Se insiste en el mensaje de que faltan profesionales técnicos en Europa. Según la Encuesta de inserción laboral de titulados universitarios del INE, entre las carreras universitarias que tienen mayores tasas de empleo están varias ingenierías, como en Electrónica.
Pero la mayoría de los universitarios en España estudian carreras de letras. ¿Hay hueco para las humanidades dentro del mundo tecnológico?
Vayamos primero por los números. En el año 2020, en Europa quedarán sin cubrir 900.000 puestos de trabajo de perfil técnico.
Puede que, en el futuro, ya no se distinga entre ciencias y letras
Desde hace algunos años, la Comisión Europea ha puesto en marcha diferentes iniciativas para que no se produzca esta brecha, alentando a los jóvenes a estudiar carreras relacionadas con las TIC. En particular, se quiere animar a las mujeres, que están muy infrarrepresentadas en todos los niveles del sector de las TIC en Europa.
Dice la Comisión Europea que el 40% de los trabajadores no tiene las competencias digitales adecuadas y que, en un futuro próximo, el 90% de los empleos en carreras como ingeniería, contabilidad, enfermería, medicina, arte, arquitectura y muchos más, exigirá cierto grado de habilidades digitales.
El 57% de los universitarios son de letras
Según los datos del Ministerio de Educación y Ciencia, en las universidades españolas hay más de 1,3 millones de matriculados. Casi el 57% de ellos lo están en ramas consideradas de letras (como Artes y Humanidades, con 132.463 alumnos, o Ciencias Sociales y Jurídicas, en la que hay 608.986 matriculados).
Si excluimos a quienes han optado por una carrera relacionada con la salud, las carreras científicas apenas tienen 324.000 alumnos, lo que no representa ni el 25% de los estudiantes en nuestro país.
¿Quiere decir esto que tenemos un problema? ¿Que se están equivocando los jóvenes a la hora de escoger los estudios para su futuro laboral?
Letras, Ciencias y viceversa
Desde hacer unos años, los estudios STEM (science, technology, engineering and mathematics, es decir, ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas) han sido promovidos desde muchos ámbitos. Incluso el presidente Obama dijo que estudiar Arte no da trabajo, aunque después matizó sus palabras. Pero ahora el estudio de las humanidades también se está poniendo en valor.
Las universidades técnicas cada vez dan más peso al estudio de las humanidades
Es lo que se ha venido a bautizar como movimiento STEAM, en el que se incorpora la A de las Artes, ya está siendo promovido en los EE.UU. Algunos, como los promotores de la web StemtoSteam.org, defienden la importancia de incorporar el pensamiento creativo y el aprendizaje visual en las aulas.
De hecho, el propio MIT promueve la inclusión del estudio de las humanidades y las letras, incluso en las carreras más técnicas. El MIT incorpora las artes como un conducto de la innovación, y las considera esenciales para promover el ambiente creativo en la ciencia y la ingeniería.
Son muchos los que defienden que los problemas no pueden resolverse solo desde la perspectiva técnica, sino que entra mucho en juego las humanidades. Incluso se afirma que algunos proyectos tecnológicos fallan porque, pese a que tienen una potente base de ingeniería, no tienen en cuenta el contexto cultural. Estos proyectos, en concepto, diseño y ejecución, carecen de una perspectiva humana y, por tanto, fallan.
Digital no es sinónimo de ingeniería
Rosa García, presidenta de Siemens, alerta de que negocio digital no significa que exclusivamente se necesiten perfiles de ingenieros. “Es cierto que nos faltan perfiles STEM, pero si miramos a la Inteligencia Artificial, vemos que en su desarrollo también es necesario contar con lingüistas, filósofos, psicólogos, humanistas…”.
Periodismo, psicología, diseño, lingüismo... Son muchos los campos no científicos que tendrán su peso en tecnología
Además, García defiende que "muchas de las grandes innovaciones a lo largo de la historia han salido de mentes de letras, como Julio Verne. Después de que alguien, entendiendo muy bien la sociedad en la que vive y cuáles son las necesidades futuras, es capaz de soñar un invento, es cuando un ingeniero es capaz de construirlo. Por eso es tan importante la unión de estas dos ramas”, sentencia.
Según esta directiva, muchas veces los perfiles técnicos se autolimitan y censuran en las posibilidades de desarrollo. “El hombre siempre ha soñado con volar o llegar al espacio antes de que esta ingeniería estuviera desarrollada”.
De hecho, las personas que no tienen un título de tecnología pueden sacar partido del auge de la tecnología. Por ejemplo, según datos que se extraen de LinkedIn, de los 3.426 estudiantes de la Universidad Northwestern que encontraron trabajo en la Bahía de San Francisco, solo el 30% terminó sus estudios en ingeniería, investigación o tecnología de la información. La mayoría de los que acuden hasta Silicon Valley no provienen de estudios técnica, sino de áreas tan dispares como ventas y marketing (14%), educación (6%), consultoría (5%), desarrollo comercial (5%) y una serie de otras especialidades que van desde la gestión de productos hasta el sector inmobiliario. Podríamos añadir estudios de psicología, historia, estudios de género y similares, y superan rápidamente los totales de ingeniería y ciencias de la computación.
