No es el primer smartwatch que llega al mercado. Tampoco es el más completo por especificaciones, pero en este segmento que como quien dice acaba de nacer, la tecnología no es en algunos casos el rol protagonista. Hablamos del Apple Watch, el desembarco de los de Cupertino en el sector.
En Xataka ya hemos probado el Apple Watch y tenemos un análisis completo, con vídeo y donde hemos puesto a prueba el reloj en diferentes escenarios para poder contarte qué nos ha parecido, sus puntos fuertes, como queda respecto a la competencia y también cuáles son sus defectos. ¿Te lo vas a perder?
Apple Watch, principales características y análisis en vídeo
Iniciamos el análisis del Apple Watch con una review en vídeo para poder verlo en funcionamiento así como conocer su diseño y entrañas con todo lujo de detalles:
Ya ahora repasamos la ficha técnica del Apple Watch:
Apple Watch, principales especificaciones | |
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Pantalla | AMOLED 1.3 pulgadas (37 mm) // 1.5 pulgadas (42 mm) |
Resolución | 272x340 / 312x390 píxeles (320 ppp) |
Protección | Vidrio ion-X (Sport) y Zafiro (Watch y Edition) |
Dimensiones | 37 y 42 mm de altura y 10.5 mm de grosor |
Peso | 30 gramos (Sport) / 50 gramos (Watch) |
Sistema operativo | Watch OS |
Compatibilidad | iOS |
Procesador | -- |
Memoria interna | 2 GB (no ampliable) |
RAM | -- |
Conectividad | BT 4.0, podómetro y sensor cardíaco |
Resistencia agua | -- |
Batería | 205 mAh (37 mm) / 310 mAh (42 mm) |
Precio | Desde 419 euros |
Diseño y acabado
La importancia del diseño en el Apple Watch y su apuesta por ser algo más que un dispositivo electrónico queda más que clara cuando uno mira las diferentes opciones que tiene el usuario para escoger. Desde los dos tamaños de caja hasta el acabado de la misma (aluminio, acero u oro) o las correas para intercambiar.
En cualquiera de los tres casos (los hemos podido tocar todos) no hay dudas sobre la calidad del acabado y los detalles. Que guste más o menos el resultado final ya depende de los gustos de cada usuario, pues no hay numerosos elementos que le den profundidad en la personalidad salvo quizás la corona de control. Otras marcas como Motorola o la propia LG con su Watch R han hecho más énfasis en que su producto se reconozca sin dificultad.
Dimensiones físicas | Apple Watch (42 mm) | Moto 360 | Sony Smartwatch 3 | LG G Watch R | Huawei Watch |
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Peso (gramos) | 30 (Sport) / 50 (Watch) | 49 (con correa piel) | 45 | 62 | -- |
Grosor (mm) | 10.5 | 11.5 | -- | 9.7 | 11.3 |
El Apple Watch difiere bastante a nivel de peso según optemos por el modelo Sport o el clásico. El primero tiene un peso en su versión de 42 mm muy conseguido: 30 gramos sin correa. Eso lo sitúa como el más ligero de entre los modelos avanzados y de grandes marcas.
El modelo Sport y su cuerpo de aluminio se sitúa como el smartwatch más ligero del mercado
Si pasamos ya al modelo que hemos probado nosotros, sus dimensiones están en sintonía con el resto del mercado a grandes rasgos, tanto en peso como en grosor. Pero no resulta nada incómodo de usar, especialmente si optamos por la banda de goma. Sí que vamos a notar algo extraño en la muñeca, pero no será el peso del reloj sino el hecho de que durante años, en muchos casos, esa parte de nuestro cuerpo ha disfrutado de una libertad que ahora todas las marcas se empeñan en eliminar definitivamente.
Un producto de alto coste con posible fecha de caducidad
Si nos alejamos del modelo Sport, cuyo precio es alto pero no descabellado, el coste de un Apple Watch nos parece excesivo. Estamos moviéndonos en un mínimo de 669 euros (correa deportiva y tamaño de 37 mm), con un excelente acabado, cierto, pero muy por encima de la competencia y tratándose de un accesorio que no tiene excesivas funcionalidades por sí mismo.
