
¿Pueden servicios como Uber, Lyft y Blablacar hacer que disminuya la compra de coches entre particulares? Todavía es quizás demasiado pronto para ver el efecto en casi todo el mundo, pero desde la consultora Axil Partners han realizado un estudio en Estados Unidos con un resultado bastante revelador: hasta la fecha se dejaron de vender 500.000 vehículos gracias a iniciativas como Zipcar y Relay Rides.
500.000 coches, teniendo en cuenta que en total se vendieron 15,6 millones de unidades en EEUU, es una cifra a considerar y más sabiendo que tan sólo se han considerado servicios como Zipcar y Relay Rides (básicamente, el primero usa coches compartidos y con el segundo te dejan alquilar tu coche a otros). No se han contabilizado los efectos de Uber y compañía. Dicho informe todavía va más allá y se aventura a afirmar para 2020 la cifra de coches que se dejan de vender será de 1,2 millones.
Los servicios de coche compartido sí que influyen en la venta de coches: en EEUU se calcula que se vendieron 500.000 vehículos menos el año pasado
Tras investigar la situación actual en 10 ciudades y entrevistar a más de 2.000 conductores, la consultora llegó a la conclusión de que un coche compartido equivale a 32 coches que, en condiciones normales, se habrían comprado. Entre las razones esgrimidas por los usuarios que se decantaron por el car-sharing en lugar de adquirir un vehículo está la facilidad de acceso y motivos económicos.
Eric Carlson, investigador de mercado de Volkswagen en Estados Unidos, describía muy bien este fenómeno: "La necesidad de poseer un coche, que era la única forma de satisfacer ciertas necesidades hace años, ahora está siendo suplantada por otras formas con las que puedes satisfacer dichas necesidades". Básicamente: si antes querías viajar, no te quedaba otra que comprar un coche. El transporte público era escaso y ya no hablemos de otras opciones. Ahora esto cambia con un transporte público más eficiente y las nuevas alternativas.
Cada vez nos trasladamos más a las ciudades, donde el coche no es la mejor forma de moverse. Mantener un vehículo en propiedad es caro (la propia compra, garaje, seguro, mantenimiento, gasolina, etc.) y, con la crisis y los sueldos actuales, cada vez es menos una opción a tener en cuenta. No sólo en España, ojo, sino que en el artículo que mencionábamos antes hablan de los millenials americanos han perdido poder adquisitivo y, más importante, muchos no están dispuestos a desembolsar grandes cantidades de dinero por simplemente poseer un coche. En el caso de Estados Unidos, los jóvenes cada vez conducen menos.
Por desgracia, no existen muchos más estudios que analicen a fondo el fenómeno del car-sharing. En Genbeta hablábamos de otros dos bastante locales (el de la Universidad de California y uno de la financiera ConvergEx). El primero aseguraba que no sólo las ventas se están reduciendo, sino también el número de coches en los hogares que utilizan car-sharing. En el caso del segundo estudio, y si bien contempla la posibilidad de que esto se note a largo plazo, destaca que lo que se está produciendo es un cambio en la mentalidad del consumidor.
¿Y en España?
Si es difícil valorar la influencia de servicios como Uber o Lyft en Estados Unidos, donde llevan tiempo funcionando, imagináos lo que ocurre en España, donde acaban prácticamente de llegar. Blablacar ya lleva más tiempo, pero Uber no ha desembarcado hasta hace poco (y con todas las polémicas que os hemos comentado).
En España, los servicios de coche compartido están menos extendidos, pero cada vez se venden menos coches
Si echamos un vistazo a las matriculaciones de coches en España, desde que se marcara un máximo en 2005 la cifra no ha dejado de decrecer. Sólo en 2013 se produjo una pequeña subida, seguramente como consecuencia de los distintos planes del Gobierno para fomentar la venta de coches nuevos. La razón principal para justificar esta tendencia a la baja parece clara: el dinero.
No sólo hablamos del dinero que cuesta un coche (que también), sino lo que cuesta también mantenerlo. Combustible, mantenimiento, aparcamiento, impuestos... Al final, y según IDAE, podemos estar hablando de unos 2.000 euros anuales de media si se hacen poco kilómetros. La cifra puede aumentar considerablemente si le damos un uso mayor.
¿Eso quiere decir que en España se venden menos coches? Sí y no. Se venden menos coches nuevos, pero cada vez suben más las ventas de vehículos de segunda mano y, concretamente, de los más antiguos. En 2013 se dispararon un 11% las ventas de coches de segunda mano con más de 10 años de antigüedad y, según la Asociación Nacional de Vendedores de Vehículos a Motor (Ganvam), la venta de vehículos de segunda mano creció un 6,5% en total respecto al año anterior, llegando hasta las 1680000 unidades.
