Si te han explicado el sistema eléctrico español, y lo entiendes, es que te lo han explicado mal. Esta frase es popularmente conocida entre muchos de los trabajadores del sector eléctrico. Y la verdad es que está muy bien fundamentada: el sistema eléctrico recoge la generación, el transporte, la distribución y la comercialización de electricidad, actividades que se llevan a cabo de forma separada, cada una con sus complejidades y peculiaridades, pero que no se pueden entender unas sin las otras.
En este caso, vamos a tratar de explicar el mercado eléctrico, ese lugar donde se fija el precio (mayorista) de la electricidad y del que, de vez en cuando, recibimos noticias que nos hablan de récords de precio al alza (muchas veces) o a la baja (no tantas).
Hablemos del sistema eléctrico
Antes de todo, es importante que hablemos de las bases del sistema eléctrico, al que también podemos bautizar como la máquina más grande jamás creada por el hombre. Al fin y al cabo, hablamos miles de elementos (generadores, transformadores, líneas…) trabajando de forma conjunta y sincronizada (a 50 Hz) a lo largo de miles de kilómetros, incluidas interconexiones entre diferentes países.
El sistema eléctrico europeo es el más grande del mundo y la Unión trabaja para que las interconexiones entre países sean cada vez mayores en busca de un mercado interior de la electricidad común para todos (aunque por el momento nuestro país, junto a Portugal, es prácticamente una isla eléctrica). España tiene una capacidad de interconexión con el sistema eléctrico europeo de unos 3.600 megavatios a través de Francia y de otros 400 megavatios con Marruecos. Esto supone en torno a un 3% de la potencia total que puede generar nuestro sistema nacional (la potencia instalada total es de 106.764 megavatios). Para un sistema que genera cada vez más energía renovable y variable, ese porcentaje es insuficiente. La Unión Europea recomienda que los países tengan, al menos, un 15% de capacidad de interconexión para 2030.
La electricidad un servicio esencial en la economía moderna (Ley 54/97), la cual no se concibe sin la ella. Se trata de un bien básico y de interés económico general (Ley 24/13). Sin electricidad, de hecho, es posible ni que siquiera estuvieras leyendo este artículo (podrías tener energía almacenada en el móvil o en el portátil, pero conexión a Internet probablemente no). Nadie de nosotros concibe llegar un día a casa, dar al interruptor de la luz y que esta no se encienda. Todos damos por hecho que eso tiene que ocurrir, pero no somos realmente conscientes del “viaje” que realiza la electricidad para llegar hasta nuestra casa.
Es verdad que, quien más y quien menos, el camino físico de la electricidad es mayormente conocido por todos. Comienza en las centrales de generación, donde se eleva su voltaje para ser transportada a través de las líneas de alta tensión. Después, una vez cerca de los puntos de consumo, se vuelve a disminuir su voltaje para distribuirse entre los diferentes puntos de suministro.
Sin embargo, el camino económico que sigue la electricidad es muy diferente, mucho más complejo. Y desconocido para la mayoría.
Cómo funciona el mercado eléctrico o pool eléctrico
La electricidad no es un bien almacenable (no al menos a gran escala y de forma económicamente viable). Eso implica que se necesite sobrecapacidad (necesitamos tener más capacidad de generar electricidad que consumo pico) y que su gestión se tenga que realizar en tiempo real (generación = consumo).
Ante estas particularidades, y ante la necesidad de que el sistema funcione de forma fiable e ininterrumpida, la decisión sobre qué central debe o no generar electricidad y a qué precio es algo que responde tanto a criterios técnicos (operador de red) como económicos (operador del mercado). Por un lado, se debe primar el ejercicio de la libre competencia para que a los consumidores les llegue el menor precio posible mientras que, por el otro, se debe garantizar el suministro y la estabilidad del sistema en todo momento. Todos queremos llegar a casa y poder encender la luz.
Red Eléctrica de España, gracias a su experiencia y a sus algoritmos de previsión, es capaz de estimar con bastante exactitud la demanda para cada una de las horas del día. Así, los agentes del mercado ya tienen una base sobre la que trabajar con anterioridad. REE también facilita otra información como el estado de las interconexiones, la indisponibilidad de los generadores y las previsiones de generación renovable. Sin embargo, a pesar de que las estimaciones son realmente buenas, la demanda es algo imposible de predecir al 100%, ya que está sujeta a la variabilidad y las decisiones de los propios consumidores (nunca ponemos la lavadora ni el horno a la misma hora).
