Hace justo un mes aparecíamos por aquí para contaros qué nos había parecido el Apple Watch en nuestra review. Seguro que esperabais entonces nuestro habitual tras un mes de uso en vídeo. Pues ha llegado el momento.
Durante las siguientes tres semanas en que arrancamos la prueba del Apple Watch en Xataka hemos venido usando este reloj avanzado cada día, acompañándonos en todas nuestras actividades para poder contarte aquí y ahora qué nos parece este producto que supone la entrada de Apple en un mercado llamado a romper en unos años.
No temas, no es un reloj grande
Una de las intrigas que me dejó el Apple Watch tras los primeros días con él era si sería capaz de acostumbrarme a llevarlo todo el día puesto. Tras años sin nada en la muñeca más que pulseras cuantificadoras, era un reto importante. Pero todo ha salido bien.
Para la prueba disponía de la pulsera de eslabones de acero y una deportiva negra. Aunque nadie puede discutir la calidad, elegancia (y precio alto) del modelo metálico, el día a día me ha llevado a optar por la corra de goma por dos motivos: no tengo que cambiarla para hacer deporte y es más ligera y cómoda para el día a día.
Pese a un diseño básico y que no tiene excesiva personalidad desde mi punto de vista, el reloj de Apple es fácilmente reconocido por la gente de alrededor. Y curiosea. Sobre el tamaño, después de este mes de uso estoy convencido de que la mejor opción es el modelo grande, el de 42 mm. Y soy un usuario que tengo la muñeca más bien pequeña y fina, así que considero que menos sería insuficiente.
La resistencia en el día a día era otra faceta que quería probar con calma. El Apple Watch ha salido bien parado. El reloj ha sufrido los típicos encontronazos de cualquier reloj, como golpes sin querer en marco de puerta, sobre la mesa, o contra cualquier cosa con la que nuestra mano pueda golpear. Pero tanto marco como pantalla han quedado indemnes. Aunque se trata del modelo de acero y pantalla de zafiro, no cabe pensar que el modelo Sport salga mucho más dañado, aunque hay que tener en cuenta que especialmente la pantalla es menos resistente. A su favor cuenta sin embargo con un precio y peso más adecuados.
Una pantalla táctil está hecha para ser tocada
Mira Apple, me parece muy bien que quieras dar un toque diferente a tu reloj con el tema de la corona de marras, pero después de un mes de uso, a mi no me ha servido más que para pulsar el botón y listo. Para moverme por las opciones y hacer selección la pantalla es tan precisa que me basta. Y o tengo unos dedos muy pequeños, o realmente no es una molestia tener que poner el dedo sobre la pantalla. Es un momento solo y a mi me parece mucho más práctico tirar directamente con el dedo sobre la pantalla, incluso para hacer zoom. Es algo más natural e intuitivo (a ya incluso instintivo) después de todo este tiempo con smartphones que una corona que gira.
En cuanto al botón de acceso a contactos, también me ha resultado poco práctico porque para iniciar un mensaje es más cómodo el teléfono salvo el envío de algo muy rápido o un emoticono. Y es que pese a que el Watch pueda funcionar como manos libres, no es algo que uno quiera hacer ni con lo que se sienta cómodo.
Sobre los dibujos y envío de nuestras pulsaciones a otros contactos, además de que necesitamos que el destinatario tenga otro Watch, que no es algo baladí, me sigue pareciendo una tontería a la que se dedica demasiado tiempo. Este botón debería poder configurarse como acceso directo a cualquier acción o aplicación que deseemos, entonces sí que sería útil. Si no, más vale que lo quite Apple.
Lo que sí que me ha parecido muy práctico ha sido el toque con más fuerza sobre la pantalla, que abre un menú contextual que si los desarrolladores aprovechan, puede suponer el verdadero motor de control del reloj en una pantalla tan pequeña. Los avisos de notificaciones mediante un toque y no una vibración es cómodo, te acostumbras pero es cierto que en algunos momentos pueden pasar desapercibidos si es por ejemplo solo de una notificación.
El control por voz también nos ha gustado mucho y es algo a lo que, acostumbrándote, le sacas partido. Con Siri, que se activa sin pulsar nada, solo girando la muñeca, añadir un recordatorio, buscar un contacto o incluso contestar algún mensaje es muy fácil y útil.
Por lo demás, la pantalla es una gozada de mirar, excelente en reproducción de color, resolución y más o menos correcta en la visibilidad en exteriores. El giro de muñeca es muy preciso y apenas cuando estamos conduciendo hay falsos positivos.
Si vas a comprar un Apple Watch, igual quieres esperar
Volveremos sin duda a valorar el Apple Watch cuando en otoño llegue la siguiente versión de su sistema operativo. La mejora debería ser muy importante, porque ahora mismo, la mayor pesadilla del reloj son las aplicaciones, que en teoría estaban llamadas a ser un punto fuerte del equipo.
Las aplicaciones nativas funciona, pero tampoco es que sean perfectas. Las que mejor lo hacen son curiosamente las que uno asociaría más a un reloj que a un smartwatch. Y las de deporte. Es seguramente el uso que más redondo le ha quedado a Apple en su reloj.
Lo demás depende mucho de cómo quieras gestionar las notificaciones. Si son de terceros, olvídate salvo casos muy concretos y casi siempre relacionados con las notificaciones, que tampoco son perfectas. En algunos casos llegan de golpe, con retraso de varios minutos o directamente no lo hacen.
Si nos ponemos a hablar de las aplicaciones de terceros, salvo unas pocas como Nike o Things, no tienen mucho sentido y abusan del "tenemos aplicación para Apple Watch" por tener, no porque realmente sea lógico ese paso. Además, son lentas, más que lentas pesadas de verdad, y más veces de las que lo habrás imaginado he acabado descartando abrir una por los más de 5 segundos que puede tardar en reaccionar. Y eso si funcionan.
Lo peor de la autonomía no es el día de uso
Por último hay que hablar de la autonomía. Aquí no hemos tenido problema en llegar al día de uso incluso con una actividad brutal con el reloj. Lo habitual es que acabes el día con entre un 15 y 30%, pero si necesitas varias horas para recargarlo (y eso supone tener que quitártelo), pierde sentido no ponerlo a cargar por la noche. Cada noche. Nos quede la batería que nos quede.
Por cierto, muy recomendable una base de carga, que las hay desde 20 euros, porque con un cable tan largo y sin apenas peso, el conector de carga es bastante pesadilla teniendo en cuenta que hay que usarlo sí o sí cada noche. Aquí la carga inalámbrica pero de verdad (sin conector) le hubiera venido de perlas o mucho mejor: un conector directo, tipo USB tipo C unido a carga rápida. Media hora y reloj listo. Eso sí hubiera estado realmente bien Apple.
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La noticia Apple Watch, así ha sido nuestra experiencia tras un mes de uso fue publicada originalmente en Xataka por Javier Penalva .
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