Por mucha "era Post-PC" y dominio de las smartphones y tablets que haya en el mercado, muchos seguimos usando nuestros ordenadores y portátiles para, entre otras cosas, navegar por Internet. Y cuando lo hacemos, siempre surge la pregunta: ¿qué navegador es mejor?
Hoy no vamos a responder esa pregunta, más que nada porque cada uno tiene su "mejor navegador". Pero lo que sí vamos a hacer es diseccionarlos y compararlos, viendo cuál consume más recursos, cuál carga más rápido o quién cumple mejor los estándares.
Para las pruebas hemos usado las versiones estables de todos los navegadores (Firefox 40, Chrome 44, Opera 32 y Edge 20). Los sistemas operativos en los que hemos hecho las pruebas han sido Windows 10 y Ubuntu 15.04, todos ellos recién instalados en máquinas virtuales de VirtualBox con 2GB de RAM y 2 núcleos de procesador a 3.20 GHz. En general, todas las medidas son bastante parecidas entre sistemas operativos: salvo que sean muy diferentes y se indique lo contrario, los datos son la media de lo que hayamos obtenido en todos los sistemas.
No hemos incluido Safari en la comparativa por una razón muy simple. Apple no permite virtualizar OS X, y aunque es cierto que hay hacks para VirtualBox y VMWare, no hemos podido ponerlos a funcionar a un rendimiento decente. Como es el único navegador que no podemos usar en un entorno controlado y similar al resto de sistemas para poder hacer una comparación más o menos justa, hemos decidido dejarlo fuera.
Uso de recursos: RAM y CPU
Una de las discusiones constantes cuando se habla de navegadores es cuál de todos ellos consume menos recursos, así que esta comparativa va a empezar por eso mismo. Eso sí, antes de ir a los números hay que pasar por la parte técnica: ¿qué significa, para nosotros, que un navegador consuma más o menos recursos?
Por un lado, los recursos de nuestro ordenador están para usarlos. Que un navegador consuma poco no significa necesariamente que sea mejor. La memoria RAM guarda los datos que necesita el programa para funcionar (por ejemplo, la información para mostrar una web) y permite acceder a ellos rápidamente, y la CPU ejecuta las instrucciones necesarias para procesar los datos que recibe el navegador y convertirlos en la página que ves (y más cosas).
Que un navegador use poca RAM puede significar que guarda los datos muy eficientemente, o que los tira y los tiene que reconstruir durante unos segundos cada vez que cambias de pestaña. Y si usa poca CPU puede ser que necesite pocas instrucciones para procesar páginas web, o que esté esperando a cualquier otra cosa (escribir un fichero en disco, o a recibir datos por Internet) en lugar de mostrarte la página. En resumidas cuentas, el uso de recursos es sólo una medida más para ver cómo funciona el navegador, y necesitaremos otros datos como cuánto tarda en cargar las páginas o cuánto tarda en arrancar.
Por otra parte, los recursos de cualquier sistema son limitados: si tienes muchos programas funcionando y todos ellos (incluido tu navegador) compiten por una cantidad importante de ellos, tu sistema acabará ralentizándose y quedándose medio colgado.
Y dicho esto, vamos a por los números.
Los tests los hemos realizado de forma automatizada: un script arrancaba el navegador y medía su uso de recursos. Después, abría una pestaña con una página web, esperaba unos segundos a que la página cargase, y medía de nuevo los recursos. El script llega hasta las veinte pestañas y después las cierra todas para comprobar cómo libera los recursos el navegador.
Para medir el uso de memoria de navegadores multiproceso hemos monitorizado la memoria libre del sistema a lo largo de la prueba, para tener en cuenta la memoria que comparten varios procesos del navegador y que sólo deberíamos contar una vez. Para evitar que otros programas interfiriesen, sólo funcionaba el navegador y el script y antes de cada prueba se forzaba una "limpieza de memoria" (un programa que reserva cada vez más memoria para obligar al sistema operativo a "liberar" toda la que pudiese).
Como podéis ver, Firefox es el más conservador en cuanto al uso de recursos, aunque también es el que peor los libera al cerrar las pestañas. En RAM, Chrome, Opera y Edge can bastante similares, con Edge consumiendo menos para pocas pestañas. Sí es curioso el alto uso de CPU de Edge mientras abría las nuevas páginas (de hecho, era el que peor respondía a las pruebas).
Tiempo de arranque
El tiempo de arranque es otra variable importante a la hora de usar un navegador: ¿cuánto tiempo tarda desde que pulsamos el botón hasta que vemos la pantalla correspondiente y responde a nuestros comandos? Para ello hemos hecho la prueba con un script simple: guardamos una marca de tiempo y mandamos al navegador que abra una página local que lo único que hace es mostrar una alerta con otra marca de tiempo cuando acaba de cargarse. Restamos ambos tiempos y ahí tenemos el tiempo de carga. Para tener más confianza en las medidas, repetimos el proceso varias veces con cada navegador.
