domingo, 30 de julio de 2017

Todas las veces que en el pasado se pensó que el futuro iba a ser lo peor

Cesar Gladiator

Ahora, con el altavoz que nos proporcionan las redes sociales, se nota más, pero el ser humano ha sido siempre un "dramas" y un agorero con respecto al cambio y la innovación. No podemos asegurar que nuestros ancestros "torcieran el morro" ante los descubrimientos del fuego o la rueda, pero sí tenemos ejemplos más recientes que no nos pueden causar más que pasmo, incredulidad y muchos "oyoyoys" indignados vistos desde nuestra mentalidad de 2017.

Eso sí, cuando nuestros vástagos lean los tuits y titulares de este 2017, seguramente pensarán lo mismo de esta época y la inquina y/o el pesimismo para con los spinners (¡que vuelven tontos a los chavales!), a los coches autónomos (¡que nos estrellamos todos!), Netflix (¡que se va a cargar la experiencia de ir al cine!), al VAR (¡que se pierde la esencia del fútbol!), el trap (¡pero si eso ni es música ni es nada!) o a qué sé yo, que hay mucho Charlie Brooker tecnófobo suelto por ahí con acceso a Internet de banda ancha.

Disclaimer: la inspiración y algunos ejemplos de este artículo vienen del podcast Pessimists Archive (@PessimistsArc). Las referencias pop y los chistes malos son de cosecha propia.

Disclaimer 2: el artículo es largo y alberga horrores. Avisado quedas, amigo xatakero.

Esas malditas bicicletas que vuelven locas a las mujeres

Pesimistas Bicis

La bicicleta se inventó a principios del siglo XIX y el pasado 2016 Shakira y Carlos Vives nos hicieron pillarle una tirria tremenda. Entre estas dos fechas, a finales del siglo XIX concretamente, las bicicletas se hicieron muy populares en sitios civilizados como Inglaterra y Francia.

Las reacciones entre las mentes bien pensantes fueron poco menos que apocalípticas: eran un peligro para el tráfico, iban a llevar a la ruina a la economía mundial e incluso se afirmaba que volvían locas a las mujeres. Y no lo decían panfletos de tres al cuarto... a no ser que consideremos al periódico más famoso y prestigioso del mundo, el New York Times, como un panfleto.

En este épico artículo datado en 1894, el NYT recoge cómo la Comisión de Lunáticos inglesa culpa del aumento de "lunáticos, idiotas y personas de mente errada" a los penny dreadfuls y, sobre todo, a las bicicletas. En especial entre las mujeres. Éstas, para ir cómodas en este novedoso y fabuloso medio de transporte, se vestían con pantalones y camisas como si fueran hombres. ¡Cómo osaban!

Es más, en 1897 el Spokesman Review se hacía eco de la preocupación entre lo más rancio de la sociedad francesa por el comportamiento enajenado de muchas ciclistas. Se hablaba incluso de que, tras los largos paseos en bicis, las enajenadas damas tenían tendencia por maltratar a sus mascotas. ¡Habráse visto! Y eso que esta gente no conocía todavía BiciMAD.

Aparta ese paraguas del averno, ¡vade retro!

Pesimistas Paraguas

Vale, con viento son totalmente inútiles, se rompen con facilidad y aquellos que llevándolo caminan de todos modos por debajo de los balcones deberían estar presos. Todo es cierto pero, en cualquier caso, es poco discutible que el paraguas es un inventazo y que si no se hubiera inventado, alguien debería hacerlo.

En casi todas las civilizaciones antiguas (de Egipto a Roma pasando por Grecia, China o India) hay antecedentes del paraguas o de su hermano gemelo el parasol, y en la sociedad occidental moderna empezó a introducirse en el siglo XVII. Sin embargo a la lluviosa Inglaterra no llegó hasta 1750 de la mano de un caballero llamado Jonas Hanway.

Aunque podría parecer que un artefacto como el paraguas sería todo un pelotazo en un lugar como Londres, nada más lejos de la realidad: Hanway se convirtió en el hazmerreír de la capital británica. Su vida como usuario del paraguas fue azarosa como bien se puede leer en este artículo de Atlas Obscura.

Mira, un francés con paraguas, ¡a lapidarle!

