Los juegos móviles han demostrado ser un jugoso pastel para desarrolladores y usuarios, pero hasta ahora no había muchas propuestas en smartphones o tablets que trataran de apostar por un hardware dedicado para esta faceta. Eso es lo que precisamente hace el Acer Predator 8 (GT-810), un tablet que pertenece a la familia de soluciones de gaming del fabricante.
Nosotros hemos tenido la oportunidad de analizarlo en detalle para descubrir si los elementos que Acer ha conjugado en este modelo son suficientes como para convencer a ese público que quiere exprimir sus juegos móviles. ¿Pueden hacerlo en este tablet? La respuesta, a continuación.
Un diseño diferencial, pero no del todo redondo
El Acer Predator 8 muestra sus intenciones desde el primer momento. Su diseño no es el de un tablet convencional, y se ve aderezado con detalles que son muy propios de la familia de soluciones de gaming de este fabricante.
A las habituales líneas de estos dispositivos se le suman detalles importantes. El más relevante es esa forma de las esquinas en las que el sistema de cuatro altavoces en un color granate y con esa curiosa forma romboide deja clara la diferenciación de este dispositivo. Hay más detalles, como el prominente logo de la parte trasera y las dos zonas de agarre (grip) para poder sujetar con firmeza el dispositivo mientras jugamos.
Ese diseño cuenta con el botón de encendido/apagado y el control de volumen en uno de los laterales largos, y también con un conector de auriculares y el puerto MicroUSB -nada de USB-C- en la parte superior. En el otro lateral largo encontramos la ranura Micro SD, y ese diseño concluye en detalles con esa cámara posterior que tiene una ligera (e inexplicable) protrusión.
acer-predator-8
El formato del tablet es curioso, pero esas esquinas que Acer ha añadido para destacar en este apartado no están del todo bien resueltas, sobre todo porque están algo más afiladas de lo normal (o deseable): sujetar el tablet o cogerlo puede ser algo molesto en ciertas ocasiones, y lo de llevarse un pinchazo -no fuerte, pero sí apreciable- puede ser más común de lo que quisiéramos. El diseño es llamativo, desde luego, pero eso no debería perjudicar la ergonomía. Más bien lo contrario.
Especificaciones y rendimiento: esperábamos más de un tablet dedicado a juegos
Habitualmente cuando uno habla de juegos y de equipos y dispositivos para juegos la idea que viene a la cabeza sobre el requisito fundamental es "potencia". Eso puede no ser tan cierto en juegos móviles, pero desde luego un producto dedicado a este segmento debería cuidar este apartado... y si no lo hace, es porque efectivamente las necesidades son otras en este tipo de dispositivo.
Esto no es necesariamente así en el Acer Predator 8, que cuenta con un buen procesador -un Intel Atom x7-Z8700 quad-core a 1,6 GHz- que además integra una GPU Intel HD Graphics a 200 MHz como frecuencia de trabajo base. A ese procesador le** acompañan 2 GB de RAM** -una cantidad más bien discreta, pero suficiente- y 32 GB de capacidad de almacenamiento que afortunadamente podremos ampliar con una tarjeta Micro SD.
Acer Predator 8, características técnicas | |
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Dimensiones físicas | 217,9 x 127 x 8,6 mm (353,8 gramos) |
Pantalla | IPS 8 pulgadas |
Resolución | 1.920 x 1.200 (283 ppp) |
Procesador | Intel Atom x7-Z8700 quad-core a 1,6 GHz |
RAM | 2 GB LPDDR3 |
Memoria | 32 GB (ampliables a otros 256 GB vía microSD) |
Versión software | Android 5.1 (Lollipop) |
Conectividad | Bluetooth 4.1, Wi‑Fi 802.11a/b/g/n (AzureWave AW-AH691) |
Cámaras | Cámara posterior de 5 Mpíxeles, frontal de 2 megapíxeles |
Batería | 4.420 mAh |
Precio | 328 euros |
Sin embargo, como veremos en los resultados de rendimiento, esas especificaciones hardware no son espectaculares. En cierto modo no podríamos esperar mucho más, porque la tablet fue presentada en IFA 2015 a principios de septiembre del año pasado y por entonces micros como los Qualcomm Snapdragon 820 aún no estaban preparados para ofrecer todas sus prestaciones.
La batería del equipo tiene una capacidad de 4.420 mAh, algo que ofrece ciertas garantías... si no exprimimos el dispositivo en lo que es su función teórica, la de jugar. Es en esos momentos en los que como era de esperar no hay milagros, y jugar al Asphalt 8 durante una hora hace que esa capacidad baje un 30% aproximadamente.
