Pablo Iglesias y Estefanía Torres han pedido a la Comisión Europea en el Parlamento Europeo el “reconocimiento integral de la electrohipersensibilidad”. Y esto ha levantado, con razón, una tremenda polémica.
Sin embargo, la mayor parte de medios se han dedicado a hablar de qué no es la 'hipersensibilidad electromagnética' y han obviado por completo qué es. ¿Por qué hasta un 3% de la población californiana se declara "alérgica o muy sensible a estar cerca de aparatos eléctricos, ordenadores y líneas de alta tensión"? ¿Por qué un 70% de los europeos creen que los móviles afectan a la salud? Busquemos algunas respuestas.
¿Qué es la "hipersensibilidad electromagnética"?
Se le llama "hipersensibilidad electromagnética" al padecimiento de una gran variedad de síntomas debido a la exposición a campos electromagnéticos de baja intensidad como antenas de telefonía o líneas de alta tensión.
En los últimos años, los defensores de la existencia de esta 'enfermedad' ha ido aumentando progresivamente su presencia en los medios (2 y 3) y en los juzgados. Donde no lo han conseguido es en los foros científicos, en el año 2005, una revisión sistemática llevada a cabo por Rubin, das Munshi y Wessely identificó 31 estudios que trataban este supuesto síndrome. Descubrieron que 24 no había encontrado ninguna evidencia que apoyara su existencia, 3 tenían errores estadísticos serios, 2 no se habían podido replicar y los otros dos se contradecían entre sí.
¿Las ondas electromagnéticas son peligrosas?
La Organización Mundial de la Salud es clara en ese aspecto "no se ha conseguido probar que exista una relación causal entre la exposición a campos electromagnéticos y ciertos síntomas notificados por los propios pacientes, fenómeno conocido como hipersensibilidad electromagnética"
Es más, hasta el día hoy, "esos estudios parecen indicar que** no hay pruebas fehacientes** de que la exposición a campos de radiofrecuencia de nivel inferior a los que provocan el calentamiento de los tejidos tenga efectos perjudiciales para la salud".
Pero, ¿cómo es posible que este tipo de cosas sigan teniendo espacio en los medios?
Si nos alejamos un poco y tomamos una perspectiva histórica, la Hipersensibilidad Electromagnética no es nada original. Es hermana de la Sensibilidad Química Múltiple que fue descubierta por el doctor Theron G. Randolph poco después de ser expulsado de la Northwestern University por sus cuestionables puntos de vista científicos.
Pero podemos encontrar casos equivalente antes: Esther Samper nos explica con detalle como durante los primeros años del tren muchas enfermedades de diversa índole (asfixia, trauma físico por aceleración o diversas enfermedades centrales) se relacionaron con él.
Existe cierta tendencia cultural (y algunos dirían que evolutiva) a desconfiar de lo nuevo y culparlo de los todos nuestros males. Y la Hipersensibilidad Electromagnética es una muesca más en esa larga tradición de neofobia.
Entonces, ¿es todo mentira?
En realidad es un poco más complejo. La OMS reconoció en 2005 que "hay personas que dicen sufrir problemas de salud por su exposición a los campos electromagnéticos y que los síntomas son no específicos".
¿Cómo es esto posible? Sencillamente porque los síntomas son reales aunque su causa no sean las antenas de televisión o los móviles. Apple, Samsung y Huawei pueden dormir tranquilos.
Rubin y Wessely proponen que la HE es producto del efecto nocebo. Todos hemos escuchado hablar en alguna u otra ocasión del efecto palcebo, las las respuestas o reacciones positivas que se manifiestan al administrarle un fármaco que no tiene ningún efecto. Es decir, mejorías que no han sido generadas químicamente, sino como consecuencia de las expectativas del paciente.
Pues bien, el nocebo es su contrapartida: la tendencia de las personas a sentirse mal cuando piensan que han sido expuestos a algo peligroso. Este fenómeno ha sido conocido desde la antigüedad y si queréis un ejemplo es el causante del picor que suele sentir la gente en la cabeza cuando hablan de piojos, liendres y otros bichos de la misma familia.
No es difícil conceptualizar la Hipersensibilidad como una manifestación crónica y mórbida del nocebo en convivencia con algún trastorno de ansiedad. Y la investigación está teniendo mucho éxito en ese camino: a día de hoy sabemos que la exposición mediática a informaciones sobre la peligrosidad de cierta sustancia nos hace más propensos a ser víctimas del efecto nocebo en su presencia.
Pero aún así hay un problema
A raíz de la carta de Pablo Iglesias muchos medios se han lanzado a dejar claro, como nosotros, que los campos electromagnéticos no son peligrosos.
Es algo necesario, sí, pero hay que ir más allá. Como en otros casos, las personas que sufren estos síntomas están equivocados pero no son estúpidos.. Si como afirma la OMS hay un grupo de personas que sufren esa sintomatología, estamos ante un problema de salud. Porque es hora de recordar que la salud mental también es salud.
Calificar el problema como mero trastorno psicológico o equipararlo a las posesiones demoníacas no resuelve el problema sino que lo complica al reforzar el estigma que hay sobre la salud mental. Un estigma que invisibiliza el problema real haciendo más costoso a nivel personal tener un trastorno de ansiedad que una 'alergia a los campos electromagnéticos'.
Respondiendo a la pregunta que encabeza este post, la 'Hipersensibilidad Electromagnética' no es algo que tenga que ver con los móviles, las antenas y los cables eléctricos; sino con la ansiedad, el miedo y el estigma social.
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La noticia ¿Qué es y qué no es la Hipersensibilidad Electromagnética? fue publicada originalmente en Xataka por Javier Jiménez .
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