Todas estas variables se concentran en el mercado de producción de energía eléctrica, popularmente conocido como pool, el cual es gestionado por el correspondiente operador del mercado, en el caso de España, OMIE (Operador del Mercado Ibérico, polo Español). El pool tiene una sesión diaria, seis interdiarias y un intradiario continuo. En la sesión diaria, se negocia la mayor parte de la energía, mientras que, en las subastas intradiarias, se ajustan algunas cantidades programadas una vez ya fijado el mercado diario. Ambos tipos de sesión funcionan de forma similar. Desde junio de 2018 existe el mercado intradiario continuo que funciona de forma similar a la bolsa.
En el mercado eléctrico diario, los generadores (hidráulica, nuclear, térmica, renovables) presentan diariamente sus ofertas de venta para cada una de las horas del día siguiente (en España, el precio mínimo de oferta es 0 €/MWh, y el máximo 180,3). A su vez, comercializadoras y grandes consumidores (domésticos e industriales) presentan sus ofertas de compra, es decir, la energía que prevén consumir en cada una de esas horas. La capacidad de las interconexiones internacionales también se incluye como una variable más del mercado. Simplificando mucho, podríamos decir que si nuestra energía es más cara que la francesa o la marroquí, importamos; si es más barata, exportamos (España tiene últimamente un saldo neto importador).
De forma horaria, el operador del mercado OMIE ordena las ofertas de generación de menor a mayor según el precio de venta (oferta) y de mayor a menor según el precio de compra (demanda). El precio de la electricidad y la cantidad de energía que va a vender y/o comprar cada uno de los agentes se determina a partir de un punto de equilibrio entre la oferta y la demanda. El encargado calcular ese punto de equilibrio para cada una de las horas del día siguiente y teniendo en cuenta todas las variables (incluyendo interconexiones con el resto de mercados europeos) es un algoritmo llamado EUPHEMIA.
Como dato importante cabe resaltar que el mercado eléctrico es un mercado marginalista, es decir, independientemente del precio al que haya ofertado un productor, éste recibirá el precio del último productor que haya entrado en el mercado.
Como se establece el precio horario de la electricidad
Dada la densidad del asunto, vamos a utilizar un ejemplo para tratar de explicar forma sencilla cómo se casa el precio de la electricidad en el mercado eléctrico. Podemos clasificar las centrales participantes en el mercado en 3 tipos:
- Por un lado, tenemos las centrales de generación renovable (eólica, solar, hidráulica), cuyo coste variable es muy bajo (o prácticamente nulo), lo que hace que hagan ofertas muy bajas o incluso a cero euros el megavatio hora. Son instalaciones que tienen un gran coste de inversión, pero que una vez instaladas tienen un coste variable realmente bajo (básicamente los servicios de mantenimiento). Como excepción podríamos decir que la hidráulica raramente oferta a precios bajos, ya que gracias a su gestionabilidad sus propietarios hacen valer el coste de oportunidad para maximizar sus beneficios en el mercado. Además, las energías renovables que cuentan con una prima o subvención (la mayoría de solar y eólica que tenga más de 5-10 años de vida) terminan cobrando una cantidad (fuera del mercado) por la energía generada (que veremos más adelante).
- Por otro lado tenemos las centrales nucleares, cuyo coste variable es también relativamente bajo (no generar les puede incluso costar dinero) y que por eso ofertan a precios bajos.. Al final, detener y volver a arrancar una central nuclear no es algo sencillo a nivel técnico, y no es rentable a nivel económico. Por lo tanto, las nucleares también ofertan a precios muy bajos (o incluso cero) para asegurarse de que su electricidad se vende, sea al precio que sea.
- Por último están las centrales térmicas basadas en combustibles fósiles (carbón, gas). En este caso, el coste variable de cada megavatio hora generado sí es importante, ya que depende principalmente del precio que tenga la energía primaria en esos momentos, que se suma al precio que deben pagar por las emisiones de CO2 asociadas a su generación. Aquí ya, el precio oferta por cada una de las centrales responde a multitud de variables que solo los generadores saben. Lo que sí podemos decir es que el alto precio del CO2 está desplazando al carbón fuera del mercado en beneficio de los ciclos combinados de gas (de hecho, recientemente el carbón ha salido de nuestro mix eléctrico por primera vez desde que hay registros).
Para entenderlo mejor, vamos a hacer un pequeño ejemplo de 4 horas de un hipotético día. Imaginemos, que los precios ofertados para cada una de las horas por las diferentes tecnologías son los siguientes (son precios hipotéticos):
Para cada hora, las ofertas se ordenan por precio ascendente y se van adjudicando hasta que se cubre la demanda. En cada una de esas horas, todos los productores cobran el precio fijado por la última central en entrar al sistema.