Sería absurdo criticar el acabado o calidad de materiales del Apple Watch, pero estamos ante un producto accesorio que tendrá para muchos usuarios un ciclo de vida que se antoja relativamente corto para lo que cuesta
El argumento de que hay relojes u objetos más cercanos a la moda que a la tecnología que cuestan lo mismo o más que el Apple Watch tiene para mi una pared infranqueable: hay posible fecha de caducidad.
Aquí no criticamos el acabado, sería absurdo, o el que haya usuarios que consideren que al ser en buena parte un objeto personal a modo de reloj, hereda el empaque de los cronógrafos que también suelen ser equipos caros. El problema con el Apple Watch es que no es un reloj perenne, sino que tendrá un ciclo de vida que se antoja relativamente corto para lo que cuesta. En un año, quizás dos, lo lógico es que tanto por diseño, rendimiento o funcionalidad, el Watch original quede obsoleto. Por eso la decisión de compra de un modelo que no sea el Sport me parece arriesgada pues no perdemos funcionalidad al optar por el modelo más económico.
Con precios mucho más reducidos que los del Apple Watch, la competencia no ha descuidado precisamente materiales ni acabados
Tampoco hay que olvidar que, si bien nos parece superior la del Apple Watch, la competencia no ha descuidado los materiales y acabado de sus smartwatches. Tenemos los ejemplos del Huawei Watch, del Smartwatch 3 metálico, el Moto 360 o el LG G Watch R. En todos esos casos el precio está alrededor de los 250 euros, con especificaciones iguales o superiores en cada uno de los apartados de un reloj avanzado.
El negocio y personalización de las correas
Que un Apple Watch salga por más o menos precio depende en buena parte de la correa que escojas. El modelo más básico es el de plástico, disponible en varios colores. Es cierto que nos deja una sensación de calidad muy alta, pero al fin y al cabo son 59 euros por unidad. Luego ya dependerá de lo que queramos o podamos gastar, teniendo desde modelos en piel hasta la exclusiva correa de eslabones (499 euros)
Cambiar las correas es una tarea que Apple ha cuidado mucho de manera que sea cuestión de segundos. El mecanismo incluye un botón fácil de apretar y que desactiva el imán que se usa como sujección. El sistema es seguro y uno sabe en todo momento si está bien colocada o no por un clic que se puede apreciar. Pero no hay opciones para que cada cual use correas de relojes tradicionales. Aquí el sistema es propietario completamente.
Apple ha sabido crear un buen negocio que aumentará en breve cuando haya terceros fabricantes que tengan licencia para ofrecer correas alternativas a las oficiales. En muchos casos habrá diseños diferentes y previsiblemente bajen el precio respecto a los de Apple. También será interesante ver a evolución de próximos diseños de Apple en cuanto a compatibilidad con las correas de esta generación, pues sería más justificable la inversión en una correa de calidad o alguna más para intercambiar si en el futuro pudiéramos comprar a Apple solo la caja del reloj.
Pantalla
Cuadrada y no redonda. Esa fue quizás la primera sorpresa que algunos nos llevamos al conocer el Watch de Apple. Si la idea de un reloj de Apple orbitaba en parte alrededor de un objeto de moda y muy cercano al mundo clásico del reloj, lo redondo podría haber sido lo esperado. Además, en la gama ya presente de relojes avanzados, el formato clásico triunfaba.
Pero el Apple Watch apostó por el diseño cuadrado y en dos dimensiones: 37 y 42 mm. Aunque no hay una correspondencia “oficial”, estas dimensiones se pueden asemejar a una diagonal de pantalla de 1.3 y 1.5 pulgadas respectivamente.
Sobre la calidad de la pantalla del Apple Watch no hay duda alguna. Es una “norma” de la casa que vemos repetida producto tras producto
Si miramos la tabla comparativa que hemos preparado, en diagonal el Apple Watch está en la media del sector pero mejora la resolución, consiguiendo superar a los demás en densidad de píxeles.
