Samsung lanzó su primer plegable en 2019 y para 2020 no sólo renovaron aquel modelo, sino que lanzaron uno nuevo. Si el Fold es el móvil que se hace grande para ser tablet, el Flip era todo lo contrario. Cuando analizamos el Galaxy Z Flip lo hicimos desde dos puntos de vista, el del creyente y el escéptico. Era el primer modelo que lanzaban con este diseño, pero lo que nos proponen este año está mucho más maduro.
El Samsung Galaxy Z Flip3 llega con un diseño que recuerda a los móviles de tapa de principios de los 2000. Cuando está plegado parece de todo menos un móvil, pero abierto nos da una pantalla como la de un móvil normal (incluso más grande). El año pasado yo fui la escéptica, no me escondo. Si nos leísteis entonces, veríais que el concepto del Flip me convenció más de lo que me esperaba en un primer momento. ¿Terminará de convencer el Galaxy Z Flip3?
Ficha técnica del Samsung Galaxy Z Flip3 5G
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Características |
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Pantalla interior |
Dynamic AMOLED 2X Infinity Flex Display de 6,7 pulgadas Full HD+ (2640 x 1080 puntos), 425 ppp y 120 Hz |
Pantalla exterior |
Super AMOLED de 1,9 pulgadas (260 x 512 puntos) y 302 ppp |
Procesador |
Snapdragon 888 5G de 8 núcleos, 64 bits y fotolitografía de 5 nm (2,84 GHz + 2,4 GHz + 1,8 GHz) |
Memoria principal |
8 GB |
Almacenamiento |
128 ó 256 GB UFS 3.1 |
Cámara frontal |
10 megapíxeles, f/2.4, fotodiodos de 1,22 µm y FOV de 80º |
Cámaras traseras |
- Principal o gran angular: 12 megapíxeles, Dual Pixel AF, estabilización óptica, f/1.8, fotodiodos de 1,4 µm y FOV de 78º - Ultra gran angular: 12 megapíxeles, f/2.2, fotodiodos de 1,12 µm y FOV de 123º |
Conectividad inalámbrica |
5G SA y NSA, Sub6 / mmWave LTE Enhanced 4X4 MIMO |
Sistema operativo |
Android 11 |
Resistencia IP |
IPX8 |
batería |
3.300 mAh |
Sensores |
Lector de huellas dactilares, acelerómetro, barómetro, giroscopio, sensor geomagnético, sensor de proximidad y sensor de luminosidad |
Dimensiones |
72,2 x 86,4 x 17,1 mm (plegado) 72,2 x 166 x 6,9 mm (desplegado) |
Peso |
183 g |
Colores |
Cream, green, lavender, phantom black, gray, white y pink |
Precio |
Desde 1.059 euros (8 GB / 128 GB) |
Samsung Galaxy Z Flip3 5G - Smartphone sin Tarjeta SIM, Android, Plegable, 128 GB, Color Negro + Wireless Charger Dúo (ES Version)
Así es la experiencia usando el Flip
Normalmente empezamos los análisis centrándonos en todos los detalles del diseño, pero en el caso de un móvil como el Samsung Galaxy Z Flip3, el diseño va más allá de un conjunto de detalles estéticos y se convierte en la propia experiencia. ¿Y cómo es esa experiencia?
No es el primer Flip que pruebo, por lo que quizás el efecto wow no fue tan intenso como el año pasado. Con todo, al plegar el móvil por primera vez (viene desplegado en la caja), sigue sorprendiendo lo compacto y manejable que es cuando está cerrado. Plegado, recuerda más a una polvera que a un móvil. Llevarlo así, cerrado, ya sea en el bolsillo o simplemente en la mano, es una gozada.
Me detengo aquí para comentar el principal cambio con respecto a la generación anterior: el módulo que alberga las cámaras y la pantalla exterior, que además es mucho más grande (y útil) que la primera. La solución es mucho más elegante y el contraste de esa área negra con el tono crema de nuestra unidad queda genial. Además, todo el chasis y la bisagra están realizados en un aluminio más resistente con acabado mate y un tono crema como el de la trasera. Podremos discutir mucho sobre la utilidad de este plegable, pero creo que muchos estaremos de acuerdo en que el diseño es precioso y ha mejorado mucho con respecto a la generación anterior.
