Los primeros monitores 4K para juegos capaces de trabajar a 144 Hz eran inalcanzables. El primero que tuvimos la oportunidad de analizar, el Predator X27 de Acer, costaba en aquel momento, a finales de 2018, casi 2.800 euros, y hoy en día es posible conseguirlo por unos 2.000 euros. Sigue siendo muchísimo dinero. Más del que la mayor parte de los usuarios nos podemos permitir si además tenemos en cuenta que los demás componentes del PC, y especialmente la tarjeta gráfica, deben estar a su altura.
Los fabricantes de monitores son conscientes de que pocos jugones pueden invertir tanto dinero en su pantalla, lo que ha provocado que hayan acabado colocando en el mercado soluciones que han heredado buena parte de la tecnología de esos primeros modelos con vocación prémium, pero con un precio más atractivo. Esta propuesta de ASUS forma parte de esa aún no muy extensa categoría de monitores, pero esta no es su única baza. Este ROG Strix tiene otras características por las que merece la pena que nos fijemos en él.
ASUS ROG Strix XG27UQ: especificaciones técnicas
El corazón de este monitor es un panel IPS con una diagonal de 27 pulgadas capaz de trabajar a una frecuencia de refresco máxima de 144 Hz. Si rascamos un poco más allá de la superficie para averiguar qué lo diferencia de los dispositivos prémium que han llegado al mercado con un precio sensiblemente más alto descubriremos que su capacidad de entrega de brillo máxima roza los 400 nits, y no los 1.000 nits que suelen alcanzar los monitores para juegos más ambiciosos; su contraste nativo es 1.000:1, una cifra inferior a la que nos proponen algunas pantallas de gama alta con panel VA; y su retroiluminación no rivaliza en sofisticación con el sistema FALD en el que se apoyan los monitores más avanzados. Aun así, como podéis ver en la tabla que publicamos debajo de estas líneas, sus especificaciones no están nada mal.
La tecnología DSC nos permite transportar hasta el monitor señales de vídeo 2160p a 144 FPS o más sin que el color se degrade. Eso sí, solo las tarjetas gráficas GeForce RTX 20, Radeon RX 5700 o posteriores la implementan
Su panel, al igual que el de buena parte de los monitores de precio abordable, tiene una profundidad de color de 8 bits ampliada mediante FRC (Frame Rate Control). Esta técnica consigue generar un espacio de color más amplio utilizando píxeles adyacentes de colores diferentes que nos brindan la sensación de que estamos contemplando un tercer color que, en realidad, no forma parte del espacio de color del panel de 8 bits. No obstante, la tecnología que realmente merece nuestra atención es DSC (Display Stream Compression), un estándar de compresión que nos permite transportar a través de un único enlace DisplayPort 1.4 una señal de vídeo 4K UHD con una cadencia de imágenes muy alta y HDR sin que el color se vea degradado. Aquí va un espóiler de lo que veremos más adelante en la sección en la que indagaremos en la calidad de imagen de este monitor: la tecnología DSC funciona.
Según ASUS este monitor arroja un tiempo de respuesta de 1 ms (MPRT). Los fabricantes suelen medir este parámetro de dos formas diferentes: indicando el MPRT (Moving Picture Response Time) o el GtG (Grey to Grey). Ambas medidas reflejan el tiempo invertido por un píxel del panel en cambiar de estado, pero desde dos perspectivas diferentes. El MPRT es una métrica ideada para cuantificar el grado de desenfoque de movimiento de un panel LCD, y refleja el tiempo que transcurre desde que aparece el desenfoque en el contorno de un objeto en movimiento hasta que desaparece completamente.
Sin embargo, el valor GtG mide el tiempo invertido por un píxel del panel en emitir el color gris, pasar a blanco y volver a emitir el color gris. La mayor parte de las marcas indica en las especificaciones de sus monitores el valor GtG porque suele ser más bajo que el MPRT, pero este último es más útil porque refleja con más precisión la persistencia del panel, y, por tanto, si adolece de un desenfoque de movimiento más o menos acusado.