Benchmarks | Apple Watch (42 mm) | Moto 360 | Sony Smartwatch 3 | LG G Watch R | Huawei Watch |
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Diagonal (pulgadas) | 1.3 (37mm) / 1.5 (42 mm) | 1.56 | 1.6 | 1.3 | 1.4 |
Resolución | 272x340 / 312x390 | 320x290 | 320x320 | 320x320 | 400x400 |
Densidad | 320 ppp | 205 ppp | 200 ppp | 245 ppp | 286 ppp |
La pantalla del Apple Watch no se aleja ni un ápice de lo que se ha convertido seguramente en la característica más destacable y sin fisuras que presentan los equipos de Apple sea cual sea su categoría: la calidad. La de este Apple Watch es de tipo AMOLED, con excelente reproducción del color, brillo suficiente, intensidad y una respuesta al tacto muy precisa. También la nitidez es de alta nota y no hay problema alguno en visualizar texto por pequeño que este sea.
Pese al brillo alto, como pasa con el resto de smartwatches del mercado que optan por paneles clásicos para sus relojes, en exteriores y con luz intensa la visibilidad no es su fuerte y dependerá de contraste de lo que aparece en la pantalla, será mejor o peor.
La pantalla del Apple Watch sufre en exteriores de igual manera que su competencia pero ofrece más nitidez
Apple permite tres niveles de brillo que no se regulan de forma automática. No hay sensor de luminosidad y tenemos que hacerlo de forma manual. En todo caso la diferencia entre esos tres niveles no es mucha.
La curvatura en los bordes de la pantalla, además de una faceta estética, aporta al uso del reloj la comodidad de un desplazamiento desde el borde muy preciso y cómodo que nos sirve para acceder a las opciones y paneles informativos que “salen” tanto de la parte superior como de la inferior, como veremos a continuación.
La integración de la caja de aluminio o acero con la pantalla está perfectamente ejecutadas y hay continuidad absoluta en el diseño. Aunque la teoría de un cristal de zafiro en el modelo Watch debería darle margen de confianza ante roces, la duda queda del lado de los probables golpes que el reloj sufra en el día a día con el paso del tiempo.
No es extraño que golpeemos sin querer el reloj contra una pared o marco de una puerta, y esos bordes “libres” de protección son carne de posibles futuras imperfecciones. Tanto el marco pulido a láser del iPhone 5 como el del actual de cristal del iPhone 6 sufren precisamente de ese mal. El acabado es muy cuidado pero también es muy probable que con el tiempo quede afectado por el día a día.
Así funciona el Apple Watch: interfaz y controles
Junto con establecer la funcionalidad real que se le dará en el futuro al smartwatch, la gran tarea de los fabricantes que se están sumando a este mercado es qué interfaz integrar para que la experiencia del usuario en unas pantallas tan pequeñas sea satisfactoria.
En este apartado cuenta tanto la apariencia de Watch OS, que es como Apple ha bautizado a su sistema operativo, como los gestos, botones y sistemas de control que se han implementado para moverse y gestionar las opciones e información que vamos a tener en nuestra muñeca.
Watchfaces y hub central
La pantalla principal que un poseedor del Apple Watch verá la mayor parte del tiempo es la llamada watchface. Es lo que aparece cuando giramos la muñeca (aquí podemos decidir si queremos siempre la esfera del reloj o la aplicación/servicio último en el que nos encontrábamos).
Hay diez opciones actualmente, desde varias que se basan exclusivamente en una imagen en movimiento con la hora hasta esferas clásicas donde podemos configurar pequeñas píldoras de información como la batería restante, hora de la alarma, tiempo que hace o fecha actual. Para configurarlas basta mantener pulsado con fuerza la pantalla de reloj y escoger la nueva apariencia, así como las opciones que deseamos ver como información extra.