Después ahondaremos más en lo que podemos hacer a través de la pantalla externa, pero sin duda este cambio supone una mejora enorme. En el primer modelo, la pantalla era tan pequeña que no valía para prácticamente nada y siempre acababa abriendo el móvil. Con el aumento de tamaño es más cómodo ver notificaciones o hacernos selfies con la cámara de detrás y no obliga a abrir el móvil cada vez que queremos consultar algo.
La resistencia y durabilidad son dos de las dudas que suscitan los plegables y, aunque en el tiempo que tenemos de prueba no podemos hablar de resistencia a largo plazo, sí podemos confirmar que la bisagra se siente muy robusta y no produce crujidos extraños. Ofrece la resistencia justa para que no se nos pliegue por accidente ni que tampoco nos cueste demasiado manejarlo. Así también nos permite dejar el móvil plegado en el ángulo que queramos.
El inconveniente del Flip3 es que, como su antecesor, nos obliga a usar las dos manos para abrirlo. Es posible abrirlo con una sola mano, pero hay que meter el pulgar por la junta y no es lo más recomendable, además de que resulta incómodo. Cerrarlo es más sencillo y sí podemos hacerlo sin ayuda de ambas manos.
Por cierto, cuando está cerrado sigue quedando un pequeño espacio en la zona de la bisagra. No es como doblar un folio, la pantalla necesita un pequeño radio para doblarse y eso hace que el cierre no sea perfecto. No supone ningún problema más allá de que no queda perfectamente sellado y puede entrar algo de suciedad, aunque en mi caso lo he llevado dentro de una bolsita independiente para evitar precisamente esto.
Cuando está abierto, el Galaxy Z Flip3 pasa prácticamente por un móvil normal, aunque igual que la generación anterior, la pantalla interna tiene un formato bastante alargado. No resulta especialmente incómodo de manejar porque no es muy ancho, pero sí que es verdad que alcanzar la parte superior o inferior con el pulgar se complica.
Otra cosa que es un poco incómoda es alcanzar los botones físicos. Como está la bisagra, éstos se han colocado más altos de lo que los encontraríamos en un móvil no plegable, por lo que es un poco complicado llegar al botón de encendido sobre todo al principio hasta que te acostumbras. Por cierto, cuando el móvil está cerrado, como es cuadrado muchas veces lo estamos sujetando en distintas orientaciones y es habitual hacerse un lío con los botones (por ejemplo subir el volumen cuando lo que querías era bajarlo).
Lo que delata que estamos usando un plegable es la arruga que se produce en la zona de la bisagra de la que hablaremos en el siguiente apartado. Por lo demás, cuando está abierto, el Galaxy Z Flip3 es un móvil normal. Más largo, pero normal al fin y al cabo. El marco que rodea la pantalla es un poco más ancho que en otros móviles, pero es totalmente regular; no tenemos barbilla ni notch. Por cierto, la cámara frontal se ubica en un agujero centrado en la parte superior (en este caso no se ha ocultado como con el Fold).
El agarre es cómodo gracias a sus bordes redondeados y el peso resulta equilibrado para su tamaño. Son 183 gramos, exactamente lo mismo que su antecesor y una cifra que va en la línea e incluso es más ajustada que la de muchos terminales de gama alta actuales (que alcanzan y a veces superan los 200 gramos).
Pantallas: bienvenidos 120Hz
Empezamos respondiendo la pregunta que todos nos hemos hecho al ver un plegable por primera vez. ¿Se nota el pliegue? Sí, se nota. ¿Molesta? No. Cuando lo miramos de frente el pliegue prácticamente ni se aprecia, sólo cuando pasamos el dedo por encima notamos ese ligero bache y no es algo que estemos haciendo constantemente. Al principio choca más por la falta de costumbre, pero en pocas horas usándolo te olvidas casi por completo.