ASUS ROG STRIX XG27UQ | Características |
---|---|
PANEL | LCD IPS 4K UHD de 27 pulgadas (8 bits + FRC) con relación de aspecto 16:9 |
RESOLUCIÓN | 3.840 x 2.160 puntos |
REFRESCO | Hasta 144 Hz |
BRILLO | 350 nits (típico) / Hasta 400 nits con HDR |
CONTRASTE | 1.000:1 (típico) |
ÁNGULO DE VISIÓN | 178 grados |
TIEMPO DE RESPUESTA | 1 ms (MPRT) |
HDR | VESA DisplayHDR 400 |
CONECTIVIDAD | 2 x HDMI 2.0, 2 x DisplayPort 1.4, 1 x jack de 3,5 mm y 2 x USB 3.0 de tipo A |
NVIDIA G-SYNC | Sí |
COBERTURA DE ESPACIO DE COLOR | 90% de DCI-P3 |
CONSUMO | 90 vatios (máximo) |
DIMENSIONES | 633,64 x (436,5 ~ 556,5) x 269,5 mm |
PESO | 7,5 kg |
PRECIO | 899,01 euros |
Asus ROG Strix XG27UQ - Monitor de Gaming DSC de 27" (4K (3840 x 2160), 144 Hz, G-Sync Compatible, DSC, DisplayHDR 400, DCI-P3 90%, Adaptive Sync)
No tiene un acabado lujoso, pero es extremadamente flexible
En este monitor se da una paradoja un tanto extraña: es más atractivo por detrás que por delante. Una de las fotografías que veremos un poco más adelante lo demuestra. Sus marcos no son demasiado gruesos, pero desde luego no son los más finos que hemos visto en una pantalla de este tipo. Eso sí, no oculta en absoluto su vocación de dispositivo para juegos. Y es que incluye la tecnología de iluminación Aura Sync de ASUS, un sistema RGB LED que despliega efectos de ambiente que se pueden sincronizar con la iluminación de otros componentes de esta marca que también incorporen esta misma tecnología. Seguro que hay usuarios a los que esta prestación no les dice gran cosa, y en ese caso pueden mantenerla desactivada, pero es probable que a los fans de la iluminación personalizable les llame la atención.
Como podéis ver en la siguiente fotografía, la peana de este monitor es estilizada y muy poco intrusiva, algo que se agradece si tenemos poco espacio disponible en nuestro escritorio. Instalarla es pan comido debido a que se fija con un solo tornillo a la columna central del monitor. Y, además, al igual que en otros monitores que han pasado por nuestro banco de pruebas, se aprieta con la mano. Por otro lado, es completamente metálica, está muy bien mecanizada, y, lo que es más importante, garantiza que el panel se va a mantener estable y no va a volcar si le damos sin pretenderlo un golpe fortuito no demasiado intenso.
Por detrás, como podéis ver en la siguiente fotografía, este monitor es muy resultón. Al igual que el marco, el panel trasero es completamente de plástico y no recurre a un policarbonato especialmente grueso que transmita sensación de robustez. Lo mismo sucede en las demás piezas de plástico del monitor: transmiten cierta sensación de fragilidad, algo que, en mi opinión, no debería suceder en un monitor de 900 euros. Eso sí, el panel está decorado con unos motivos muy chulos e impacta bastante al activar la iluminación LED, siempre y cuando quede a la vista. Pero este monitor tiene algo que me ha encantado: nos permite ajustar la posición del panel con mucha flexibilidad. Y es que no solo podemos manipular su altura, su inclinación y su rotación sobre el eje central; también podemos girarlo para colocarlo en posición vertical, una prestación que puede ser atractiva al utilizar algunas aplicaciones para creación de contenidos.
