Uno de los aspectos positivos del avance de la tecnología es que suele extenderse a más campos (y bolsillos), siendo uno de ellos el de la estética. No es algo de lo que solamos hablar, pero la incursión de la tecnología en la belleza va llegando a la cosmética de consumo, y hemos aprovechado la feria Viva Technology para ver una aplicación realista y actual de todo esto.
Esta feria se ha celebrado en París, y es uno de esos eventos que nos traen a Europa parte de lo que se dejó ver en el CES u otras ferias internacionales (es un consuelo mientras no tengamos la suerte de tener un CES Europa, como lo hay para China). Se trata de un evento de menor envergadura que la feria de Las Vegas, pero supone un concentrado de stands de las principales marcas de telefonía, electrodomésticos, robótica y muchas áreas tecnológicas más, y hemos aprovechado para pulular en torno a las aplicaciones de la tecnología a la belleza y ver el estado actual con algunos ejemplos.
El cepillo inteligente que nos "entrena"
En el CES 2017 encontramos muchos artículos que se salían de lo convencional (ordenadores, móviles y otros dispositivos más habituales), y entre ellos estaban los dedicados a la belleza. Había algún espejo inteligente y estaba ya el Kérastase Hair Coach, un producto creado con la participación de Withings, el cual hemos podido ver y probar.
Como dijimos en su momento, se trata de un cepillo que integra seis sensores que recogen distintos tipos de información. Aunque lo principal (y lo más visible) es el micrófono que tiene en la parte central de las púas de plástico, dado que "oye" nuestro cabello.
el cepillado del pelo suena de una manera u otra según el estado del mismo, de modo que según esto se diferencia si está roto o dañado y en qué grado
¿Cómo que "oye" nuestro cabello? Según nos explicaron en Kérastase, el cepillado del pelo suena de una manera u otra según el estado del mismo, de modo que según esto se diferencia si está roto o dañado y en qué grado (concretamente la manejabilidad, el encrespamiento, la sequedad, las puntas abiertas y la rotura). Junto con la información de los sensores (que sincroniza por wifi o Bluetooth), esto proporciona un diagnóstico de la salud de nuestro pelo que podemos ver en la app propia, a modo de porcentaje representativo de este dato, pudiendo hacer un seguimiento.
En cuanto a la app, además de este porcentaje global de salud capilar nos muestra los cuatro niveles de valoración del pelo: daño, rotura, enredos y sequedad. Hay también algo de parte social (compartir estadísticas, etc.) y la posibilidad de recibir asesoramiento dos veces por semana.
Puede usarse tanto con pelo mojado como seco (hay sensores de contuctividad que se encarga de detectar esto, dado que el sonido cambia según esté de una manera u otra). En este sentido nos aclararon que es un dispositivo electrónico y no debe sumergirse, aunque pueda usarse sin problemas con el pelo mojado y resista a salpicaduras.
La parte "coach" del nombre no es casual, y tiene su significado tanto a nivel de producto como de líneas de desarrollo tecnológico para la marca (como veremos más adelante en profundidad). Entre los elementos que integra hay un acelerómetro y un giroscopio, los cuales detectan el ángulo y la velocidad de cepillado que aplicamos, y esto se procesa junto a la información de presión y la fuerza (lo cual detectan las células triaxiales) del cepillado para decirnos si lo estamos haciendo de la manera adecuada para nuestro caso, pudiéndonos orientar o "entrenar" también a este nivel.
Nosotros lo pudimos probar, pero por problemas de conexión en el evento no vimos el resultado del análisis a tiempo real. No obstante, pudimos ver la demo de esto y comprobar que no pesa más que un cepillo normal de esas dimensiones y que es cómodo. De hecho, algo que pudimos ver gracias a los problemas de conexión fue el aviso que el cepillo hace si no conecta bien con la wifi (una pequeña vibración).