Para un uso más convencional y sin jugar de forma intensiva a juegos logramos extender esa autonomía a unas seis horas y media: de nuevo decente, pero no especialmente destacable. Hay que destacar que el Intel Atom también afecta al calentamiento cuando jugamos de forma intensiva, algo que en realidad es común a otros dispositivos.
Si hay un apartado en el que evidentemente Acer no ha querido invertir muchos recursos es en las cámaras. El Predator 8 integra un sensor de 5 Mpíxeles en la parte posterior -como decíamos, con una ligera protrusión que no parece necesaria en este caso- y uno de 2 Mpíxeles para la frontal. Las fotos nos pueden sacar de un apuro si contamos con buenas condiciones de luz, pero desde luego esa no es la función que destaca en este tablet que aspira a otras cosas.
En cuanto a conectividad, tenemos otra pequeña gran decepción: la controladora integrada cuenta con soporte WiFi 802.11a/b/g/n, algo que es aceptable... para dispositivos menos ambiciosos. Pero estamos hablando de un producto para un uso más exigente, y su propia atención al factor multimedia -por pantalla y sonido- debería haberse conjugado con un chip 802.11ac.
El rendimiento del Atom x7-Z8700 es desde luego aceptable: obtuvimos un índice de 76.345 puntos en AnTuTu, mientras que en Geekbench el Predator 8 sacó 986 en el modo de núcleo simple y 3.181 para el multinúcleo. A esas pruebas se les unían resultados gráficos interesantes como el que ofreció en la prueba Ice Storm de 3DMark 11 Unlimited: en esa evaluación la tableta logró una puntuación de 22.812.
Todas esas pruebas sintéticas dejan claro que será difícil que nos encontremos con títulos que la tablet no mueva de forma suave, pero desde luego no son extraordinarios, sobre todo ahora que la generación de productos basados en micros como el citado Snapdragon 820 han marcado las diferencias con la generación anterior.
Aquí la elección de un Atom resulta sorprendente, y por ejemplo su rival en esta Rendimiento notable, pero no sobresaliente (Antutu - 76.345. Geekbench - 986/3.181, 3DMark 11 Unlimited Ice Storm - 22.812), su competidor, el Nvidia Shield Tablet K1, ofrece mayor rendimiento y opciones de lo más interesantes como ese streaming de juegos de PC (si contamos con una tarjeta NVIDIA compatible con la tecnología NVIDIA GameStrewam).
La apuesta no está en la potencia
A Acer eso no parece importarle demasiado, porque donde han querido centrar las ventajas de su experiencia de videojuegos es en el sonido, la experiencia táctil y la pantalla. Ya hemos mencionado sobre la presencia de esos llamativos cuatro altavoces Predator Quadio, pero lógicamente más que su impacto sobre el diseño importa su impacto sobre la experiencia de uso del tablet.
Lo cierto es que los altavoces tienen una buena calidad de sonido, pero aquí es mejor no esperar muchas sorpresas: el tamaño de estos altavoces y la ausencia de bajos hace que básicamente el sonido sea bueno en las frecuencias medias. No hay distorsión apreciable al reproducir juegos, música o vídeo e incluso en volúmenes altos la calidad es buena, y desde luego a todo ello ayuda la pequeña utilidad MediaMaster que permite configurar tanto los parámetros de la pantalla como los del volumen y los altavoces.
En la experiencia táctil no nos referimos a la sensibilidad de la pantalla, sino a que Acer ha incorporado unos sensores hápticos que actúan de forma análoga a sistemas como Force Feedback en los mandos de videojuegos. En ciertos eventos de un videojuego notamos una vibración acorde con esa acción que desde luego añade cierto punto de jugabilidad y diversión. Eso sí: la característica solo está soportada por Asphalt 8 (incluido en el pack) y por Vainglory (que no lo está), y son los desarrolladores los que tendrán que tomar la palabra aquí para ofrecer soporte para esa opción en sus títulos.
El tercero de los puntos con los que Acer trata de diferenciarse es el de la pantalla. Con una resolución de 1.920 x 1.200 esa pantalla ofrece una muy buena definición de imagen. Los colores son desde luego vibrantes -quizás demasiado- y de nuevo tenemos en la utilidad MediaMaster una excelente opción para configurar los modos de pantalla de forma sencilla. No es que notemos una enorme diferencia entre los cuatro modos ofrecidos (Estándar, Álbum, Película y Juego), pero es de agradecer que podamos ajustar esos niveles.