Calidad de imagen: la tecnología DSC y su panel IPS marcan la diferencia
La fotografía que podéis ver debajo de estas líneas la tomé con el microscopio digital que utilizo para examinar de forma minuciosa el panel de los televisores y los monitores. El de la unidad que hemos podido analizar de esta pantalla no incorpora ningún subpíxel defectuoso, lo que confirma la tendencia que hemos observado en los monitores que hemos analizado durante los últimos tres años: afortunadamente ya es poco habitual que llegue a las tiendas un monitor IPS con un píxel defectuoso. El punto débil de estos paneles, como veremos más adelante, va por otros derroteros. Un apunte interesante: la matriz de subpíxeles RGB de la fotografía se ve ligeramente borrosa debido a la fina capa que cubre el panel para protegerlo y minimizar los reflejos.
Para analizar la calidad de imagen de este monitor recurrí a Eizo Monitor Test, una herramienta gratuita muy útil no solo para comprobar cómo resuelve un dispositivo de visualización el color, sino también cuáles son sus ángulos de visión, si su nitidez está a la altura, si la retroiluminación es completamente homogénea o si tiene algún píxel defectuoso, entre otras prestaciones. La primera sorpresa agradable que me llevé al empezar las pruebas tanto con esta aplicación como con la reproducción de juegos y vídeo fue que este monitor viene muy bien calibrado de fábrica. No alcanza el sobresaliente nivel en este terreno del Predator XB273K de Acer que analicé hace solo unos días, y que también recurre a un panel IPS, pero se le acerca mucho.
Este monitor IPS viene muy bien calibrado de fábrica. Además, el panel de la unidad que hemos analizado no incorpora ningún subpíxel de la matriz RGB defectuoso
Los usuarios que van a utilizarlo principalmente con juegos y herramientas ofimáticas no tendrán que preocuparse lo más mínimo por afinar más su imagen. La calibración que nos propone tal y como lo sacamos de la caja nos ofrece una experiencia notable. Quien además de con juegos necesite utilizarlo con aplicaciones de creación de contenidos que requieren restituir el color con la máxima precisión posible, como, por ejemplo, las de retoque fotográfico o maquetación editorial, podrá afinarlo con precisión porque el menú OSD contempla todos los parámetros necesarios para llevar a cabo una calibración minuciosa. Y si lo hace con la ayuda de un colorímetro y el software adecuado, mucho mejor.
Una de las cualidades de los monitores que recurren a un panel IPS es la precisión con la que restituyen el color, y esta pantalla no es una excepción a esta tónica. Según ASUS nos propone una cobertura del 90% del espacio de color DCI-P3, que es lo habitual en un monitor IPS de cierta calidad hoy en día. Durante mis pruebas con Eizo Monitor Test me demostró que es capaz de reproducir los colores básicos con una pureza muy alta, lo que le ayuda a restituir los demás colores con precisión y le permite recrear un abanico de tonos muy amplio a pesar de no contar con un panel con una profundidad de color de 10 bits nativos.
En cualquier caso, si queremos que este monitor nos entregue lo mejor de sí mismo lo ideal es que le enviemos la señal de vídeo desde una tarjeta gráfica compatible con la tecnología DSC de la que he hablado unos párrafos más arriba (nosotros lo hemos probado con una GeForce RTX 2080 SUPER ensamblada por ASUS). No importa que estemos jugando a 2160p y con una cadencia de imágenes por segundo sensiblemente superior a los 100 FPS; los colores que reproduce este monitor son vívidos y dotan a las imágenes de una profundidad y un realismo que en algunos juegos, los más cuidados desde un punto de vista gráfico, impresionan. Además, la compresión DSC minimiza el nivel de ruido de la señal, por lo que incluso las escenas más oscuras tienen un nivel de detalle en sombras muy respetable (y eso que la relación de contraste no es uno de los puntos fuertes de los monitores con panel IPS).