Pese a que el pliegue dé un aspecto un poco "plastiquero", el tacto es de estar usando una pantalla normal e incluso si presionamos un poco más fuerte no sentimos que sea un panel blando. Quizás es que ya tenía experiencia con el modelo anterior, pero esta vez no he tenido tanto miedo de dañar la pantalla, aunque también es cierto que aún así he llevado especial cuidado con el panel.
Samsung vuelve a repetir con una pantalla interior de 6,7 pulgadas, con formato 22:9 y resolución FullHD+. Como ya vimos en la generación pasada, pese a no contar con una pantalla QHD, la densidad (426 ppp) es más que suficiente para darnos imágenes nítidas. No obstante, tratándose de un gama alta en todos los sentidos, no deja de ser un aspecto en el que queda un escalón por debajo de otros modelos como el Fold3 o cualquier otro gama alta de la firma.
La mejora de esta generación viene con la tasa de refresco. El Flip3 estrena un panel que alcanza 120Hz de frecuencia, aunque ésta es adaptable. Es decir, que no podemos forzar que la pantalla funcione a 120Hz todo el tiempo, sino que va ajustando la tasa dependiendo de las necesidades. Lo que sí podemos hacer es bajar la frecuencia a 60Hz, algo que puede venirnos bien si queremos ahorrar batería. La pantalla se siente muy fluida, aunque esto tiene un precio que veremos más adelante.
Sobre los colores, la pantalla viene por defecto en el modo intenso. Tenemos colores vivos y un contraste elevado con negros profundos, marca de la casa. El modo natural queda algo apagado por lo que hemos dejado la configuración tal cual. Viene un poco fría de fábrica, pero se puede subir un poco la calidez desde ajustes.
El nivel de brillo parece haber mejorado con respecto a la generación anterior, aunque Samsung no dio el dato de nits y sólo sabemos que el pico máximo en el Flip3 es de 1.200 nits. A veces los reflejos molestan, pero más que por una falta de brillo es debido a que la pantalla atrapa las huellas con mucha facilidad y hace que, con reflejos, nos cueste incluso más ver el contenido. El ajuste de brillo automático es obediente y suele responder con agilidad ante cambios de iluminación bruscos.
En los ajustes de pantalla también encontramos otras opciones como el modo claro u oscuro, que podremos forzar o configurar con la salida y la puesta del sol. Aquí tenemos acceso al ajuste de tasa de refresco, el modo de protección de pantalla que reduce la luz azul o la tonalidad del panel.
Bajando más nos encontramos con más funciones como el modo sencillo, la barra lateral edge o poder seleccionar si queremos barra de navegación o gestos a pantalla completa entre otras.
Pantalla externa
Como ya hemos adelantado, la pantalla externa aumenta su tamaño hasta 1,9 pulgadas (la del primer modelo medía 1,1 pulgadas). Sigue siendo un panel bastante pequeño, pero este cambio facilita mucho las funciones que podemos hacer con el móvil cerrado como por ejemplo leer las notificaciones. Antes aparecía una sola línea de texto y los mensajes se mostraban haciendo scroll horizontal.
Con el móvil cerrado, podemos encender la pantalla externa con un doble toque. Después, si deslizamos hacia la derecha abriremos el panel de notificaciones. Aquí aparecen las alertas agrupadas por aplicaciones y podemos leer los mensajes cómodamente sin tener que esperar a que acabe aquel molesto scroll.
Tenemos la opción de borrar las notificaciones, pero también de abrirlas o responderlas. En este caso aparece un mensaje que nos avisa que hay que abrir el móvil para continuar. Si lo hacemos, cuando el móvil se desbloquea nos lleva directamente a esa app y esa conversación concreta.
Si deslizando hacia la derecha aparecen las notificaciones, cuando lo hacemos hacia la izquierda aparecen los widgets, porque sí, esta pantalla tiene widgets. En total son siete y desde Ajustes-Pantalla frontal podemos elegir aquellos que queramos mostrar. El que me ha resultado más práctico es el reproductor musical, aunque también he usado alguna vez el widget de alarma.