La cuestión es que el paraguas era considerado por aquel entonces como algo afrancesado y amanerado. Además se encontró con la oposición del gremio de los conductores de coches de caballos, que hacían su agosto los días de lluvia y se veían amenazados por ese señor raro y su aparato anti-lluvia del demonio (¿nos suena esto?). No fue hasta cuando el señor Hanway ya había muerto, a finales de siglo, cuando los beneficios del paraguas se pusieron de moda en la Pérfida Albión.

Pd: al igual que la bicicleta, el paraguas también tiene su pequeño rincón en la música popular de este siglo. No llegó a los mismos límites de cansineo pero el eco de Rihanna al pronunciar aquello de "ella, ella, ella" lo tenemos todavía grabado a fuego.

Cada nueva forma de entretenimiento ha convertido en asesinos a los niños, y lo sabes

Todos vemos las noticias, por lo que somos conscientes de que los videojuegos e internet están detrás de toda la violencia infantil y juvenil desde los 90 a esta parte.

Si hasta el presidente del mundo libre lo decía cuando todavía no era más que otro tuitero sediento de retuits (vamos, como ahora pero sin acceso a un arsenal nuclear)... y él de monstruos sabe mucho.

Sin embargo, gracias a la web Timeline (nombre muy oportuno) también sabemos que a lo largo de los años los señores de la prensa le han echado la culpa de la violencia púber y prepúber a las novelitas pulp, el cine, la radio, los cómics, la televisión y los susodichos videojuegos e internet. Es decir, a cada una de las nuevas formas de entretenimiento surgidas en los últimos 150 años.

Caso extremo fue el de los cómics en Estados Unidos, donde se creó el organismo censor Comics Code Authority (CCA), que veló por lo que los niños podían ver en las viñetas desde los años 50 hasta entrado el siglo XXI y al que estuvieron adheridos todos las grandes editoriales como Marvel y DC.

Pesimistas Comics

Incluso el ajedrez, como contamos ya en Xataka, se consideraba nocivo para las mentes jóvenes. Parece que a lo largo del tiempo el único modo de diversión que no ha sido criminalizado por los adultos ha sido la peonza.

¿Pero quién va a querer un smartphone sin teclado físico? Eh, ¿quién?

Steve Ballmer fue durante más de una década el CEO de Microsoft, una de las mayores empresas del mundo. Sin embargo, para muchos siempre será recordado por el vídeo encima de estas líneas donde se reía del recién lanzando iPhone.

"¿500 dólares después de subvención? Yo lo único que digo es que es el teléfono más caro del mundo y no parece que vaya a triunfar entre los clientes profesionales porque ni siquiera tiene un teclado físico para escribir emails", Steve Ballmer, año 2007

El iPhone no fue el primer smartphone (que como comentaban nuestros hermanos de Xataka móvil databa de 1998), ni tan siquiera el primero con pantalla táctil, pero fue un indiscutible game changer y su éxito ha sido incuestionable en la década que lleva entre nosotros.

Pero Ballmer no fue el único que se cubrió de gloria, en Forbes recopilaban por el décimo aniversario unos cuantos de los no creyentes: desde la gente de TechCrunch ("We Predict the iPhone Will Bomb", toma ya), a Engadget, pasando por prestigiosos evangelistas tecnológicos como David Platt.

Pd: he mentido, también recordaremos a Ballmer por ser un motivado y sudar la camisa como sólo el y Camacho saben hacer, claro.

Un coche de caballos sin caballos es una tontería, eso es así

Pesimistas Coches

A finales del siglo XIX las ciudades empezaban a crecer de manera desmesurada. Había mucha gente y ese gente se quería mover. La manera de moverse era a caballo, ya fuera un coche de caballos normal o en tranvías o buses a caballo (flipad con la imagen encima de estas líneas). Eso son muchos caballos. Más aún, eso es mucha mierda de caballo.

Esta genial historia de New Yorker nos muestra cómo el coche a motor de combustión, hoy gran culpable de la contaminación en las grandes urbes, sustituyendo al caballo salvó a las ciudades de principios del siglo XX de morir sepultadas en abono equino, su hedor y sus enfermedades asociadas. Por supuesto, como siempre en los ejemplos de este artículo, no todo el mundo estuvo contento con este avance.

Claramente estaban los cocheros, los Peseto Loco de antaño, que veían que se adaptaban o se quedaban sin trabajo. También había muchos que alertaban del peligro de estos vehículos al quitarse de en medio la inteligencia equina y dejándolo todo en manos del conductor humano. Críticas lógicas. Humano al volante, peligro constante.