Como se puede comprobar, hay horas en las que renovables y nucleares hacen que el precio se quede a cero (hora 1), y otras horas en las que la hidráulica es quien fija el precio a pesar de su bajo coste variable y de que aporta muy poca energía al sistema (hora 2). En la hora 3 y la hora 4, en cambio, son los combustibles fósiles quienes establecen el precio, a pesar de que su aporte total al mix es muy diferente en los dos casos.
Durante muchas horas de la semana del 16 al 22 de diciembre de 2019 nuclear, eólica e hidráulica fueron las encargadas de cubrir la mayor parte de la demanda, lo que derivó en que el precio mayorista de la electricidad alcanzara su precio más bajo desde marzo de 2014, principalmente debido a la gran producción eólica e hidráulica.
Algunos expertos del sector se han situado en contra de este tipo de casación de precios, ya que al aplicarse un precio marginalista (donde todas las energías que entran al mercado cobran lo mismo que la más cara adjudicada), consideran que los generadores obtienen “beneficios caídos del cielo” también conocidos como windfall profits. Sin embargo, por el momento, la realidad es que este es el sistema de fijación de precios presente en todos los países de la OCDE** y viene regulado desde Europa. Cambiarlo en el corto plazo no es algo posible.
Si el precio de la electricidad a veces es cero, ¿por qué nuestra factura no lo es?
Viendo el ejemplo anterior, se puede comprobar cómo hay algunas horas en las que el precio de la electricidad puede ser muy bajo o incluso cero. Estas situaciones ocurren cuando la cantidad de electricidad ofertada a coste cero es superior a la demanda en ese momento. En cualquier caso, eso no quiere decir que generar electricidad sea gratis, sino que se trata de un momento puntual en el sistema. Además, en principio no es una situación que deba ocurrir de forma asidua, ya que a la larga podría poner en cuestión la rentabilidad de muchas centrales que actualmente nos aseguran el suministro eléctrico.
En cualquier caso, muchos os habréis dado cuenta de que a pesar de este fenómeno, la factura eléctrica que nos llega a casa cada mes no varía demasiado. Los motivos son principalmente dos:
- A pesar de que durante 20, 40 o incluso 80 horas al mes la electricidad tenga un precio bajo o cercano a cero, un mes se compone de unas 730 horas, por lo que los precios bajos solo afectarán a esas horas. Además, lo más fácil es que esas horas de bajos precios ocurran durante la noche (al menos antes de que la solar domine el sistema eléctrico), cuando la demanda es baja y entre generación eólica y nuclear pueden abastecer la mayor parte de la demanda. Los consumidores domésticos, en cambio, consumimos nuestra electricidad principalmente por el día.
- Solo una parte de la factura de la luz corresponde a los precios del mercado eléctrico, en torno a un 35%. El resto, está regulado por el gobierno.
Por lo tanto, como consumidores domésticos, el precio del pool no debería preocuparnos demasiado ya que, en la práctica, que suba o que baje solo supone unos 2 o 3 euros de diferencia cada mes. Al final, el mercado solo fija el precio mayorista de la electricidad, pero la factura de la luz incluye muchas otras partidas, la mayoría de ellas reguladas por el gobierno.
Composición de la factura de la luz: solo una parte del precio se fija en el mercado eléctrico
El problema es que el precio de la factura de la luz no se fija solo en el mercado eléctrico, sino que está compuesta por multitud de partidas, de las cuales muchas son costes regulados por el gobierno y otras directamente impuestos. Una factura eléctrica normal se compone de término de potencia, término de energía, alquiler de equipos, impuesto eléctrico e IVA.
Por eso, por mucho que el precio del mercado mayorista de de la electricidad pueda ser cero o muy bajo durante muchas horas del año, no notamos una gran diferencia en nuestra factura eléctrica mensual. Y lo mismo pasa cuando ocurre lo contrario y los precios del mercado mayorista son al alza.
El siguiente gráfico muestra la composición del recibo de la luz para un consumidor tipo acogido a una tarifa PVPC (Precio Voluntario Pequeño Consumidor). Se puede comprobar cómo solo entorno a un tercio del coste de la factura está relacionado con el mercado mayorista, siendo el resto impuestos y costes regulados. Estos porcentajes pueden variar un poco en función de la tarifa y la potencia contratada.
Por si fuera poco complicado, cada una de las partes está, además, subdividida en varias partidas.
Costes regulados
- Distribución, transporte: el transporte y la distribución de electricidad son actividades reguladas en España. REE se encarga del transporte, mientras que la distribución es un monopolio histórico natural repartido geográficamente.