Desde este menú también podemos elegir el estilo del reloj que aparece en la pantalla exterior. Por defecto viene configurado en el primer estilo, quizá el más minimalista de todos. También podemos elegir otros con diseños más elaborados o ilustraciones y poner nuestra propia foto de fondo. También podemos acceder a los ajustes rápidos (volumen y brillo) deslizando hacia abajo en la pantalla frontal.
Además de todas las funciones mencionadas, con la pantalla externa también podemos sacarnos selfies con la cámara trasera. Basta con pulsar dos veces el botón de encendido y la pantalla se activa para que podamos encuadrar la foto.
El aumento de tamaño de la pantalla exterior supone una mejora diferencial con el primer modelo. Vamos a tener que abrir el móvil para responder mensajes, pero podemos ver notificaciones con el móvil cerrado de una forma mucho más cómoda.
Sonido: hola doble altavoz, adiós auriculares
El Galaxy Z Flip3 también mejora a su antecesor en el apartado del sonido. Este modelo cuenta con el altavoz principal en la parte inferior, junto al puerto de carga. A este se suma un altavoz de apoyo situado en el auricular para las llamadas. Hay que decir que la potencia de ambos es muy desigual; si tapamos el altavoz inferior casi desaparece el sonido, mientras que tapando el de arriba apenas notamos una bajada de volumen. Sin embargo, esto ayuda a dar más profundidad al sonido. El volumen es bueno aunque, si lo llevamos al máximo suena más metálico y estridente.
En lo que se queda atrás es en el apartado de los auriculares. Tampoco lleva minijack, pero la generación anterior traía unos auriculares AKG en la caja. Este año en la caja no hay ni auriculares ni, como veremos más adelante, cargador.
En los ajustes de sonido encontramos algunas opciones para ajustar el audio. La más interesante es Dolby Atmos, que por defecto viene desactivada y mejora bastante el sonido, tanto si estamos usando auriculares como si estamos usando los altavoces. También cuenta con un ecualizador y una función llamada Adapt Sound que ajusta el sonido dependiendo de nuestra edad y una prueba auditiva.
Rendimiento: potente y caliente
Samsung vuelve a repetir con cerebros marca Qualcomm en sus plegables. Nada de Exynos como nos tienen acostumbrados con la serie Galaxy S. En concreto, el Galaxy Z Flip3 monta un Snapdragon 888 acompañado de 8 GB de memoria RAM. El terminal ofrece los resultados que podemos esperar de esta combinación: fluidez sin lag ni tirones, desde las tareas del día a día hasta otras mucho más exigentes.
Sí hemos notado un aumento de temperatura notable con procesos largos como la transferencia de datos al configurar el teléfono, al jugar un rato a juegos como Genshin Impact o si estamos mucho tiempo haciendo fotos. Lo bueno es que el calor se concentra en la parte de la pantalla trasera y el módulo de cámara, pero llega a resultar molesto. No es algo que suceda con un uso moderado, pero cuando le apretamos las tuercas se calienta más de lo que nos gustaría. Os dejamos con los resultados de las pruebas benchmark:
SAMSUNG GALAXY Z FLIP3 |
SAMSUNG GALAXY S21 ULTRA |
iPHONE 12 PRO |
XIAOMI MI 11 ULTRA |
ONEPLUS 9 PRO |
HUAWEI P40 PRO |
|
---|---|---|---|---|---|---|
PROCESADOR |
Snapdragon 888 |
Exynos 2100 |
Apple A14 Bionic |
Snapdragon 888 |
Snapdragon 888 |
Kirin 990 |
RAM |
8 GB |
12 GB |
6 GB |
12 GB |
12 GB |
8 GB |
GEEKBENCH 5 |
1.106 / 2.678 |
991 / 3.272 |
1.614 / 4.148 |
1.127 / 3.663 |
1.105 / 3.603 |
943 / 2.527 |
3D MARK (SLINGSHOT) |
Maxed out |
9.226 |
- |
Maxed out |
(Maxed out) |
8.726 |
PC MARK WORK |
12.928 |
14.043 |
- |
11.691 |
11.919 |
9.476 |
Biometría
Uno de los sacrificios que hacemos con los plegables es que no hay lector de huellas bajo la pantalla. En su lugar tenemos el lector en el lateral, integrado con el botón de encendido. A nivel de rapidez y eficacia no hay quejas; el lector es fluido y rara vez le cuesta identificarnos. El problema es que la ubicación es algo incómoda y a veces toca recolocar el móvil en la mano para poder llegar al botón.
