Si los transbordadores, los módulos o incluso los satélites hablaran, seguramente no podríamos escribir lo que estoy a punto de escribir: la NASA dice estar investigando el primer delito cometido en el espacio.
Y lo siento por los amantes de la novela negra, las películas de espías o los thrillers políticos, porque si la investigación acaba condenando a Anne McClain no dará para ningún argumento de género: el primer delito en el espacio sería una suplantación de identidad.
Divorcios, estaciones espaciales y suplantación de identidad
Anne McClain, astronauta de la NASA desde 2013, no está siendo investigada por nada relacionado con el trabajo, sino por algo que hizo durante los seis meses que pasó en la Estación Espacial Internacional: acceder indebidamente a las cuentas bancarias de su expareja utilizando la tecnología de la NASA para inmiscuirse en sus fianzas.
Summer Worden, la ahora exmujer de McClain, presentó una queja ante la Comisión Federal de Comercio, primero, y ante la Oficina del Inspector General de la NASA, después. La astronauta reconoce el acceso a las cuentas, pero niega haber hecho nada malo: Ahora, según explica el New York Times, un equipo especial de investigadores quiere llegar al fondo del asunto.
Desde el punto de vista de McClain, los accesos a las cuentas eran parte de la rutina administrativa de las finanzas del hogar familiar, aunque Worden lo niega. Según explicó bajo juramento ante los investigadores del Inspector General de la NASA, no se movieron fondos de las cuentas ni se utilizaron de ninguna manera.
No está muy claro en qué quedará todo, aunque algunos analistas ya conectan ese escándalo con la decisión de la NASA en marzo de cancelar el paseo espacial 100% femenino por, supuestamente, "falta de trajes". McClain era una de las que debía participar en esa misión y, aunque la NASA lo ha negado, la coincidencia temporal es llamativa (la cancelación ocurrió pocos días después de la denuncia).
¿Hay ley en el espacio?
Más allá del caso concreto, lo que este caso pone de relevancia es el estatus jurídico de las acciones que ocurren en el Espacio. En el Tratado Internacional del Espacio Exterior de 1976 ya se recogía cómo proceder: si hubiera un crimen en el espacio, el sospechoso sería arrestado y juzgado al llegar a la Tierra.
Según la legislación espacial, de forma similar a lo que ocurre en aguas internacionales, la nación bajo cuyo pabellón opera la nave espacial y la nación del sospechoso serán las responsables de juzgar los crímenes cometidos. Es decir, ni siquiera en el espacio hay escapatoria para los criminales.
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La noticia Ahora que la NASA investiga el primer delito espacial es imposible no preguntarse sobre qué pasa con los crímenes de allá arriba fue publicada originalmente en Xataka por Javier Jiménez .
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