Otras críticas más locas hablaban del peligro para el cerebro humano y su cordura de viajar a la tremenda velocidad que los automóviles podían alcanzar. Prestigiosos estudios provenientes de Paris (de algún bar, entendemos) aseguraban que estas velocidades de vértigo podían provocar comportamientos maníacos en los automovilistas y sus acompañantes. Ahora entendemos mejor las excentricidades de los pilotos de F1. Era de cajón.

Ir a la luna con lo lejos que está, ¿estamos locos?

Pesimistas Luna

Últimamente los supervillanos de James Bond visionarios emprendedores Elon Musk y Jeff Bezos han vuelto a poner de moda la carrera espacial. Su objetivo de llevarnos a Marte o incluso más allá recuerda inexorablemente a la carrera por poner un hombre en la Luna entre los Estados Unidos y la Unión Soviética en los 60 y 70.

Hoy las imágenes de Neil Armstrong pisando la Luna y plantando la bandera yankee son todo un clásico y tal hecho es considerado uno de los grandes hitos de la humanidad (aunque también están los que piensan que todo fue una gran mentira, claro). Sin embargo, en su momento, la sociedad norteamericana no estaba especialmente volcada con aquella conquista de la Luna.

La web Timeline (sí, la bendita Timeline de nuevo) nos descubre en un fantástico artículo en el que el ex-presidente Eisenhower (que fue el que puso en marcha la NASA, curiosamente) estaba bastante en contra de la ocurrencia lunar de Kennedy y los demócratas:

"Cualquiera que se gaste 40 millones de dólares en una carrera a la Luna por prestigio nacional es un loco (...) El viaje a la Luna establecerá un nuevo récord para un viaje y lo hará con dinero prestado", Eisenhower.

Los compatriotas de Eisenhower eran de su mismo parecer y las encuestas que se publicaban en los diarios de la época solían ser adversas... incluso las publicadas el mismo 1969 meses antes de la misión Apolo 11.

Un pequeño paso para el hombre, un gran (y costoso) paso para la humanidad

Luego, claro, todos se subieron al carro y celebraron la victoria capitalista. Bueno, todos no, el gran valedor Kennedy había sido asesinado años antes y el enemigo Eisenhower murió tan sólo unos meses antes del paseo selenita de Armstrong.

Eso sí, desde 1972 no hemos vuelto a poner a ningún otro congénere en la superficie lunar. Demasiado costoso dicen. Lo mismo algo de razón tenían Eisenhower y compañía.

TV/Video/Internet/Netflix killed the movie star

Pesimistas Cine El cinema-killer de los 80 y 90

Poca gente más agorera que la gente del cine. Al séptimo arte lo iba a matar primero la televisión, luego el vídeo doméstico, más tarde el DVD. ¿Qué decir de la peligrosa internet? Y ahora el nuevo enemigo es Netflix.

Antes de las diatribas anti-Netflix (y el SVOD en general) de Nolan o de Almodóvar ("No concibo dar la Palma de Oro o cualquier otro premio a un film que no pueda ver en una pantalla grande"), Spielberg y Lucas ya pintaron un futuro poco halagüeño para las salas de cine (más de 100 dólares la entrada, sólo un puñado de películas, blockbusters todos, que se repartirían todo el cotarro) gracias a las posibilidades de internet.

Por lo menos no son tan dramáticos como lo fue Barbet Schroeder cuando vino a España para presidir el Festival de San Sebastian y soltó aquello de "La piratería va a matar a Hollywood". Casi once años después Hollywood sigue vivita y coleando y es que como comentaban en Espinof hace unos años: la piratería no va a matar el cine.

Podríamos seguir indagando en el pasado de las declaraciones altisonantes y agoreras de personalidades del mundo del cine pero creo que ha quedado sobradamente claro que, por mucho que se diga, la industría, por lo menos en USA, prevalece. Mejor algo de música y ya terminamos, ¿no?.

Vale, lo mismo el "Todas" del titular es un poco clickbait pero creo que ya está bien, ¿no?. De hecho, enhorabuena si has llegado hasta aquí, yo me hubiera rendido con la primera foto, la de Rajoy, Aguirre y Cospedal, la verdad.

En Xataka | El futuro puede influir al pasado según esta nueva teoría cuántica de la retrocausalidad

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La noticia Todas las veces que en el pasado se pensó que el futuro iba a ser lo peor fue publicada originalmente en Xataka por Fernando Siles .



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