Aquí lamentamos (Apple ha prometido solucionarlo con Watch OS 2.0 como veremos más adelante) que apenas sean 10 los “relojes de portada” que Apple nos deja tener.
La otra pantalla principal es el hub de aplicaciones. Ahí nos encontramos con un “panal” de iconos circulares que representan tanto las opciones y aplicaciones nativas del reloj como las de terceros que hemos decidido instalar y tienen versión para el Watch de Apple.
Con el dedo nos podemos desplazar por los iconos y pulsarlos. Pese a su tamaño (podemos hacer zoom sobre ellos pero no con los dedos sino con el giro de la corona) es difícil no acertar con lo que queremos abrir. Es el equivalente al escritorio de iOS o el menú de aplicaciones de Android.
Si mantenemos pulsado un icono, al igual que pasa en iOS, nos salta la opción para desinstalar automáticamente desde allí las aplicaciones pulsando sobre una x en la esquina superior izquierda de cada icono. Luego, si queremos que vuelva a aparecer solo debemos ir a la zona de la aplicación Watch en el iPhone e indicarle que queremos que aparezca de nuevo en el Watch.
Como pasa con iOS, no hay manera de quitarnos de en medio las aplicaciones de Apple. Ni tampoco agruparlas en carpetas, así que a poco que el ecosistema crezca e instales aplicaciones, ese concentrador será más y más denso. Dónde aparece cada aplicación puede ser gestionado directamente en la pantalla, que permite mover iconos de un lado a otro, o en el apartado correspondiente de la aplicación Apple Watch en el iPhone. Así lo lógico sería dejar las que más se usan por el centro y alejar al exterior de esta nube de aplicaciones las que hemos pensamos usar.
Notificaciones
A nivel de interfaz y notificaciones, que debería ser un punto fuerte de un smartwatch de este tipo, la gran diferencia entre Watch OS y Android Wear es que la llegada de una notificación no implica que la pantalla se encienda. Lo único que percibiremos si hay notificación enviada al Watch es la vibración en nuestra muñeca. Ni luces intermitentes ni pantallas encendidas. Ciertamente nos parece una manera de avisarnos muy útil porque la privacidad y control del usuario es total.
Si al recibir el aviso de una nueva notificación queremos ver de qué se trata, basta con girar la muñeca y la pantalla se activará para enseñarnos qué tenemos pendiente de revisar. En la configuración podemos indicar si esa notificación muestra algo más que el contacto, de manera que el giro de la muñeca no implique si no queremos que la notificación incluya más información que pueda ver cualquier que mire a nuestro reloj cuando la pantalla se ha encendido.
La manera en que el Apple Watch gestiona las notificaciones nos parece completa y útil
El aviso de las notificaciones queda marcado en la pantalla por medio de un punto rojo en la parte superior. Desde allí, deslizando hacia abajo, se despliega la ristra de notificaciones que tenemos pendientes. Para gestionarlas solo debemos pulsar sobre ellas o si queremos descartarla, deslizar hacia la izquierda y pulsar en el botón de Borrar que nos aparece. Si mantenemos pulsado en esa lista con fuerza para activar Force Touch, podremos tener la opción de eliminar esas notificaciones en su totalidad.
Lo que podemos hacer con cada notificación dependerá de la configuración y la propia aplicación. Un ejemplo: mientras Whasapp solo nos deja en el reloj de Apple ver un mensaje, Telegram o la aplicación de mensajes nativa nos permite usarlo con todas sus funciones. Lo mismo ocurre con Outlook o Mail. En esos casos, cada notificación podemos gestionarla diciéndole si queremos borrar la notificación, almacenamos el correo electrónico o incluso borrarlo. En todas estas situaciones lo que hagamos en el reloj tiene repercusión en la aplicación para smartphone.
El funcionamiento en el día a día con las notificaciones nos parece muy acertado y creo que ha sido bien pensado. Si por ejemplo estamos usando el smartphone, las notificaciones, aunque las tengamos configuradas para que nos lleguen duplicadas al reloj, no aparecerán. Es lo lógico y Apple ha logrado implementarlo con mucho sentido.
