sábado, 11 de febrero de 2017

Científico de datos: así es y así se forma uno en esta profesión cada vez más demandada

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La sabiduría popular lo tiene claro, un científico de datos (un data scientist) es "un estadístico que trabaja en San Francisco". Y es que, desde hace unos años, esta profesión está de moda gracias, en parte, al mundo startupil. Pero la ciencia de datos va mucho más allá y está convirtiéndose en una de las profesiones más prometedoras de hoy en día.

La fiebre de los datos ha hecho que empecemos a escuchar hablar de esta disciplina por todos lados. Pero, no podemos dejar de preguntarnos si es una moda pasajera o los científicos de datos han venido para quedarse. Repasamos qué es exactamente eso de la data science, sus oportunidades laborales y las posibilidades que existen para formarse.

¿Qué es un científico de datos?

Otra forma de verlo es la de Josh Wills. Wills usa otra definición que me parece mucho más acertada e intuitiva: "Científico de datos (n): Persona que sabe más de estadística que cualquier programados y que a la vez sabe más de programación que cualquier estadístico". Un poco más en serio, un científico de datos es sencillamente un profesional dedicado a analizar e interpretar grandes bases de datos. O lo que es lo mismo, uno de los profesionales más importantes en cualquier empresa de internet hoy en día.

¿Por qué se ha puesto de moda?

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La respuesta nos la daba Javi Pastor hace unos días: la tecnología actual no solo necesita del mejor talento sino de datos, mucho datos. Muchos. Es decir, que la moda por lo abierto y el giro hacia los datos no es más que la enésima máscara del mismo espíritu corporativo de siempre buscando el próximo yacimiento. Y lo que vale para los entornos de inteligencia artificial y de machine learning, vale para casi cualquier tecnología.

Lo curioso es que este gran valor de los datos contrasta con que precisamente los datos son el recurso más abundante del planeta (se calcula que se crean 2.5 trillones de bytes de información nuevos al día). No parecen cosas fáciles de compatibilizar. ¿Cómo es posible que algo tan abundante sea tan valioso? Aunque fuera por pura oferta y demanda, acumular datos debería ser algo trivial. Y lo es, lo complejo es procesarlos.

Hasta hace relativamente poco sencillamente no podíamos hacerlo. A finales de los años 90, el campo del machine learning (aprendizaje automático) empezó a tomar entidad autónoma, nuestra capacidad de trabajar con cantidades inmensas de datos se abarató y la irrupción social de internet hizo el resto. Desde hace unos años nos encontramos ante la primera gran 'democratización' de estas técnicas. Y, con ello, el boom de los científicos de datos: nadie quiere tener una mina de oro sin aprovechar.

En busca de un científico de datos

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El problema es que, de repente, ha surgido una gran demanda de un perfil que hasta ahora prácticamente no existía. Recordemos que se precisan conocimientos estadísticos que un programador no suele tener y conocimientos informáticos que un estadístico no suele ni siquiera imaginar.

La mayor parte de las veces se ha solucionado con formación autodidacta que completa las habilidades básicas que debería tener programa formativo pero no tiene. Por eso, hoy por hoy, podemos encontrar una gran diversidad de perfiles profesionales en el mundo de la ciencia de datos. Según Burtch Works, el 32% de los científicos de datos en activo vienen del mundo de las matemáticas y la estadística, el 19% de la ingeniería informática y el 16% de otras ingenierías.

Cómo formarse

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Grados

A día de hoy, existen algunos grados dobles en ingeniería informática y matemáticas (Autónoma de Madrid, Granada, Politécnica de Madrid, Politécnica de Cataluña, Complutense, Murcia Autónoma de Barcelona) o en informática y estadística (Universidad de Valladolid) que parecen la mejor opción si nos planteamos esta especialización. De hecho, esta opción parece más interesante que los posibles 'grados en ciencia de datos' que pudieran surgir en el futuro: las posibilidades son más amplias, la formación más diversa y permite no encasillarnos.

Posgrados

El de los posgrados es un mundo muy diverso. Podemos encontrar posgrados, másteres o cursos de especialización en casi todas las universidades y una oferta privada realmente desmesurada. Por poner algunos ejemplos tenemos posgrados en la UGR, la UAB, la UAM, la UPM o la Pompeu Fabra. De todas formas, en posgrados es más difícil recomendar un curso en concreto. La clave está en buscar complementar nuestra formación previa y, en ese sentido, la diversidad es una buena noticia.

Lo que sí podemos encontrar en la formación de posgrado que no podemos encontrar en la formación previa es el componente de 'orientación de negocio'. No debemos olvidar que la mayor parte del trabajo de los científicos de datos está en empresas que buscan rentabilizar sus bases de datos, porque lo que la orientación al mercado es algo muy recomendable. De hecho, muchos de los másteres en 'big data' lo ofrencen escuelas de negocios como OEI o Instituto Empresa.

MOOCS

Uno de los recursos más interesantes que podréis encontrar son los moocs (ya sabéis, los cursos abiertos masivos online). Empezando por el programa de especialización en big data de Coursera, podemos encontrar cursos online de las mejores universidades del mundo. Si tuviera que recomendar alguno, los cuatro moocs que me parecen más interesantes el CS109 Data Science de Harvard, el curso de Machine Leaning de Standford, el The Analytics Edge del MIT o el Learning for data de CalTech. Todo esto sin hablar de las numerosas herramientas para aprender lenguajes como Python o R.

