Llevamos con ellos en los escaparates desde 2012 pero parece que ahora ha llegado el momento de los smartwatch. Con la propuesta de Apple ya en el mercado y los fabricantes Android reforzando sus gamas con nuevos lanzamientos como la segunda generación del Moto360 y el Samsung redondo, equipos más completos que las primeras versiones, el smartwatch ya no es el desconocido del año pasado.
Pero, ¿quién está en mejor posición para ganar la primera gran guerra del smartwatch? ¿Primará el diseño, el precio o la plataforma? Veamos cómo es la situación justo antes de la gran época de ventas del año y que marcará parte del futuro próximo de algunos modelos.
Dos años en busca del diseño redondo y llega Apple a fastidiarlo
Fue allá por 2012 cuando Sony se lanzó de cabeza al mercado con un accesorio que podemos considerar como el primero que podía recibir la denominación de smartwatch. En Xataka lo probamos y lo que nos ofrecía entonces por 129 euros (lo que ha llovido desde entonces) hoy nos parecería de smartwatch de imitación. Apenas notificaciones de llamadas y mensajes, poco más. Pasó tan desapercibido que hoy en día (casi) nadie se acuerda de él como el pionero y le dan ese título honorífico a un reloj que, llegando incluso después que el Smartwatch 2 de Sony, ha sido el que más ruido ha generado. Sí, hablamos del Motorola Moto360.
Las imágenes de arriba, que representan al smartwatch original de Sony y al Moto360 de Motorola, me sirven para "marcar" los caminos que diferentes marcas han decidido recorrer a la hora de darle un diseño a sus smartwatches. Lo redondo ha acabado por imponerse tras la rotunda entrada de Motorola con su primer reloj, durante meses referencia en este aspecto.
El formato de reloj clásico, con esfera y watchface con las manillas ha sido el más imitado. Samsung, el más prolífico en esto del smartwatch, sacó en 2013 su primer modelo, el Galaxy Gear, con un formato cuadrado que más tarde repetiría con su Gear 2, que llegó en dos versiones. En ambos casos y pese a estar en 2014, el diseño de los terminales era de gran acabado y atractivo visual. Pero no tuvo el éxito esperado.
La irrupción de los modelos de Motorola, el citado Moto360 y el LG G Watch (pocos meses antes había iniciado su aventura con un modelo cuadrado que pasó desapercibido), impusieron una tendencia que acabó hace unos días con la presentación de un reloj avanzado de Samsung con diseño redondo, el Gear S2, el primero de la compañía. Antes lo había intentado con un formato que tenía mucho sentido pero de nuevo sin éxito: el Gear S con pantalla curvada.
Si había que resucitar al reloj de pulsera, más o menos avanzado, la elección de la industria se había volcado casi por completo al formato redondo. Cómodos, discretos, muy atractivos visualmente y persiguiendo la nostalgia de quien ha tenido o aspirado a poner un reloj de empaque en su muñeca. Los smartwatches de Huawei también han escogido esa línea, y solo de entre los importantes bajo Android Wear (o Tizen en el caso de Samsung) han sido Sony y ASUS las que ha mantenido su apuesta por el formato cuadrado. Sony posee su último modelo, el Smartwatch 3 que por ahora no tiene nuevo representante para 2015, mientras que ASUS podemos considerarlo como uno de los alumnos aventajados en Android a nivel de diseño. Ya lo fue con su Zenwatch original en formato cuadrado, y lo sigue siendo con el Zenwatch 2 que insiste en ese diseño.
Viendo este historial y la preferencia de consumidores y marcas por el formato redondo, todo nos hacía pensar en un smartwatch de Apple que replicará esta estrategia: coger el formato clásico y hacer de su esfera la pantalla de un dispositivo avanzado. Pero el Apple Watch solo mantiene del reloj clásico la corona y la correa. La caja se decantó por un formato cuadrado de menos atractivo visual aunque acabado y detalles de reloj de alto coste.
El reloj como objeto personal y de moda
Que Apple no le ha ya dado a su Watch un diseño redondo ni nos parezca el más atractivo a nivel de diseño (sí es el más completo en acabado) no desvía el foco que la compañía tenía claro que debía darle a su reloj: su espíritu de complemento, de objeto personal, de gadget muy inclinado por la moda. Sus acabados, con un modelo de oro, lo cuidado de los detalles y la cantidad de opciones a nivel de correas (recientemente ampliado con más colores para el modelo asequible de aluminio) hacen que sus posibilidades estéticas (y de gasto por parte del consumidor) sean las más elevadas.
A esa estrategia con guiño muy descarado a la moda se han unido muchos otros fabricantes. Sony, pese a disponer del único diseño cuadrado de relevancia junto con el Apple Watch, sacó un modelo con acabado de metal y la posibilidad no de intercambiar "carcasa" de plástico sino incluir correas de cuero y piel como símbolo más cercano al reloj clásico que a un producto tecnológicamente avanzado.
También LG con el Watch Urbane o el Watch de Huawei presentan acabado y diseño de complemento personal de vestir. En muchos de esos casos, el trabajo conseguido es superior al de Apple, que por cierto se alía con marcas de renombre como Hermés para algunas de sus correas.
El juego de la gama alta y la plataforma
Dada la igualdad de especificaciones entre los smartwatches del mercado, y que el diseño al final es algo que tiene un fuerte componente subjetivo, precio y ecosistema serán dos de las barreras de entrada que los relojes avanzados deben suavizar para los consumidores.
En cuestión de sistemas operativos los dos gigantes de la electrónica mundial son los que juegan solos: Samsung ha escogido Tizen sin acabar de renunciar a Android Wear, mientras que Apple tiene Watch OS y compatibilidad exclusiva con sus iPhone. En el caso de Android Wear sí que hay apertura para quien posea un smartphone con iOS y prefiera lo que un reloj con Android Wear le tiene que ofrecer.
En los casos de Apple y Samsung con Tizen lo potente es que el control de los fabricantes sobre el sistema operativo es mucho mayor que el que deja Android Wear, y eso, actualmente, marca la experiencia de usuario. Veremos quién consigue mejores desarrollos propios y se lleva a los desarrolladores externos. Apple parte con ventaja clara en ambos aspectos.
El resto de fabricantes que han escogido Android Wear tendrán un precipicio más que salvar: competir entre ellos para repartirse una cuota de mercado en la que Apple tiene todo su trozo. Veremos con qué impacto llega Wear para iOS y el nivel de desarrollo de esta aventura porque puede ser importante.
En Android Wear hay más modelos para elegir y casi todos ellos luchando en precios por debajo (o incluso muy por debajo) del Apple Watch más básico. Pero luego llegarán los resultados financieros y la ganancia de Apple con cada Watch vendido dejará un trecho tan inmenso como es ahora el del mundo smartphone. Y en este Apple por ahora no tiene competencia directa.
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La noticia ¿Va a ganar Apple la guerra del smartwatch aunque esté perdiendo la del diseño? fue publicada originalmente en Xataka por Javier Penalva .
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