El reconocimiento facial es un buen complemento. Funciona rápido y, si lo configuras para que te lleve directamente a la pantalla de inicio el desbloqueo es casi inmediato. Eso sí, al menos en mi caso alguna vez no reconoce el rostro y he acabado usando el lector. Además, al no ser desbloqueo 3D, no funciona bien con poca luz.
Autonomía: el precio de los 120Hz es demasiado alto en una batería tan pequeña
Aunque se ha reducido ligeramente su tamaño, el Flip3 pesa lo mismo que su antecesor, por lo que la batería también tiene la misma capacidad: 3.300 mAh. Para un móvil de gama media ya sería una cifra ajustada, pero para un gama alta con doble pantalla (y una de ellas con 120Hz de tasa de refresco) suena del todo menos prometedor. La cosa pinta mal, pensé, y no me equivoqué.
Cargar el móvil a diario es necesario incluso en días de uso moderado. Manteniendo la tasa de refresco adaptable y dándole un uso bastante exigente, hemos tenido cargas de unas 20 horas (alguna vez incluso menos) y un tiempo de pantalla que llegó a quedarse en sólo 2 horas y media. Que no cunda el pánico. En este escenario concreto estuve muchas horas fuera de casa, usando Maps y compartiendo datos con otro móvil (gracias a que la copia de WhatsApp de iOS a Android todavía no funciona).
El mejor tiempo de pantalla que hemos obtenido con el Flip fueron casi 6 horas y media, pero esto configurando la pantalla a 60Hz y dando un uso general más moderado. La media tras una semana alternando días más exigentes y otros más conservadores ha sido de unas 4 horas de pantalla. Sin duda aquí tenemos el talón de Aquiles del Flip.
Sobre la carga, el móvil viene sin cargador por lo que hemos usado uno que teníamos por casa para cargarlo, aunque dado que la potencia de carga que soporta son 15W, la rapidez no es precisamente su fuerte. Lo bueno es que 3.300 mAh no tardan demasiado en cargarse. Tenemos carga inalámbrica inversa para cargar accesorios u otros móviles, pero viendo los tiempos de autonomía, casi mejor evitarlo.
Software: la esencia de este plegable no está en sus funciones
Vayamos al grano: el apartado de software no es el fuerte del Galaxy Z Flip3. Ya con el primer modelo vimos que las funciones de software especiales eran más bien escasas y esta generación no ha cambiado mucho en este aspecto. No es algo malo, es simplemente que la esencia del Flip no es la productividad como lo es en el Fold, aquí la esencia es que tenemos un móvil "normal" que reduce su tamaño a la mitad. Con todo, Samsung ha encontrado la forma de sacar partido a este formato y nos trae algunas funciones especiales.
Las más destacadas son las relacionadas con el apartado fotográfico. Como ya hemos comentado más arriba, la pantalla externa sirve para que podamos sacarnos selfies usando la cámara trasera y así aprovechar la calidad que nos ofrece. También podemos hacer fotos con el móvil abierto y usar la pantalla a modo de vista previa para que la persona fotografiada vea el encuadre. Si ponemos el móvil en modo Flex (abierto a 90º) podemos usarlo como si fuera un trípode.