Apple ha conseguido un sistema de notificaciones muy bueno en el Watch, pero por ahora no hay igualdad entre aplicaciones
Volviendo a la vibración provocada por el motor táptico (otro palabro que se saca de la manga Apple), ésta nos parece uno de los grandes logros del Apple Watch. No es una vibración clásica como la de otros relojes o smartphones, sino más bien un toque sobre la piel, como acertadamente lo describe Apple. Y funciona. Un caso de uso que nos ha gustado mucho es cuando estamos dentro de la aplicación de navegación y la simple vibración del motor del Watch nos indica hacia donde debemos girar.
Vistazos
Además de las notificaciones, Apple ha colocado otra manera de tener información en la pantalla de su reloj. La ha llamado Vistazos y a ellos se accede deslizando desde abajo de la pantalla. En esos Vistazos se accede a información concentrada tanto de servicios o aplicaciones de la propia Apple, como de aplicaciones de terceros. Qué aplicación sale en los Vistazos lo podemos determinar desde la configuración del reloj.
La información que obtenemos no es estándar y depende de cada aplicación. Si Things nos muestra una lista de las tareas que tenemos pendiente para ese día, Fantastical nos muestra la agenda del día. En algunos casos desde esa pantalla de información se puede interactuar, pero no es así en todos los casos. Depende de cada desarrollador.
De los servicios o aplicaciones del propio reloj tenemos desde la cotización de bolsa a un mapa concreto, la previsión de tiempo, el ejercicio que hemos realizado, la batería que queda o acceso directo a modo Avión. Uno de los vistazos más cómodos es comprobar lo que está sonando y poder gestionar desde allí la pista siguiente o volver a la anterior. También desde aquí es desde donde podemos conseguir una medición puntual del ritmo cardíaco sin pasar por la aplicación de Ejercicio.
Esta idea tan buena para tener acceso a información o daros útiles de forma directa se nos queda coja dado que no se actualiza en segundo plano, y tanto para las aplicaciones nativas como las de terceros hay que esperar a que esa información se actualice. En el caso de las aplicaciones nativas no suele suponer ninguna espera más que de décimas de segundo, pero en las de terceros la espera puede ser de varios y hacerte realmente salir de ese lugar porque ya no tiene sentido recibir la información.
La buena idea de los Vistazos queda casi anulada por no actualizarse en segundo plano así como por tener limitado desde dónde podemos acceder a ellos
Ojo porque tanto las notificaciones como los vistazos solo son accesibles cuando estamos en la vista de reloj. Ni desde el hub de aplicaciones ni desde una aplicación o menús podemos tener acceso a esta info. En este caso nos parece una decisión acertada en tanto que a priori solo vamos a querer acceder tanto a las notificaciones como a los vistazos cuando el reloj enciende la pantalla después de quedar en reposo, pero en algunos momentos acceder por ejemplo a ver la batería restante desde una aplicación nos daría valor y ahora mismo es imposible hacerlo sin salir al reloj.
Control del funcionamiento del Apple Watch
Para manejarnos con la interfaz y opciones de Watch OS, Apple no ha optado exclusivamente por los toques clásicos en la pantalla o el deslizamiento. Hay botones físicos y tecnología Force Touch. En todos los casos la iniciativa de Apple es un gran intento pero que no acaba todavía de funcionar como nos gustaría.
Corona
El botón principal con el que Apple quiere que controlemos el Watch es la corona. Está bien acabada, es precisa y en determinados casos de uso resulta cómodo deslizarse por pantallas, imágenes, hacer zoom o menús de opciones simplemente girándola. No hay topes que nos marquen pasos sino que es un giro libre y continuo.
Apple ha optado por esta manera de controlar su Watch para evitar que el dedo oculte parte de la pantalla. Tiene sentido pero en mi caso de uso al menos el desplazamiento no es algo que haya usado tanto como podría pensar al principio. Me parece más intuitivo y rápido en muchos casos usar el propio dedo sobre la pantalla aunque la tapemos parcialmente.