Hemos medido ambos modos de arranque: en frío (la primera vez que abres el navegador tras arrancar el sistema) y en caliente (cuando ya has abierto y cerrado el navegador previamente). Tal y como funcionan los sistemas operativos, lo habitual es que el arranque en caliente sea considerablemente más rápido que en frío.
En general todos los navegadores se comportan muy bien: salvo Edge, que se queda cerca, todos están por debajo de un segundo en arranque en caliente. A ese nivel, las diferencias son prácticamente inapreciables (aunque, todo sea dicho, el más rápido es Opera). En el arranque en frío Edge es el que mejor funciona, con Opera muy de cerca y con Chrome a la cola con 4 segundos y medio.
Tiempo de carga
Medir el tiempo de carga de una página web es difícil si queremos compararlo entre varios navegadores. En la última comparativa modificamos una página web para añadirle un medidor de tiempo en Javascript, pero eso hace que no podamos ver la eficiencia de un navegador a la hora de paralelizar peticiones a un servidor. Por eso, hemos preferido usar las propias herramientas de los navegadores, que permiten medir el tiempo de carga de una página desde que se manda la primera petición.
El punto malo de este método es que no tenemos en cuenta en qué momento podemos empezar a usar la web que está cargando. Puede que un navegador tarde más en acabar de montar la página pero sea el que antes de permite ver el contenido y moverte por la página. Por eso, esta prueba no debería tomarse como una medida definitiva, sino que también habría que mirar los benchmarks de rendimiento que tendremos más adelante en el artículo.
En este aspecto son Chrome y Opera los más rápidos, con Edge en un punto medio y Firefox el más lento, con casi 15 segundos de media desde que empieza a cargar la página hasta que hace la última petición.
Rendimiento Javascript
La mayoría de las páginas web dependen de Javascript para mostrar su contenido y para que puedas interactuar con ellas, así que el rendimiento aquí es bastante importante. Para medirlo, usamos varios tests: Kraken, de Mozilla; JetStream, el sucesor de SunSpider; y Octane, del equipo de Chrome. Los resultados los tenéis a continuación (están escalados por comodidad).
Como podéis ver, no hay un claro ganador: todos rinden prácticamente igual en los tests, con diferencias mínimas. Hay que hacer una aclaración en el caso de Octane, en el que por alguna razón Edge rinde extrañamente mal. No hemos podido ver por qué ocurre esto (en otros tests no hay problemas, y el resto de navegadores obtienen resultados muy parecidos en Windows y en Ubuntu), pero por tener referencias, en las pruebas de AnandTech de julio Edge sacaba la mejor puntuación en Octane.
Rendimiento gráfico
Otra parte importante del rendimiento de los navegadores es el manejo de gráficos. Cada vez más páginas funcionan con animaciones, imágenes y vídeos, así que merece la pena medir lo bien que rinden los navegadores en este aspecto. Para ello hemos usado dos benchmarks: el de WebVizBench y el CanvasMark 2013. Ambos miden el rendimiento del manejo de gráficos y, en el caso de CanvasMark, lo une al rendimiento de Javascript en algunos tests.
Como podéis ver, los navegadores basados en Blink (Chrome y Opera) tienen un rendimiento mucho mejor que Edge o Firefox en los dos tests.
Cumplimiento de estándares
Y por último, el cumplimiento de estándares. Este aspecto es complicado de medir: los tests suelen probar si un navegador soporta o no una determinada característica, no si lo hace correctamente y de acuerdo a las especificaciones.
Los tests incluidos han sido el Acid3 (más por nostalgia que por otra cosa: todos los navegadores lo pasan correctamente) y los tests de CSS y HTML5. Edge es el que peor puntuación obtiene, mientras que Chrome y Opera van a la cabeza en HTML5 y CSS3.
Conclusiones
Como habéis podido leer, los navegadores se comportan de manera bastante parecida en general. Sólo en uso de recursos y en rendimiento gráfico tenemos grandes diferencias. Quizás el que peor parado sale es Edge, aunque teniendo en cuenta lo joven que es tampoco resulta del todo extraño.
Por supuesto, en esta comparativa nos dejamos varios aspectos de los navegadores fuera, como soporte a más o menos complementos, diseño, sistemas en los que funcionan... Esperamos que, eso sí, esta comparativa os sirva a quienes queráis ver qué navegador se abre antes o cuál funciona mejor con gráficos para poder elegir qué navegador os compensa más.
En Genbeta | Comparamos velocidad, rendimiento y más de Internet Explorer, Chrome, Firefox y Opera
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La noticia Así está la lucha por ser el navegador más rápido y ligero en tu escritorio fue publicada originalmente en Xataka por Guillermo Julián .
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