Hay algunas aplicaciones que también se adaptan a este modo 'flex', como por ejemplo la app Galería. Cuando vemos fotos y vídeos podemos usar la parte inferior a modo de trackpad. También se adapta Google Duo para apoyar el móvil durante las videollamadas, pero no hemos encontrado más apps que saquen partido de este modo.
Otra de las cosas que podemos hacer nos recuerda a los teléfonos de tapa antiguos: descolgar al abrir el teléfono y colgar al cerrarlo. Por defecto no viene así configurado, pero desde los ajustes de la app Teléfono podemos hacerlo. También se pueden contestar llamadas teniendo el teléfono cerrado, desde la pantalla externa. En este caso, a menos que tengamos auriculares conectados, la llamada se lanzará por el altavoz.
Y aquí acaban las funciones especiales del Galaxy Z Flip3. Como decía, el Galaxy Fold es el que más puede presumir de funciones propias porque su finalidad es contraria: hacerse grande en lugar de más pequeño. No es una crítica al Flip, simplemente es su esencia.
Seguimos con OneUI y, salvo una especie de tutorial describiendo todas las funciones especiales, la capa es exactamente igual que en los móviles no plegables de la marca. En la imagen sobre estas líneas se puede ver como queda el escritorio cuando lo acabamos de encender.
Samsung incluye sus apps habituales y algunas adicionales de terceros como el paquete de Microsoft, Facebook, Netflix y YouTube Music. No es mucho bloatware, pero ahí está.
La barra de contenidos Edge también está presente en el Flip. Por defecto solamente está activa la barra de apps, pero desde Ajustes podemos activar otras como los accesos directos a contactos, Smart Select, el tiempo y mucho más. Personalmente no he usado esta opción salvo cuando he querido usar dos apps al mismo tiempo en pantalla partida. Podemos crear una pantalla partida simplemente arrastrando los iconos y hasta podemos guardar la vista para poder acceder rápidamente, por ejemplo YouTube arriba para ver un vídeo y Chrome abajo para consultar algo en la web.
Para terminar hablemos de Game Booster. El modo de juego de Samsung nos ofrece una serie de funciones mientras jugamos, como el modo de prioridad, una especie de 'No molestar' que bloquea todas las notificaciones, excepto las alarmas. En el panel de Game Booster también tenemos otros elementos como los accesos directos a apps (editables), el control de temperatura y memoria o los botones para hacer capturas en foto y vídeo.
Cámaras: estas lentes nos suenan
En el primer Flip vimos que el conjunto fotográfico no era la función estrella y con el Galaxy Z Flip3 sigue pasando lo mismo. El nuevo modelo integra exactamente el mismo conjunto de cámaras que ya probamos con su antecesor, por lo que la sensación ha sido más bien de déjà vu.
Aquí no tenemos zoom de 100 aumentos ni módulos de cámara imposibles como sí encontramos en la gama Galaxy S. En su lugar contamos con una cámara trasera doble compuesta por un sensor principal y un gran angular. Como de costumbre, el sensor angular es más pequeño y la lente menos luminosa, algo que veremos como se traduce en los resultados de las imágenes, pero primero detengámonos en el software.
App de cámara
Si nos fijamos en la app de cámara, el Galaxy Z Flip3 pasa por un móvil totalmente normal. Lo único que cambia con respecto a otros modelos no plegables es el icono de arriba a la izquierda. Sirve para activar la vista previa en la pantalla externa y puede ser de ayuda para encuadrar si usamos la cámara trasera para hacernos selfies.
Por lo demás, tenemos la interfaz habitual de OneUI, con el carrusel de modos de disparo en la parte inferior y el cajón 'Más', con el resto de modos. Como siempre, esto es editable por lo que si queremos el modo 'Vídeo retrato' esté más accesible, lo podemos añadir sin problema.
En los ajustes nos encontramos con las funciones habituales. Por defecto el optimizador de escenas viene activo, es decir, que si detecta que estamos fotografiando comida, activará el modo comida. Personalmente suelo prescindir de estas opciones, pero se pueden desactivar así que tampoco lo modifiqué en ajustes.