- Renovables: a pesar de que las renovables participan en el mercado eléctrico, las retribuciones específicas a estas tecnologías (las conocidas como “primas a las renovables”) se pagan a través de la parte regulada de la factura de la luz.
- Interrumpibilidad: los grandes consumidores del sistema (grandes industrias) cobran una cantidad para que sus instalaciones puedan ser sacadas del sistema en caso de que este lo requiera por criterios técnicos (seguridad) y/o económicos (de menor coste para el sistema).
- Pagos por capacidad: son ayudas a las centrales de energía que actúan como respaldo del sistema. Como a priori participan poco en el mercado, para que las empresas propietarias no opten por su cierre reciben este pago.
- Operador Sistema / Operador Mercado: son partidas que sirven para financiar tanto la actividad del Operador del Sistema como la del Operador del Mercado.
- Moratoria nuclear: a pesar de que es una partida que ya ha terminado de pagarse, durante años hemos estado pagando la construcción de varias centrales nucleares que nunca llegaron a entrar en operación.
Coste de energía
- Mercado mayorista OMIE: aquí se incluye el precio resultante del pool eléctrico que, como hemos explicado, se casa con el algoritmo EUPHEMIA.
- Servicios de ajuste REE: Son todos los mecanismos que tiene el Operador de Sistema para mantener el equilibrio Generación Consumo y que la electricidad nos llegue a todos. Imagina que la mayoría de la generación (con las centrales más baratas) está en Galicia y la mayoría del consumo en Andalucía. Si las redes eléctricas no tienen capacidad transportar toda esa electricidad hasta el sur, para garantizar la estabilidad el sistema es necesario que algunas centrales gallegas no generen y lo hagan otras más cercanas al consumo. Las desviaciones que pueda haber entre la demanda prevista y la real también se incluyen aquí.
Impuestos
- Tasa municipal:es un impuesto que sirve para pagar el uso del subsuelo municipal.
- Impuesto eléctrico: se creó para financiar el carbón nacional, pero ahora va a las comunidades autónomas. Se aplica a toda la factura y es del 5,11269632% (sí, con 8 decimales).
- IVA: que a nadie se le olvide que un bien básico y esencial como es la electricidad paga un 21% de IVA. Por si fuera poco, se aplica sobre la base total incluido el impuesto eléctrico. Es decir, impuesto sobre impuesto.
A todo esto habría que añadirle el margen de cada comercializadora, el alquiler de equipos de medida (contador) y otras partidas como el déficit de tarifa, la compensación de los sistemas o peninsulares, etc. Así, el reparto de costes del sistema eléctrico quedaría de la siguiente manera:
En pocas palabras, y para resumir, lo importante es dejar claro que en una factura de la luz estándar se pagan muchísimas cosas, pero solo un tercio de lo que pagamos se fija en el mercado eléctrico. Es decir, que cada vez que oigas que España tiene una de las facturas de la electricidad más caras de Europa no es porque el pool eléctrico esté alto, sino porque los impuestos y costes regulados que asumimos son especialmente altos. Las medidas que podríamos tomar para bajar la factura eléctrica están muy bien explicadas en este artículo de la consultora Ingebau.
No, los alemanes no cobran por consumir electricidad
Para terminar, me gustaría hacer un pequeño inciso. Al igual que la mayoría de mercados eléctricos europeos, el mercado alemán funciona de una forma más o menos similar al español. Una de sus peculiaridades, que también se da en otros mercados de Europa, es que los límites máximos de oferta del megavatio hora no solo son superiores a los 180,3 euros españoles, sino que se puede ofertar a precios negativos.
¿Qué sentido tiene pagar por verter energía a la red? Pues bien, los precios negativos o cero se producen cuando a determinadas centrales les sale más rentable vender a precios negativos que salir del mercado y tener que apagar la central. Momentáneamente pierdan dinero, sería más caro para ellas tener que detener la producción. Imaginemos a una central nuclear o de carbón a la que le cueste más dinero parar y arrancar dentro de unas horas (o es técnicamente imposible), que continuar generando a precios negativos durante un corto periodo de tiempo.
En cualquier caso, a pesar de lo que puedan decir muchos titulares, cuando esto ocurre los alemanes no cobran por consumir electricidad, sino que la energía que hayan consumido durante esas horas negativas se restará al término de energía de la factura, que se verá un poco reducida. Sin embargo, en ningún caso les sale la factura a devolver.
Imágenes | Pixabay, REE, Sistema Omega, @Sergio_FerMun, @FranValverde
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La noticia Cómo funciona el mercado eléctrico y por qué, a pesar de que el precio a veces llegue a cero, apenas va a repercutir en nuestra factura fue publicada originalmente en Xataka por Sergio Fernández Munguía .
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