¿Y qué costará hacernos este cepillado tan techie con el diagnóstico de nuestra salud capilar? Para presumir hay que invertir, y el Kérastase Hair Coach llega al mercado el próximo mes de septiembre por 189 euros, y en la primera ronda de países se encuentran España, Japón y Estados Unidos entre otros, tanto en venta online como en distribuidores físicos.
Tu maquillaje personalizado con colorimetría y una "impresora de maquillaje"
Es posible que os pase como a nosotros y que os quedéis mirando un robot o una impresora 3D trabajando como un gato mira a un bicho antes de lanzar la zarpa. Nos pasó eso también en la feria, de hecho pudimos jugar con Pepper, el popular robot de Softbank. Pero en el caso que nos ocupa ahora esa primera vista rápida nos engañó y lo que veíamos no era una impresión 3D, sino la composición de una base de maquillaje personalizada.
Ésa era la segunda parte de Tient Particulier, el sistema de creación de una base de maquillaje a la carta según las características de la piel y el toque que el cliente quiera dar. En este caso se trata de un producto bajo la marca Lancôme, que lleva desde 2015 en fase de pruebas en once establecimientos de Estados Unidos y que este año ya llega a las tiendas de manera comercial.
¿Y qué tiene de tecnológico esto? Que si nos interesa vamos a ir a uno de estos establecimientos y no nos va a valorar un ojo humano, sino uno electrónico. Concretamente el que integra el colorímetro que se encarga de determinar el tono de nuestra piel sin que la luz interfiera.
Sobre esto nos matizaba Michel Haddad, responsable de equipo Óptica y algoritmos y manager técnico de Tient Particulier, que esta medición garantiza que se obtenga el tono real, a diferencia de si se hubiese optado por una medición del tono no presencial como el envío de una autofoto (la iluminación y el procesado de la fotografía pueden modificar el tono real de la piel).
Haddad nos explicaba también que parte de lo que motivó a la marca a investigar en este sentido (en una personalización de maquillaje lo más adecuada posible), fue el hecho de que para cubrir todo el rango de tonos de piel se necesitan unos 650 tonos, y las líneas suelen tener entre 40 u 80 tonos (como en los casos de Lancôme y L'Oréal respectivamente), y que según sus estudios el 50% de consumidores no encuentra el tono adecuado (salvo que se tenga un tono muy estándar).
¿Cómo se obtiene el grado de personalización? Las mediciones del tono de piel se realizan en tres puntos del rostro (frente, mejilla y barbilla), dado que el tono no es homogéneo. El sistema funciona con un algoritmo de machine learning o aprendizaje artificial y calcula el "tono perfecto" (perfect match), el cual se obtiene con la mezcla de cuatro colores: amarillo, blanco, rojo y negro.
Además del tono hay tres niveles de personalización, en cuanto a tipo de piel (grasa, mixta y seca) y la cobertura que desee el cliente. Según el equipo, Tient Particulier puede dar un espectro de 8.000 tonos distintos, que si combinamos con los grados de cobertura y tipo de piel dan un total de 72.000 posibilidades, lo cual queda bastante por encima de las 650-700 que según calculan se necesitan para cubrir todo el rango de tonos de piel.
Estos cuatro colores son los que vemos en esa especie de impresora, que en realidad es una máquina con depósitos de estos cuatro colores, los cuales va disponiendo en el bote según la proporción indicada para la muestra. Como añadido al producto se crea un número de referencia correspondiente a dicha muestra y se imprime en una etiqueta personalizada, de modo el tono personalizado que puede pedirse más veces en el futuro.
¿Y cuánto cuesta personalizarse el maquillaje? A falta de que nos aseguren el precio, Haddad nos daba la cifra aproximada de los 90 euros por un frasco de Tient Particulier, y de momento sabemos que llegará primero a Londres (Harrods), el 26 de junio, y posteriormente a París (Galleries Lafayette), el 1 de octubre.
El smartphone como espejo, salón de peluquería y chivato del sol
El smartphone ha sido una pieza clave en la incursión de la tecnología en el día a día en muchos áreas y la belleza es una de ellas. Aunque en algunos casos veremos que el uso de este dispositivo en la estética se basa en la integración de tecnologías como la realidad aumentada, como en el caso de la app Makeup Genius.