También tenemos otras opciones interesantes como la que cambia a la cámara angular automáticamente cuando detecta más de dos personas al hacernos un selfie, el estabilizador de vídeo, HDR automático o el enfoque con seguimiento.
Calidad de imagen
Con condiciones favorables, el sensor principal consigue resultados bastante buenos. El detalle en las copas de los árboles es un poco errático, pero el plano general está bien resuelto y el HDR consigue rescatar bastante detalle del cielo (en la vista previa se veía completamente quemado).
En escenas con elementos más cercanos también nos da imágenes bien resueltas, pero el detalle vuelve a ser su punto débil. Aquí tenemos la zona de la cara de los gatos muy definida, pero en la zona izquierda se ha perdido casi toda la textura del pelo.
Esta escena de interior es un buen ejemplo de lo que suele pasar con el Flip; tenemos una foto muy resultona, con colores vivos y contrastada, pero al sacar la lupa vemos un procesado agresivo e incluso algo de ruido pese a ser una escena muy iluminada. Las fotos trepidadas aparecen más de lo que nos gustaría y, de hecho en esta misma sesión pasó varias veces porque los gatos se movieron.
Con buena luz, el gran angular nos da resultados muy similares a los del sensor principal. Es una lente muy divertida para jugar y nos da fotos tan interesantes como esta, pero hay que saber que cuando cae la luz la calidad cae con ella.
Volviendo al sensor principal, en esta escena con mucha menos luz el resultado es muy bueno, en parte gracias a que son objetos estáticos con formas muy definidas. Con paciencia y conociendo sus limitaciones, podemos conseguir fotos muy acertadas.
Cuando cae la noche se notan mucho más las debilidades de ambas lentes, pero sobre todo de la lente angular. Con el modo noche podemos salvar el detalle, aunque tampoco esperes milagros. Si tienes el optimizador de escenas activo, el modo noche se activa automáticamente y el tiempo de disparo varía según la oscuridad de la escena.
Modo retrato y selfies
La principal ventaja que nos da el diseño del Flip a la hora de hacer fotos es con los selfies. Como ya hemos visto, la pantalla externa nos sirve a modo de vista previa y permite que nos hagamos fotos con la cámara trasera, por lo que viene de perlas para aprovechar funciones como el modo retrato. Con la frontal también hay desenfoque de fondo, pero no conseguimos un resultado tan bueno como con las cámaras principales.
Para poder sacarnos retratos con la cámara trasera hay que activar el modo de vista previa con la pantalla frontal y ya podremos encuadrarnos mejor. Para disparar, lo más cómodo es usar los botones de volumen. Con las cámaras traseras tenemos un retrato con una paleta de color mucho más rica y más detalle, mientras que la cámara frontal nos da una imagen más apagada. El recorte es algo agresivo porque por defecto aplica bastante desenfoque, pero si le bajamos un poco la intensidad en el modo de edición se suaviza y queda mucho mejor.
Cuando nos hacemos selfies con el móvil cerrado nos deja cambiar entre las lentes normal o angular deslizando hacia arriba o abajo. Un detalle a tener en cuenta es que obtenemos imágenes con formato cuadrado y no formato rectangular como de costumbre ya que así es más sencillo encuadrar.
Otra opción para hacernos selfies usando la cámara trasera es poner el móvil en modo flex sobre la mesa, como si fuera un trípode, y usar el temporizador. También podemos activar la vista previa para vernos en la pantalla externa. En este caso la foto tendrá el formato rectangular normal ya que detecta que el móvil sigue abierto.
Queda claro que la cámara frontal es bastante floja en cuanto a detalle y color. No es un resultado malo, pero se queda bastante justito y viene muy bien que el Flip nos dé tantas opciones para hacernos fotos con la cámara trasera. Sin duda este es el punto más destacado de lo que nos ofrece su diseño más allá de la reducción de tamaño.
