Después de años de juicios, Grooveshark anunciaba hace unos días el cierre de su servicio tras llegar a un acuerdo con la industria de la música. El popular servicio de streaming de música daba carpetazo a su existencia con un comunicado que parecía dictado por las discográficas, en el que pedían perdón y reconocían su error, además de recomendar a sus usuarios el utilizar servicios con licencias si "aman y respetan a los artistas".
En el proceso legal, Grooveshark se enfrentaba a la posibilidad de tener que pagar 736 millones de dólares a Universal, Sony y Warner, y lo cierto es que no pintaba demasiado bien para el servicio. Al final, decidieron llegar a un acuerdo para evitar la gigantesca multa en lo que es un caso más de batalla legal entre poseedores de derechos o industrias del entretenimiento y servicios y plataformas de streaming. Estos últimos están en el punto de mira desde hace unos años.
La evolución de Grooveshark
Grooveshark ha pasado por diversas fases desde su creación en 2006, cuando lanzaron un servicio de descarga de música P2P de pago. Se trataba de una alternativa que pretendía luchar con otros servicios gratuitos de la época en los que la música se compartía sin permiso de sus propietarios. ¿Qué proponían ellos? De los 99 céntimos que costaba una canción, 70 iba a la discográfica, 4 para Grooveshark y 20 para futuras compras del propio usuario.
Sin embargo, la plataforma nunca llegó a contar con el visto bueno de las grandes discográficas, sólo con algunos pequeños sellos. Pero, si en ella ofrecían toda la música, incluyendo los que no habían querido sentarse a negociar, ¿qué hacían con el dinero? Según explican en un artículo de Venturebeat de 2007, Grooveshark se lo quedaba en reserva a la espera de que las discográficas aceptaran su propuesta o que pidieran ser eliminadas del servicio.
En 2008, Grooveshark daba el salto al streaming gratuito, algo que gustó todavía menos a las discográficas
En 2008, Grooveshark daba todo un golpe sobre la mesa dentro del sector de la música y lanzaba su reproductor web por streaming. Por aquella época llegaba también al mercado Spotify, aunque éste utilizaba un cliente específico (no había versión web). Grooveshark fue toda una revolución porque, sin falta de tener nada instalado, cualquiera podía escuchar música sin limitaciones desde su ordenador. Y otro de los principales cambios: pasaba a ser gratuito.
Esto no gustó nada a las discográficas, con las que todavía no había firmado acuerdos importantes, y provocó el cierre del servicio en Alemania debido al alto coste de las licencias. La industria musical, harta de ver cómo sus solicitudes para borrar las canciones que les pertenecían no hacían efecto, decidió demandar a Grooveshark en 2010, acusándoles de infracción de copyright y de subir canciones que habían obtenido ilegalmente. La presión ejercida sobre otros, como Google, Facebook e incluso Apple, hizo también que las versiones móviles y la página de Facebook desaparecieran.
"Fallamos al conseguir las licencias de los propietarios de derechos de la mayor parte de la música de nuestro servicio", reconocen en el comunicado del cierre
En 2013, y justo en pleno proceso, Grooveshark firmó un acuerdo con Sony y EMI, las dos principales discográficas del momento, pero la alegría duró poco: en septiembre de 2014 el juez declaró culpable a Grooveshark de infracción de propiedad intelectual. Las consecuencias de esa sentencia las conocemos: la amenaza de una multa millonaria y el deseo de Grooveshark de llegar a un acuerdo antes de que esto se produjese, lo que se acabó traduciendo en su cierre.
Para Grooveshark (o para quien sea que ha escrito la carta), ya no hay sitio para los servicios de streaming sin licencia ya que hay muchos servicios que sí lo ofrecen en la actualidad pagando a los artistas. Lo cierto es que, como también veremos ahora, las presiones de la industria del entretenimiento en general cada vez son mayores sobre estos servicios que operan sin permiso de los creadores.
"En el momento de nuestro lanzamiento, pocos servicios de música proporcionaban la experiencia que nosotros queríamos ofrecer y que creemos que tú te merecías. Afortunadamente, ése ya no es el caso. Ahora hay cientos de servicios asequibles e ideales para los fans entre los que puedes elegir, incluyendo Spotify, Deezer, Google Play, Beats Music, Rhapshody y Rdio, entre muchos otros. Si amas la música y respetas a los artistas, compositores y a todos los que hacen que la gran música sea posible, utiliza un servicio con licencia que recompensa a los artistas y a los propietarios de los derechos" (Comunicado de Grooveshark).