Quizás la conozcas o te suene de algo, porque ya lleva un tiempo en las tiendas de apps de Android y iOS y su uso tiene una parte similar a la aplicación de máscaras en Snapchat o Instagram Stories, dado que tira de reconocimiento facial y realidad aumentada para mostrarnos cómo quedaría en nuestro rostro aplicado uno o varios productos de maquillaje a tiempo real, adaptándose a nuestros gestos.
El mismo estilo guarda la app Style My Hair, también disponible en dichas tiendas de apps. Como deja adivinar su nombre, se trata de ver cómo quedaría cierto peinado en nuestro rostro sin que nos cueste pasar por tintes o tijeras para comprobarlo. No lo hace a tiempo real como la anterior, pero sí recurre al reconocimiento facial para detectar nuestro rostro, y permite que podamos adaptar los estilos al mismo.
Dejando a un lado la cámara delantera, la trasera también puede resultar útil para estar más pendiente del cuidado de nuestra piel, usando el My UV Patch. Este producto es algo más nuevo, aunque en realidad no es un producto tal cual dado que se trata de una iniciativa más fundamentada en la educación y la concienciación sobre las radiaciones solares cuyos elementos (app y parches) son totalmente gratuitos.
Se trata de un parche adhesivo (pero sin pegamentos o adhesivos como una pegatina), resistente al agua, que se pega en la piel por contacto (similar a los tatuajes degradables para niños). Su función viene dada por los tintes fotosensibles de su superficie (el mosaico de tonos azules), es decir, no hay nada electrónico ni integra circuitos.
Nosotros pudimos probar el UV Patch tanto en el stand como en exteriores, dado que la app se encuentra ya disponible y nos quedamos una muestra del parche. Según la medición y la app, se llega muy pronto a la dosis máxima de sol (basta con 25 minutos en la playa por la tarde a estas fechas), aunque lo único malo es que es de un material parecido al film transparente de envolver alimentos y se despega con facilidad (o directamente no se pega).
Lo que nos comentaron es que tienen preparados más diseños (actualmente sólo está disponible en forma de corazón con el mosaico), y que es algo pensado sobre todo para niños (de hecho la app tiene un avatar animado que busca ser un componente simpático y de entretenimiento básico). El escaneo es igual que como cuando usamos el móvil para escanear un código QR, pero necesita una cantidad de luz media para detectarlo (en interiores o de noche no funciona).
La personalización y la orientación, las líneas de desarrollo de la tecnología en la belleza
Además de toquetear y probar lo que va llegando a la cosmética de consumo con fundamento tecnológico, pudimos hablar con Giuve Balooch, vicepresidente global de L'Oréal Technology Incubator (la incubadora en adelante), un área que se encarga la investigación y desarrollo de líneas como las que hemos estado viendo, así como de trabajar en conjunto con otras compañías en las mismas. Belooch se licenció en Biología molecular y doctoró en Biomateriales en la Universidad de California, y antes de unirse a L'Oréal estuvo investigando en la industria farmacéutica
Nos explicaba que hace cinco años se plantearon en L'Oréal crear una unión entre belleza y tecnología, así como ponerse a pensar en los productos del futuro de este área para el consumidor. Empezaron con la realidad aumentada, planteándose el objetivo de crear algo con lo que los consumidores no tuviesen que fotografiarse y esperar un diagnóstico o valoración, es decir, algo más práctico y a tiempo real (como un espejo), y de ahí salió Makeup Genius.
Una de las claves de esta incubadora es que se trata de un equipo equipo multidisplicinar con 30 project managers repartidos por todo el mundo, los cuales son doctores, UX designers, innovación, científicos de datos, físicos, biólogos, docentes, etc.
[Los project managers] Interactúan entre ellos, y esta manera de trabajar juntos crea una línea muy fuerte de desarrollo. ¿Por qué en todo el mundo? Porque de este modo se diversifica la manera de trabajar y de hacer aproximaciones a un mismo objetivo; cada uno hace las cosas de una manera y la efectividad es mayor si lo unimos todo.