Certificados y otras opciones

También existen una serie de certificados o acreditaciones que permiten avalar nuestros conocimientos en ciencia de datos: el Certified Analytics Professional (CAP), Cloudera Certified Professional: Data Scientist (CCP:DS), EMC: Data Science Associate (EMCDSA) o certificados más específicos como los de SAS. Algunos de estos certificados tienen unos requisitos muy duros pero son una buena alternativa si hemos estado trabajando en este campo con anterioridad.

Otros recursos interesantes son las asociaciones (como R Hispano o Python España) y los grupos informales tipo Databeers que tanto éxito están teniendo por todo el país. Es verdad que el ecosistema de eventos y reuniones en data science está empezando a desarrollarse, pero con la experiencia acumulada en otros ámbitos seguro que se pone al día pronto.

¿Qué lenguajes hay que aprender?

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En realidad, como cualquier iniciado sabe, en programación la elección de un lenguaje u otro siempre es complicada. En esta elección intervienen desde factores técnicos o formativos a simples preferencias personales.Lo que sí está claro es que hay algunos lenguajes más populares que otros.

Los tres mosqueteros de la Ciencia de Datos

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Un insustituible

  • SQL: El 68% de los científicos de datos usan SQL y si incluyéramos a todas las bases de datos, completaríamos casi el 100 por 100 de los encuestados. Es algo necesario no sólo por la inmensa cantidad de datos de los que hablamos sino porque la mayor parte de los datos que usa un científico de datos profesional provienen de internet.

La gran división

  • R: En torno a un 52% de los dateros usan R para su trabajo usual. Tiene a su favor que ha sido el lenguaje estadístico por excelencia durante muchos años y podemos encontrar códigos y paquetes para casi cualquier cosa que se nos ocurra. Tiene en su contra que su sintaxis es más antigua, compleja y fea que otros lenguajes más modernos que empujan fuertes. Es el lenguaje de los que se acercan desde un background científico.
  • Python: El 51% por ciento de los dateros usan Python de forma habitual. Es la némesis de R en este caso: tiene una sintaxis muy buena y moderna pero aún queda mucho por trabajo por hacer desarrollando su ecosistema. No obstante, para ser justos, Python cada vez es más competitivo y iniciativas como SciPy están poniéndole las cosas muy difíciles a R. Es el lenguaje de los que se acercan desde un background informático.

Aunque el sentido común nos dice que cada uno de los lenguajes es mejor para determinadas cosas, en la práctica hay cierta rivalidad. Personalmente, uso R pero suelo recomendar Python. No sólo porque es más bonito, sino porque es multipropósito y eso siempre es una ventaja.

El pequeño D'Artagnan

  • Julia: Julia es la esperanza blanca de la ciencia de datos. Un lenguaje diseñado para conservar la potencia de lenguajes como fortran o C combinado con las facilidad de sintaxis de los nuevos lenguajes. Si tuviera que apostar, a día de hoy, no lo haría por Julia. Le queda mucho trabajo si quiere ser algo más que el refugio de los fortraneros más abiertos al cambio.

Otras herramientas

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Un incombustible

  • Excel: No es un lenguaje y no suele gustar a aquellos que trabajan con datos a nivel profesional. O eso dicen porque las encuestas dicen lo contrario: Un 59% por ciento de los encuestados usan habitualmente excel. Así que, en fin, la aplicación de hojas de cálculo de Office sigue dando mucha guerra.

El hermano corporativo y otros lenguajes y programas

  • Algunos lenguajes o entornos gozan de cierto éxito empujados por la inercia corporativa: es el caso del clásico Matlab pero progresivamente va perdiendo peso y uso hasta sólo un 6%.

  • Si examinamos las encuestas podemos encontrar muchos más lenguajes que obedecen a necesidades más particulares de la práctica de los científicos de datos (o de los programas que usan): Scala (17%), Slack (10%), Perl (12%), C# (6%), Mahout (3%), Apache Hadoop (13%) o Java (23%).

  • También, aunque es posible que debiéramos hablar de ellos por separado, hay muchos programas específicos (libres o privativos) que se usan en la ciencia de datos con distintos usos. Por poner algún ejemplo, podríamos hablar de Tableau, RapidMiner o de Weka.

El mercado laboral: sueldos y oportunidades

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Los sueldos, como en general en el mundo del desarrollo de software, cambian mucho dependiendo de el lugar, las funciones y el empleador. No obstante, ahora mismo es una expertise bien pagada. A nivel general y según la encuesta anual de KdNuggets los sueldos/ingresos están en una media de 141.000 dólares para freelance, 107.000 para asalariados, 90.000 para trabajadores gubernamentales o en el sector sin ánimo de lucro; 70.000 dólares para trabajo en universidades.

No obstante, estos sueldos medios hay que tomarlas con mucha prudencia. Mientras el salario medio en Estados Unidos está entre 103.000 y 131.000 dólares, en Europa Occidental está entre 54.000 y 82.000 dólares. En España, estamos en cifras similares porque, pese a nuestro (cada vez menor) déficit de empresas de producto, tenemos grandes empresas (sobre todo bancarias) que se han volcado en este campo.

Lo que diferencia a la ciencia de datos del resto del mundo del desarrollo tal vez sea la escasez de profesionales. Este fenómeno hace que los sueldos estén relativamente inflados y que, conforme vayan apareciendo más perfiles dateros, se vayan ajustando. Por eso, se puede decir que es el momento para subirse a la ola de la ciencia de los datos. Dentro de un par de años el mercado habrá madurado y las oportunidades estarán en otro lugar.

Imágenes | Jer Thorp, Alan Levine, Opensource, Tax Credits, yaph

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La noticia Científico de datos: así es y así se forma uno en esta profesión cada vez más demandada fue publicada originalmente en Xataka por Javier Jiménez .



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