Además de ello en Acer han tenido el detalle de permitirnos configurar el nivel de luz azul que se utiliza para mostrar imágenes en pantalla, algo que permite suavizar esas emisiones que según ciertos estudios no son recomendables durante largos periodos y cuyos efectos se minimizarán gracias a esa opción.
¿Cuál es el resultado de todos estos elementos? Bueno, efectivamente ayudan a que la experiencia sea algo más diferencial, pero lo cierto es que el impacto de todas esas mejoras hardware y software no es especialmente llamativo a la hora de disfrutar de los juegos. Se agradecen las opciones, pero el poco soporte del sensor háptico, las limitaciones del sistema de audio -por tamaño, no por ambición- y las de una pantalla que se comporta muy bien pero no es realmente diferencial frente a otras ocpiones nos hacen cuestionarnos si estas mejoras pueden ser un factor de compra real. En nuestra opinión, desde luego, no lo son.
La pesadilla del bloatware condena este dispositivo
Hacía tiempo que no veíamos un producto tan cargado de aplicaciones no nativas como este. El Predator 8 está basado en Android 5.1, pero a la propuesta base de esta plataforma de Google se le suman un sinfín de juegos, aplicaciones y utilidades que en la mayoría de los casos ni habíamos pedido ni necesitábamos.
Esa invasión bloatware va incluso a más en cuanto conectamos por primera vez el dispositivo a una red WiFi: en ese momento veremos cómo 4 o 5 aplicaciones y juegos se añaden como por arte de magia a uno de los escritorios virtuales. Con la tablet llega un juego especialmente atractivo, el Asphalt 8, pero lo hace con un pequeño instalador: para poder jugar a él tendremos que descargar 1,4 GB de contenido.
Entre los ejemplos están, además del citado Asphalt 8, Astro File Manager, Booking.com, Cloud Print, eBay, Dropbox, Games, Games Shop, OfficeSuite y Opera Max. Buena parte de esas herramientas se pueden desinstalar, pero, ¿por qué instalarlas por defecto cuando no las hemos pedido?
En esa desbordante -por decirlo de algún modo- propuesta software también tenemos un buen número de aplicaciones de la propia Acer. Entre ellas están Acer Liquid Home, System Doctor, Power Management, Acer Portal, abPhoto, abMusic, abFiles, EZ Note, EZ Snap, EZ WakeUp, EZ Gadget, EZ Tasking.
Esas utilidades son en algunos casos interesantes: EZ Tasking ofrece por ejemplo el soporte de pantalla dividida para poder tener dos aplicaciones -siempre que estén soportadas- o EZ Snap, que permite tomar capturas con un gesto de pinza realizado con tres de nuestros dedos. Son curiosidades que pueden ayudar en ciertos escenarios, pero de nuevo sorprende la cantidad de herramientas incluidas de serie.
La opinión de Xataka
Es evidente que el segmento de los juegos para móviles es uno de los más atractivos de la industria del entretenimiento actualmente, pero también lo es que las pretensiones de los títulos móviles y de los propios usuarios no son las de una consola o un PC. Prima el entretenimiento puro y no tanto los gráficos o el detalle visual.
Eso hace que la propuesta de Acer no sorprenda especialmente porque cualquier tablet medianamente decente puede cumplir con la función de ofrecer un buen comportamiento en juegos móviles. No hay tanta diferenciación en términos de potencia como ocurre en el segmento del PC, así que el Acer Predator 8 busca esa mejora en otros apartados como los del sonido o la pantalla.
El resultado no es a nuestro juicio especialmente llamativo, pero es que además a este tablet le condena esa enorme cantidad de bloatware que sigue sin respetar al usuario que nunca pidió esas opciones adicionales, y también componentes como unas cámaras que no cumplen salvo en casos muy específicos si queremos usar el tablet para sacar fotos. Salvo que el diseño os llame poderosamente la atención, la relación precio/prestaciones no hace que el Predator 8 sea especialmente recomendable.
6,9
A favor
- Pantalla notable con parámetros personalizables
- Diseño llamativo
- Buen rendimiento
En contra
- Conectividad 802.11n
- Cámaras demasiado pobres para un tablet de esta gama
- El sonido no es espectaular a pesar de los cuatro altavoces
- Bloatware excesivo
El terminal ha sido cedido para la prueba por parte de Acer. Puedes consultar nuestra política de relaciones con empresas.
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La noticia Acer Predator 8, análisis: diferenciarse a través del gaming no es suficiente fue publicada originalmente en Xataka por Javier Pastor .
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