Aunque iba con la agenda muy apretada (y los retrasos en los vuelos no jugaron tampoco a nuestro favor), pudimos hacerle algunas preguntas sobre esta unión entre estética y tecnología.
Xataka: ¿cómo habéis ido eligiendo socios y colaboradores (partners)?
G. Ballooch: Me gusta conocer a la gente de las empresas y ver si comparten la visión de futuro y la manera de trabajar. Buscamos a empresas especializadas en lo que nos interesa y vemos cómo "traducir" lo que hacen en al área de belleza. Por ejemplo, el caso de Image Metrics (dedicada a la animación) para Makeup Genius, Digital Health para el parche, Withings (wearables) para el cepillo.
Es ir y decir (simplificando mucho): "hola, nos gusta cómo hacéis las cosas, ¿qué tal trabajar juntos?". Casi siempre he de ir convenciendo yo; si alguien es bueno, has de convencerle. Si son pequeños, tienen miedo, si son grandes has de convencerles. ¡Me toca insistir! [risas].
Xataka: ¿Cuáles son las líneas de de trabajo de la tecnología de la belleza? ¿Cómo lo estáis enfocando en la actualidad y para un futuro próximo?
G. B.: De momento hemos establecido dos líneas claras de trabajo: la personalización y la orientación. Los ejemplos los habéis estado viendo: ¿cómo crear un producto perfecto para cada consumidor? De esta premisa nación Tient Particulier Foundation Machine, con lo cual utilizamos la tecnología para hacer llegar al cliente un producto adecuado, teniendo en este caso un 50% de público que no encuentra su maquillaje ideal.
¿Y cómo orientamos al cliente (el llamado coaching)? Por una parte está el My UV Patch, que es un recurso más allá de los índices de UV, y por otro el Hairbrush Coach, que dice al usuario qué calidad tiene su pelo, en qué estado se encuentra y que pueda expresarlo de la manera correcta cuando vaya a su salón de belleza.
Xataka: ¿Qué área tecnológica tendrá más impacto en el futuro de la belleza?
G. B.: En la actualidad estamos trabajando los dispositivos conectados, la realidad aumentada y alguna otra área, pero para mí la personalización es lo que más impacto va a tener hablando de la incursión de la tecnología en la estética. Una aproximación similar a la que vemos en medicina, es decir, tener lo adecuado en la cantidad necesaria cuando se necesita, en este caso gracias a los datos y a la tecnología.
El futuro es que todos tengamos el producto perfecto, eso debería ser. Éste es un camino de no retorno (la incursión de la tecnología), y el consumidor ha de tener más poder. Al final la tecnología es sólo útil si puedes dar mejores resultados al consumidor, más control sobre sus necesidades y hábitos.
En cuanto a nuestra labor actual, no puedo hablar de los productos en los que trabajamos actualmente de manera específica, pero sí de las áreas, y estamos viendo más productos relacionados con la personalización y la orientación. Eso sí, nuestro enfoque es el de trabajar en tantos proyectos como podamos llevar bien, no un montón a la vez y que no estén tan controlados.
En un futuro próximo creo que los campos que más van a pesar o a influir son el diseño industrial y salud. El diseño industrial está transformando la manera de consumir y de producir, y la salud está cambiando mucho, y creo que nos hemos de inspirar en ello.
Xataka: Nos dejas claro que para ti la tecnología ha influido en el cuidado de la estética y la belleza, pero ¿en qué punto sitúas esta revolución tecnológica? ¿Algún año o momento en concreto?
G. B.: En el momento en el que la gente empezó a usar el smartphone como una manera de interactuar con distintas industrias cambió la forma en la que los consumidores usaron y se relacionaron con cualquier producto del hogar, incluyendo los de belleza.
