Puede que en un tiempo no haga falta viajar hasta China para ver a un policía identificar a un sospechoso por la calle con sus gafas inteligentes. Ni sea necesario sumergirse en la ficción de un episodio de 'Black Mirror' para observar cómo un militar localiza un objetivo gracias a una segunda capa de realidad. Estas tecnologías empiezan a estar entre nosotros.
Sí, lejos estamos de poder integrar en nuestro cuerpo —de una forma natural— las capacidades de un equipo informático. Disponer de una interfaz en nuestros ojos continúa siendo ciencia ficción. Pero no son pocas las empresas que en los últimos años se esfuerzan en crear dispositivos capaces de ofrecer una experiencia que, salvando las distancias, se acerquen a lo visto en los mejores guiones futuristas.
Google lo intentó con sus gafas de realidad aumentada, las Google Glass, y fracasó en su intento de llegar a las masas. Apple parece que comenzó a explorar ese mundo hace unos años, Microsoft continúa viviendo en él con sus Hololens de realidad mixta y otras marcas se han lanzado a buscar un hueco en el ámbito empresarial y un poco más allá.
Es el caso de Toshiba con sus gafas de realidad asistida dynaEdge AR100 Viewer y el miniordenador dynaEdge DE-100 que hemos probado nosotros, además de algunos cuerpos y fuerzas de seguridad.
Múltiples aplicaciones en logística, mantenimiento industrial o seguridad
El miniordenador dynaEdge DE-100 es, por sí solo, un equipo portátil con Windows 10. Con un procesador Intel Core m7-6Y75 en su versión más avanzada, hasta 16 GB de memoria LPDDR3, almacenamiento de hasta 512 GB en una unidad SSD, lector de huellas dactilares, diversas opciones de conectividad y una autonomía media, según el fabricante, de seis horas y media proporcionada por una batería extraíble.
Le podríamos conectar una pantalla, un cable de red y podría ser nuestro ordenador personal. Un dispositivo curioso, sin más, que no resulta especialmente espectacular hasta que no le conectamos las gafas inteligentes dynaEdge AR100 Viewer de realidad asistida.
Es en ese momento cuando ellas, o más bien el dispositivo con visor que puede montarse en diferentes tipos de montura, en cascos o cintas especiales para la cabeza, cobran todo el protagonismo.
Toshiba ha concebido el conjunto como una solución de realidad asistida de manos libres diseñadas para complementar a trabajadores.
Piensa en empleados de almacenes, por ejemplo, que podrían recibir órdenes a través de las gafas sobre qué bultos buscar y, gracia a su cámara, capturar los códigos de barras de los mismos una vez localizados. O en técnicos de mantenimiento, que podrían acudir a realizar determinado tipo de reparaciones complejas recibiendo el apoyo de otro compañero a través de las gafas, dado que puede enviar y recibir imágenes.
Aunque los usos que se le pueden dar son tantos como soluciones quieran desarrollarse a partir de su SDK, que se comercializará a partir de septiembre. Uno de ellos, por ejemplo, interesa a empresas dedicadas a la seguridad y, por supuesto, a los cuerpos y fuerzas de seguridad del estado: el reconocimiento facial.
Control de personas, ayuda en operaciones tácticas, visionados de cámaras...
Pese a que Toshiba no mencione la posible aplicación de las gafas en el ámbito de la seguridad al presentarlas, según aseguró a Xataka su director comercial en España, Luis Polo, los dispositivos han sido presentados al ejército español, cuerpos de seguridad del país, instituciones públicas y ministerios del Gobierno de España. Se mostraron receptivos, según el directivo, aunque no pudo ofrecernos más detalles por lo "confidencial" de esta clase de contactos.
La compañía japonesa se encuentra trabajando en una solución propia de reconocimiento fácil que todavía está en pruebas. El funcionamiento de la misma, en la prueba que pudimos realizar, es bastante sencillo: iniciando la aplicación que ejecuta esta tecnología en el visor aparece una imagen en tiempo real captada por la cámara que incorpora.
A partir de esa señal, cada vez que el software de reconocimiento detecta un rostro lo enmarca en un cuadrado y lo coteja con una base de datos. Si el sujeto localizado aparece en ella, el cuadrado que enmarca sus facciones se vuelve de color verde; si esa cara no es reconocida por el reconocimiento facial, se queda en color rojo.
Según pudimos comprobar, las detecciones se realizan de forma prácticamente inmediata. La aplicación no tardó más de un segundo en identificar a uno de los trabajadores de Toshiba, presente en la base de datos que en ese momento se encontraba vinculada a las gafas, y localizo cuantas caras encontrábamos a nuestro alrededor. De forma totalmente precisa si el rostro se divisaba prácticamente completo, y de manera más errática si los individuos se encontraban de perfil.
Los responsables de la compañía aseguraron que el sistema de reconocimiento todavía no está listo, ya que no supera el porcentaje de precisión deseable, aunque está cerca y ya le buscan aplicaciones.
Creen que podría resultar útil a la hora de que un cuerpo policial identifique a sospechosos, en los controles de acceso a un evento para localizar a personas que tengan vetada la entrada, visualizando cámaras de videovigilancia a distancia o en operaciones militares tácticas, donde además los soldados podrían recibir instrucciones a través de ellas. Los dispositivos, aseguran, cumples con los estándares militares de seguridad.
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La noticia Estas son las gafas inteligentes Toshiba dynaEdge, el dispositivo con reconocimiento facial basado en Windows fue publicada originalmente en Xataka por Toni Castillo .
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