Según la propia Gavam, la falta de financiación "ha disparado las ventas de vehículos mileuristas". Eso sí, también confirman el hecho de que cada vez se demanden más este tipo de vehículos está haciendo que suba ligeramente el precio y que cada vez sea más difícil conseguir stock. Aquí es precisamente donde Blablacar y empresas como Uber pueden entrar a hacer negocio: seguimos necesitando desplazarnos, pero simplemente no podemos permitirnos el hacerlo con coche propio o a esos precios que algunos servicios de transporte público ofrecen.
Para ver el efecto de las apps de car-sharing en España tendremos que esperar al medio o largo plazo. Aquí no hay tanta disponibilidad y alternativas como ocurre en Estados Unidos: no está Lyft, Zipcar tiene una presencia escasa... Hasta Uber (que yo no considero car-sharing, que conste) sólo está en dos ciudades. La única que más o menos parece bastante establecida es Blablacar, pero quizás aquí esté consiguiendo más clientes que usaban autobuses que otros que tenían coches para hacer largos trayectos.
El coche autónomo tiene mucho que decir
Pero el transporte como servicio (o transport-as-a-service como les gusta llamarlo al otro lado del Atlántico) podría tener pronto un gran aliado más: los coches autónomos. Aunque todavía quedan unos cuantos años para que veamos en nuestras carreteras vehículos comerciales de este tipo, con la llegada de los coches sin conductor podríamos ver un cambio de paradigma: en lugar de "poseer" vehículos, podríamos utilizarlos como un sistema de transporte más.
Pensadlo: ¿cuánto tiempo pasa tu coche en el garaje? ¿Y si en lugar de comprar un coche contrataras un servicio que te llevara automáticamente a donde quieres ir a un precio asequible? Como si se tratase de un Uber, pero mucho más eficiente y mucho más barato. Y no, no estoy imaginando por imaginar. Todo esto que os estoy contando ya lo han estudiado un grupo de investigadores del MIT, buscando una forma para sustituir a los vehículos privados. Según sus cifras, estos pasan más del 90% aparcados.
En el estudio, los investigadores se hacen una pregunta interesante: ¿cuántos coches autónomos serían necesarios para ofrecer movilidad a los hogares de Singapur? La flota mínima calculada en el informe es de 92.693 coches autónomos compartidos, lo que equivale a un coche por cada 12,3 hogares. Para asegurar una disponibilidad alta con una demanda media de vehículos, la cifra subiría hasta 250.000 coches. En definitiva, haría falta tan sólo 1/3 de los vehículos que operan en Singapur (en 2011, 779.890) y sería mucho más barato.
Hoy en Singapur se mueven 779.890 vehículos. Si éstos fuesen autónomos y compartidos, 250.000 turismos serían suficientes para satisfacer la demanda allí
Dos ingenieros de la Universidad de Texas realizaron su propia versión de este estudio, asumiendo que tan sólo el 5% de todos los viajes realizados en una zona de la ciudad se harían con coches autónomos y compartidos. Según sus resultados, cada vehículo autónomo reemplazaría a 11 vehículos tradicionales. Al final, de 20.000 coches se pasarían a tener 1.700 y los viajeros no tendrían que esperar más de 20 segundos a que llegara su transporte.
Existe otra ventaja adicional a tener en cuenta, como bien indican en The Atlantic: imagínate que necesitas un coche grande para que entre toda tu familia o un coche todo-terreno porque te gusta hacer rutas los fines de semana. Con estos coches autónomos bajo demanda podrías comprar un coche normal y encargar un "robotaxi" especial cuando tengas otras necesidades. Es más, podrías no comprar ningún coche y acudir al servicio de transporte en cualquier momento.
Los coches autónomos podrían ser el transporte de pasajeros más eficiente del futuro: menos coches, más baratos y más adaptables a las necesidades del usuario.
En definitiva...
¿Llegará el momento en el que no tengamos un coche personal, sino que toda nuestra movilidad dependerá de servicios que contratemos a terceros? Todavía es pronto para medir cómo están afectando servicios como Blablacar y Uber a la venta de turismos tradicionales, pero todavía lo es más para valorar cómo lo harán los coches autónomos. Sin embargo, la situación económica y demográfica actual, con el usuario medio buscando ahorrar y viviendo en ciudades pobladas, nos da una pista sobre cómo el futuro de los vehículos personales podría no estar precisamente en nuestro garaje.
Imagen | Jonathan Kos-Read
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La noticia Si unimos el coche autónomo con Uber, ¿cuántos coches realmente vamos a necesitar? fue publicada originalmente en Xataka por María González .
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