El reto con este área incluye muchos aspectos a tener en cuenta: sensaciones, packaging, percepción, emociones, experiencia, eficacia... Todo esto hace que tengamos que hacer una aproximación de la tecnología mucho más constante y cuidadosa. No es como medicina; me duele la cabeza, lo detecto, me tomo un fármaco. Es distinto, son más grados (menos directo o "matemático"). Por eso creo que es una aventura emocionante, y que el boom de la belleza en tecnología está por llegar.
Escaneos de piel, realidad aumentada... Son elementos con los que no todo el mundo está familiarizado. También está el hecho de que haya una recogida de datos o información personal en algún caso. ¿Qué sensación tienen los usuarios ante la incursión tecnológica o este beauty tech (como lo categoriza Balooch)?¿Curiosidad? ¿Rechazo? ¿Miedo?
G. B.: Nunca está mal hablar de miedo del consumidor en cuanto a los datos, porque actualmente vivimos en un mundo en el que se ha creado una hiperreactividad del consumidor hacia los datos (yo mismo, ¡quiero saber qué se hace con mis datos! Así que sé por dónde vas).
El miedo viene de la no transparencia: si hay transparencia, no hay miedo. En L'Oréal somos muy transparentes en el tratamiento de datos; no guardamos datos personales y tomamos información de manera anónima. Si usas el cepillo o el parche, usamos esos datos para la investigación como un todo, pero no los usamos para hacer target a consumidores, e informamos y solicitamos permiso debidamente en cada caso.
Si te tomas la privacidad en serio, los consumidores confían aún más porque tienen el control de sus datos. En ese sentido estamos teniendo buen feedback (con las tecnologías conectadas). Estoy orgulloso de que la compañía sea estricta en el tratamiento de datos, porque no estamos usándolos para estrategias de marketing (el targeting).
Tampoco estoy diciendo ni mucho menos que seamos ángeles; somos una empresa y tenemos que crear beneficio, está claro. Pero lo que tratamos es de orientar a los consumidores para que hagan un mejor uso de los productos y de esa manera tienen un mayor vínculo con la compañía que te lo ha vendido. Es decir, no sólo vender, sino que lo que se compre se use bien, y de este modo sea más satisfactorio. Y creo firmemente que los consumidores no tendrán esa sensación de invasión con nuestros productos.
Xataka: En resumen: ¿para ti la curiosidad vence al miedo?
G. B. Sí, y más que curiosidad, transparencia. Hacerles saber cuándo se van a guardar sus datos, ser claros con eso. De momento hay buen recibimiento y estamos contentos con ello.
Un posible futuro de algoritmos, sensores y dispositivos inteligentes en nuestro día a día frente al espejo
Es interesante ver la aplicación de tecnologías que están ahora mismo bastante en auge (y aplicándose cada vez más en lo cotidiano) en la estética, cosmética y belleza en general, sobre todo viendo que son productos que llegan al mercado y no todo proyectos o ideas en estudio. Sobre todo viendo las herramientas que podemos usar en el smartphone, un dispositivo que solemos tener siempre a mano (y la realidad aumentada no es muy exigente en cuanto a requisitos técnicos del mismo).
Faltará ver la acogida que tienen en el mercado y si realmente esa curiosidad puede al reparo que un usuario pueda tener, bien por la tecnología en sí, por el precio o por el tema de los datos que comentábamos, lo cual será otro asunto a seguir. Es decir, el tratamiento de la información y la transparencia que las empresas muestran al respecto, ya que por precedentes de mala praxis como el de los vibradores We-vibe es lógico que sea un aspecto a tener en cuenta.
Veremos si el cepillo es el primero de otros utensilios domésticos para el cuidado del físico que se "hace inteligente" y si en lo posterior los sensores, algoritmos u otras herramientas tienen cabida en algún otro. Y sobre todo si la tecnología en este área sigue evolucionando y se democratiza o normaliza, sin que quede sólo en círculos especializados.
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La noticia El futuro de la tecnología en la belleza según L’Oréal: realidad aumentada, algoritmos y sensores para estar guapos fue publicada originalmente en Xataka por Anna Martí .
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