Una baza de los monitores con panel IPS que, como cabía esperar, está presente en esta pantalla, consiste en que el color apenas se degrada cuando miramos el panel desde posiciones muy escoradas, lo que le permite entregarnos unos ángulos de visión cercanos a los 180 grados. Pero esta tecnología, la IPS, no es infalible, y su principal debilidad es la presencia habitual de fugas de luz en los márgenes del panel. Este monitor también las tiene (podéis intuirlas en la siguiente fotografía), aunque son leves y cuando lo estamos utilizando con juegos o vídeo son prácticamente imperceptibles. Por otro lado, la capacidad de entrega de brillo de este monitor (según ASUS alcanza picos de 400 nits) no es espectacular, pero consigue que los contenidos HDR luzcan bien gracias a su habilidad a la hora de manejar un rango dinámico notable. Hay monitores IPS con una capacidad de entrega de brillo mayor, por supuesto, pero suelen ser sensiblemente más caros que este.
En las especificaciones de esta pantalla ASUS anuncia un consumo máximo de 90 vatios, y coincide con los valores que nosotros hemos medido en las condiciones más exigentes, que se dan al restituir una señal de vídeo 2160p con HDR y una cadencia de imágenes por segundo cercana a los 144 FPS. Sin embargo, cuando utilizamos el monitor para trabajar con herramientas ofimáticas y nos movemos por el sistema operativo, un escenario de uso que para él es mucho menos estresante, el consumo se reduce perceptiblemente hasta rozar unos mucho más comedidos 20 vatios.
ASUS ROG Strix XG27UQ: la opinión de Xataka
No todos los jugones necesitan un monitor como este. Para sacarle partido es imprescindible que nuestro PC tenga unas prestaciones ambiciosas, y, sobre todo, que nuestra tarjeta gráfica nos permita jugar a 2160p con una cadencia de imágenes sostenida lo más alta posible y con frecuencia superior a los 100 FPS. Eso sí, en estas coordenadas este monitor tiene sentido. Los 900 euros que ASUS nos pide por él representan un esfuerzo económico importante, pero, aun así, es más barato que la mayor parte de las pantallas 4K UHD capaces de trabajar a 144 Hz. Además, su calidad de imagen global es alta, viene muy bien calibrado de fábrica, y, como hemos visto, gracias a la tecnología DSC la habilidad con la que reproduce el color no se resiente a altas tasas de fotogramas por segundo.
Su calidad de imagen global es alta, viene muy bien calibrado de fábrica y gracias a la tecnología DSC la habilidad con la que reproduce el color no se resiente a altas tasas de fotogramas por segundo
En su 'haber' coloco también la enorme flexibilidad con la que podemos ajustar la altura, la inclinación, el giro y la rotación del panel. Y en su 'debe', que lo tiene, me dejan un sabor agridulce unos plásticos menos consistentes de lo que cabe esperar de un monitor de su precio, y también la ausencia de compatibilidad con el refresco adaptativo mediante FreeSync (solo es compatible con G-SYNC). Aun así, entiendo que para algunos usuarios estas dos desventajas no son dramáticas. Su acabado queda en cierto modo compensado por un diseño resultón, y quien tenga una tarjeta gráfica de NVIDIA puede utilizar la sincronización adaptativa sin problema. En estas coordenadas tener en cuenta este monitor es una buena idea siempre que, eso sí, encaje en nuestro presupuesto y nuestro PC sea capaz de sacarle el máximo partido posible.
Asus ROG Strix XG27UQ - Monitor de Gaming DSC de 27" (4K (3840 x 2160), 144 Hz, G-Sync Compatible, DSC, DisplayHDR 400, DCI-P3 90%, Adaptive Sync)
Este producto ha sido cedido para la prueba por parte de ASUS. Puedes consultar nuestra política de relaciones con empresas.
Más información | ASUS
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La noticia ASUS ROG Strix XG27UQ, análisis: quiere que nos fijemos en él por su panel 4K a 144 Hz, pero lo que marca la diferencia es su DSC fue publicada originalmente en Xataka por Juan Carlos López .
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