Vídeos
Llegamos al vídeo y aquí Samsung nos ofrece la opción de grabar a resolución máxima 4K, nada de 8K como sus modelos más top (aunque no te va a hacer falta). Podemos cambiar la resolución y frecuencia desde la propia interfaz de grabación, así como activar el modo superestable aunque en este caso la resolución máxima puede ser FullHD. Como adicional, también tenemos el modo vídeo retrato con desenfoque de fondo que también está limitado a FullHD.
De día, los vídeos tienen muy buena calidad. Se adapta bien a los cambios de iluminación y la estabilización es correcta cuando vamos caminando. La app nos deja cambiar entre la lente angular y la principal usando los botones o también haciendo zoom gradual.
Hablando de zoom, la app nos permite llegar hasta los 10 aumentos, pero dado que aquí no tenemos teleobjetivo, se trata de un zoom 100% digital y la pérdida de definición hace que no valga la pena usarlo.
Por la noche la calidad cae de forma drástica, especialmente si activamos el modo superestable. Aquí lo ideal es usar la lente principal ya que el angular pierde mucha definición y por supuesto evitar hacer zoom.
Ya hemos visto que una de las ventajas del diseño del Flip es que podemos hacernos fotos usando la pantalla delantera como vista previa y por supuesto también podemos hacer lo mismo en los vídeos. La calidad del vídeo de las cámaras traseras es muy superior al de la frontal, también con el modo de vídeo retrato que desenfoca el fondo.
La opinión y nota de Xataka
Creo que nadie puede dudar de que apuesta de Samsung por los plegables es fuerte, tan fuerte que por el camino se han llevado por delante a la serie Galaxy Note. Sin embargo, los plegables siguen despertando dudas; la durabilidad, las reparaciones y el precio son las más repetidas. Luego está el tema de si de verdad se le saca partido a un diseño plegable, quizás este es el punto más crítico. ¿Para qué quiero un móvil plegable?
Los plegables no son para todo el mundo, pero de las dos propuestas que ofrece Samsung, el Galaxy Z Flip3 es la que va a adaptarse a más usuarios. No tiene grandes funcionalidades, pero poder doblar el móvil por la mitad es muy práctico a la hora de transportarlo. Y además mola mucho, no nos engañemos.
Con el primer Flip ya nos sorprendió como ese pequeño gesto era tan importante en el uso, pero no convencían algunos puntos. Samsung ha integrado una pantalla externa más grande y eso nos permite hacer más cosas con el móvil cerrado. Además, el diseño es mucho más bonito con el módulo negro en la parte exterior. Los marcos de aluminio mate le dan un aspecto distinguido y contribuyen a que lo sintamos más robusto en mano, además de que ahora es resistente al agua.
A nivel de especificaciones hay bastantes luces como la potencia (aunque el tema de la temperatura es molesto), los 120Hz de la pantalla o un conjunto de cámaras que sin ser lo más top, dan buenos resultados, pero hay una sombra muy grande: la autonomía. El nuevo Flip sigue contando con 3.300 mAh, pero tiene una pantalla interior más fluida y una exterior más grande y el impacto en la batería es enorme.
Pero si en algo ha mejorado esta generación es en el precio. De los 1.500 euros del primer modelo, ahora tenemos la versión de 128 GB por 1.059 euros. No es un móvil barato, pero está al nivel de la mayoría de la gama alta actual. Todavía son una categoría nueva y, como decía, no son para todo el mundo, pero si hay un candidato a ser el plegable mainstream, es el Galaxy Z Flip3.
8.5
A favor
- La pantalla exterior es más grande y nos permite hacer más cosas con el móvil cerrado.
- El diseño se ha mejorado y se siente más resistente.
- El precio lo pone al nivel de la gama alta (no plegable).
En contra
- La autonomía es muy justa, sobre todo si mantenemos los 120Hz.
- Se calienta con demasiada facilidad.
- Las cámaras no se han mejorado y siguen siendo algo justas para un gama alta.
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La noticia Samsung Galaxy Z Flip3, análisis: si hay un candidato a ser el plegable mainstream, es este fue publicada originalmente en Xataka por Amparo Babiloni .
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