Finalmente, una breve nota más sobre Grooveshark: desde ayer existen sitios que aseguran que el servicio ha vuelto en el dominio Grooveshark.io. Nosotros también hemos recibido el anuncio de un tal "Shark", que dice haber estado conectado con Grooveshark hace años y que asegura haber hecho una copia en cuanto vio que el cierre era una opción más. En cualquier caso, no se trata de la resurrección del Grooveshark oficial del que hemos hablado a fondo en estas líneas y las diferencias son más que patentes.
El caso de Goear en España
No hace falta irse muy lejos para encontrarse un caso similar. En España desde hace unas semanas que se bloquea Goear.com, una plataforma de música en la que cualquiera puede subir y compartir sus propios audios. Paradójicamente, en 2010 su creador hablaba de un acuerdo con la SGAE en el que la web se comprometía a borrar las canciones infractoras sin problema bajo solicitud.
En teoría, Goear.com borra las canciones que infringen derechos si los propietarios de los mismos les avisan, pero para AGEDI no es suficiente y, el hecho de que 34 de sus canciones volvieran a aparecer tras el borrado de más de 6.883 pistas por parte de Goear, fue suficiente para pedir el bloqueo. Ellos se defendieron diciendo que realmente hacen el mismo papel de YouTube y que borran los materiales en cuanto reciben las notificaciones, pero la Sección Segunda terminó ordenando el bloqueo con el visto bueno del juez... a la segunda.
A por los portales de vídeo en streaming
Las grandes discográficas no son las únicas que se han posicionado contra el streaming de contenidos sin autorización: también la MPAA cinematográfica y otras asociaciones de cine y televisión han o todavía están presionando. Una de las caídas más importantes fue la de Megaupload y, con ella, Megavideo, su plataforma de streaming de vídeo en alza. Todavía hoy el caso sigue en proceso, con Kim Dotcom amenazado con su posible extradición a Estados Unidos.
La nueva Ley de Propiedad Intelectual ha acabado con otros servicios de streaming de vídeo en España. El caso más notable ha sido el de Series.ly, con la retirada de todos los enlaces, y la de Seriespepito y Peliculaspepito, que han sido cerradas de forma cautelar. Meses antes, otra de las grandes referencias en este tipo de contenido en nuestro país, como lo fue Series Yonkis en su día, era vendida y le retiraban todos los enlaces, suponemos también que por presión legal. ¿Sigue habiendo alternativas? Sí, pero a pequeña escala y con mucha menos presencia que sus predecesores.
Roja Directa contra todos
Aunque, si alguien es experto en pelear contra la justicia en numerosas jurisdicciones, esos son los chicos de RojaDirecta. El portal especializado en streaming deportivo con origen en España fue denunciado en 2008 por Audiovisual Sports pero los jueces siempre han fallado a favor del portal, al considerar que enlazar a streamings de eventos deportivos no es delito.
A nivel internacional, Roja Directa se dio a conocer después de que en 2011 el Gobierno de Estados Unidos confiscara sin previo aviso sus dominios .org y .com. ¿Puede una autoridad extranjera, sin jurisdicción, "secuestrar" el dominio de una página con sede en otro país? Según Roja Directa, no, que llegó a demandar a EEUU por ello. Al final les dieron la razón y les devolvieron los dominios.
Entre sus "logros" más recientes también está algo que para muchos parecía imposible: que Mediapro y Prisa se pongan de acuerdo en algo y organicen una campaña contra ellos. En España dicha iniciativa no parece haber conseguido gran cosa, pero nuestros vecinos franceses se han tomado la justicia por su mano: un juez ha prohibido enlazar a encuentros del país galo.
A la industria no le gusta Popcorn Time
Popcorn Time iba un poco más allá del tradicional streaming: era un cliente P2P con el que se pueden ver los contenidos en streaming. Hablo en pasado porque su aventura original fue de tan sólo unas semanas por presiones de la industria, según sabríamos tras las filtraciones de Sony. Sin embargo, y aunque el proyecto original quedó clausurado, varios han utilizado su código fuente para retomar la actividad: Popcorntime.se, Popcorntime.io, etc.
Algunos ya han cerrado también, pero estos que mencionamos todavía siguen operativos a día de hoy. Sobre todo esto ya profundizamos cuando Netflix les señaló como su gran competidor. ¿Están a salvo? No exactamente. Precisamente hace unos días conocíamos cómo un juez de Reino Unido había dado la orden de bloquear el acceso a estas páginas que permiten descargar el programa. En España todavía no ha habido noticias... al menos de momento.
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La noticia En el Internet de 2015 ya no queda sitio para los Groovesharks fue publicada originalmente en Xataka por María González .
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