Yo, ingeniera, acuso: hay que estudiar más letras
Tracy Chou es una reconocida ingeniera de software que trabaja en Pinterest (anteriormente lo hizo en Quora). Graduada en ingeniería eléctrica por Stanford, hizo prácticas en Facebook y Google.
Ha sido una de las últimas en alzar la voz y reclamar una mayor presencia del estudio de las artes y las letras incluso en las carreras más técnicas. Y eso que reconoce que, cuando estudiaba, no le gustaban ni le parecían útiles estas materias.
Cada vez se demandan más profesionales mixtos, con capacidad crítica y analítica que entienda cómo funciona la sociedad y la ciencia
Pero cuando trabajaba en la creación y desarrollo de Quora fue cuando se empezó a plantear si podía permanecer aislada de la realidad y el contexto social a la hora de desarrollar código. “En Quora, y más tarde en Pinterest, trabajé en los algoritmos que hacen que se muestre un determinado contenido a cada usuario. Parece bastante simple querer mostrar a los usuarios contenidos "buenos" cuando abren una aplicación. Pero, ¿qué hace que el contenido sea bueno? ¿El objetivo es ayudar a los usuarios a descubrir nuevas ideas y ampliar sus horizontes intelectuales y creativos? ¿Mostrarles exactamente el tipo de contenido que sabemos que les gusta? ¿O mostrarles el contenido en el que es más probable que haga clic y compartan?”, se cuestiona esta ingeniera.
Por eso, confiesa (con "cierta vergüenza por mi actitud cuando era joven") que ahora le hubiera gustado haberse esforzado por tener una educación adecuada en artes y humanidades años atrás. “Habría aprendido a pensar de manera crítica sobre el mundo en que vivimos y cómo comprometerme con él. Habría interiorizado lecciones sobre cómo identificar y cuestionar privilegios, estructuras de poder, desigualdad estructural e injusticia. Habría tenido oportunidades para debatir con mis compañeros y desarrollar opiniones informadas sobre filosofía y ética”.
No es la única. Damon Horowitz, director de ingeniería y filósofo interno en Google, recuerda cómo, hace 10 años, había sido "un tecnólogo, con un trabajo de alta tecnología, haciendo un trabajo de inteligencia artificial de vanguardia y, en general, viviendo la buena vida". Sin embargo, se dio cuenta de que "los sistemas de inteligencia artificial que estaba construyendo no eran realmente tan inteligentes" y equivalían a poco más que "un montón de juguetes inteligentes".
Esto le llevó a plantearse algunas preguntas filosóficas importantes y luego a un realizar doctorado en letras, lo que supuso "una transformación intelectual personal" y "un rito de paso a la edad adulta intelectual". También asegura que lo ha convertido en "un mejor tecnólogo que antes".
Algo más que la ética
Pero no solo estamos hablando del poso de humanidades que todas las personas deben tener (igual que el de las ciencias).
Según Rosa García, para que la tecnología triunfe en muchos casos es necesario conocer muy bien las necesidades, personalidad y psicología de los usuarios. “El iPhone triunfó no porque fuera mejor teléfono que los que había en aquella época, sino porque tenía una interfaz, apariencia y experiencia de usuario que enamoró a las personas”, asegura.
Por eso, los diseñadores o grafistas, entre otras profesiones artísticas, tienen mucho qué decir en este mercado de la tecnología. “En Microsoft contratábamos fotógrafos para saber qué foto debía ir en el fondo de pantalla de Windows”, recuerda esta directiva. “Lo mismo ocurre con la música y las sintonías, que te permiten llegar y conectar con el usuario”.
No es lo que estudias, es lo que sabes hacer
Como decíamos al principio, la Comisión Europea asegura que hay muchos trabajadores que no tienen las habilidades digitales necesarias.
Y en esa palabra de habilidades parece estar la clave. “Lo que se demandan son perfiles híbridos, bien sea porque tienen una formación técnica o en humanidades, pero con conocimientos de analítica y específico en su área”, señala el director de recursos humanos de Bq, Daniel Ruiz. Así, este responsable explica que la primera criba de los candidatos que quieren entrar a trabajar en Bq es por sus conocimientos y estudios, pero que las “habilidades digitales son una competencia general y obligatoria para todos los perfiles que se incorporan, independientemente del puesto que ocupen”.
Periodismo, psicología, comunicación audiovisual, diseño… son algunas de las carreras de letras que han estudiado parte de la plantilla de Bq, donde el 42% de los puestos son puramente técnicos. Los puestos no técnicos los suelen ocupar personas con formación en otras ramas, aunque hay muchas áreas mixtas, como Educación (un departamento en que los ingenieros, pedagogos o licenciados en bellas artes trabajan juntos), Comercial (donde hay ingenieros pero también sociólogos), RRHH o Logística.
Hacen falta 900.000 profesionales STEM y los graduados en estas áreas suelen cobrar más que los de humanidades
Algunos informes aseguran que la mayoría de las personas que llegan al sector tecnológico y hacen grandes carreras en él procedentes de las artes liberales han pasado antes por otro trabajo. Pero también es cierto que muchos de estos profesionales entran directamente en esta industria. El 14% de los estudiantes de letras de las 20 principales universidades de Estados Unidos arrancan en empresas de tecnología sus primeros trabajos.
En cualquier caso, Ruiz entiende que “para tener éxito en una tecnológica tienes que ser muy talentoso en tu materia -sea cual sea-, tener capacidad para usar herramientas tecnológicas y moverte con comodidad en un entorno digital” y asegura que “nadie debe elegir una carrera por pensar que pueda tener mejores salidas”.
En este sentido, Rosa García considera básico seguir formándose a lo largo de los años, independientemente de la rama escogida. “Hay verdades que dejan de serlo. Lenguajes de programación que dejan de usarse. La formación debe ser contínua hasta acabar la carrera profesional”.
Directivos tecnológicos que estudiaron letras
Una encuesta sobre los salarios realizada por la National Association of Colleges and Employers en Estados Unidos concluye que los nuevos graduados en STEM tienen sueldos más altos que los que se decantan por las letras. Frente a los algo más de 46.000 dólares de los que estudiaron humanidades, los ingenieros ganan casi 65.000 dólares al año en sus primeros empleos.
En 2015 el análisis de los datos de LinkedIn mostraba que las tecnológicas estaban contratando más gente de letras de lo que podríamos pensar, siendo las empresas de Internet o de software las más proclives a contratar este tipo de perfil. Marketing y ventas serían los puestos más buscados.
También hay directivos (incluso de primer nivel) en las empresas de tecnología que tienen una formación en humanidades. Por ejemplo, Susan Wojcicki, CEO de YouTube, estudió Literatura de Historia en Harvard. El cofundador de Salesforce, Parker Harris, cursó inglés en Middlebury, mientras que el de PayPal, Peter Thiel, se licenció en Filosofía y Derecho.
Reid Hoffman, fundador de LinkedIn y filósofo por Oxford, Ben Silbermann, fundador de Pinterest y politólogo por Yale, o Carly Fiorina, ex presidenta de Hewlett Packard e historiadora medieval, son otros de los ejemplos que puedes encontrar.
Apenas el 25% de los universitarios españoles escogen materias STEM, frente al 57% de humanidades
En España también tenemos ejemplos. Mauricio Lapastora, ex director general de Toshiba y Fujitsu Siemens, es Licenciado en Filosofía y Educación (aunque también tiene estudios en electrónica). Este directivo considera que la formación en Filosofía le ha ayudado a ser “menos cuadriculado” y que le ha dado “la flexibilidad necesaria para ser capaz de pensar que las personas tienen sentimientos, que no son máquinas ni un mero proceso, que los equipos están formados por personas y que cada una tiene su punto diferente al resto y hay que dotar a las organizaciones de una flexibilidad para que esos recursos puedan trabajar y conseguir los objetivos”.
Incluso Rosa García, presidenta de Siemens España y matemática de formación, reconoce que pese a su pasión por las matemáticas, “me dí cuenta de que mi vocación estaba en la gestión”.
Ni de ciencias ni de letras, sino todo lo contrario
¿Hay alguna carrera que no tendría cabida en una tecnológica? En opinión de Daniel Ruiz, no. E insiste en que se deben elegir aquellos estudios que nos apasionan y en los que creamos que podemos aportar más. “La demanda ya existirá. Van surgiendo nuevas expectativas y nuevas necesidades. El mundo cambia constantemente y no sabemos qué se va a demandar dentro de X años”, asegura.
Por eso, en su opinión, los profesionales serán cada vez más mixtos y ya no valdrá saber solo de una cosa. “Hay que entender muy bien el mundo en el que te rodeas. Si eres bueno en lo que haces, vas a tener trabajo sí o sí”.
Rosa García, presidenta de Siemens España, coincide. “Necesitamos expertos técnicos pero que entiendan el porqué de las cosas y, si llegan a puestos directivos, que entiendan el comportamiento humano. Y para ello son importantes las carreras que no son STEM”.
“Si tienen que ser dos grupos -Ciencias y Letras- distintos, que lo sean, pero no vendría mal que los STEM estudiaran algo de Humanidades y, por qué no, que éstas -que a veces huyen de la matemática- conociesen un poco más cómo funciona el mundo desde el punto de vista físico”, concluye la presidenta de Siemens.
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La noticia Estas son las humanidades que deberías estudiar si quieres trabajar bien (o con futuro) en tecnología fue publicada originalmente en Xataka por Arantxa Herranz .
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