El uso que más darás a la corona es el de acercar y alejar el hub de aplicaciones. En este caso, si lo acercas suficiente podrás lanzar la aplicación que en ese momento hayas dejado como elemento central del hub.
Esa corona también se puede pulsar, y ahí ya hay más modos de uso. El problema es que no sigue una lógica y dependiendo de en qué pantalla, aplicación u opción nos encontremos, pulsarlo supondrá una acción u otra.
Por defecto, con una pulsación volvemos al menú principal de aplicaciones si estamos situados en el reloj o en una aplicación. Sin embargo, si nos encontramos viendo una notificación o los llamados Vistazos, esa pulsación única nos devuelve al reloj.
Además del giro, la corona puede pulsarse y hay diferentes acciones pero estas dependen de la pantalla o aplicación donde estemos y no se sigue por ahora una lógica de fácil entendimiento
Esa pulsación sobre la corona puede ser también doble o triple. Cuando pulsamos dos veces la interfaz nos devuelve a la aplicación o función en la que estábamos antes de cambiar. Una triple pulsación nos lleva al reloj, algo que como vemos ocurre de diferentes maneras dependiendo de dónde nos encontremos. Por último, si mantenemos pulsado ese botón tenemos acceso al asistente Siri.
Botón lateral
El segundo botón de control que ha incluido Apple en su Watch está en el lateral, justo debajo de la corona. Pese a su tamaño, su importancia realmente es poca. Pulsándolo se accede a un círculo de contactos (como máximo 12) a los que podemos llamar o enviar mensajes de forma directa. En caso de que alguno de ellos cuente con un Apple Watch y estemos entre sus contactos, podremos también enviarles dibujos, “toques” o incluso una representación de nuestras pulsaciones. Esto último está muy bien implementado gracias a la vibración, pero es una función que uno olvida tras un par de veces usándola.
Es grande pero el botón de Contactos no nos ha parecido útil. Esto podría cambiar si Apple permite le llegada de terceras aplicaciones a él
De este acceso directo a esos contactos tenemos algunas dudas. Para empezar esos contactos los seleccionas en el iPhone de forma individual. Una buena opción hubiera sido indicar que allí aparezcan aquellos contactos con los que más interactuamos. O al menos dar esa posibilidad.
Por otro lado las opciones de comunicación son básicamente realizar una llamada y enviar un mensaje. En el primer caso, por mucho que el Watch lo permita por la inclusión de su micrófono y altavoz, no es algo que por privacidad ni comodidad se vaya a usar. Solo en situaciones muy concretas uno pensaría en usar el Watch como manos libres.
La opción de enviar un mensaje desde este acceso directo me resulta mucho más interesante, pero la única vía de comunicación es con los mensajes de Apple. No podemos indicarle al reloj que cuando escribamos ese mensaje se abra otra aplicación que nosotros usemos por defecto para la comunicación por mensajería con nuestros contactos.
Me sorprende pues que Apple le haya dado a esta opción creo que tan limitada todo un botón y ninguna funcionalidad más. Bueno sí que tiene una más, pero no se puede utilizar por ahora en todos los mercados: un doble toque activa Apple Pay. ¿Por qué no dejar que el usuario escoja para qué quiere que sirva ese botón y configurarlo para lo que más use el Watch?
El toque prolongado en la pantalla
Heredado de los trackpad de los portátiles de Apple y parece que será algo que se extenderá como la pólvora por su gama de productos, el Force Touch también tiene presencia en el reloj de Apple. Y es un de sus grandes logros a nivel tecnológico.
A nivel de control sobre una pantalla tan pequeña, la tecnología Force Touch nos parece lo más acertado de todo el reloj
Para usarlo no vale mantener el dedo sobre la pantalla, sino que hay que pulsar fuerte, sin miedo. Al principio cuesta acostumbrarse porque no es el gesto natural que haría no sobre esta pantalla. Pulsando hasta activar el Force Touch podemos cambiar la apariencia del reloj (watchfaces) o si estamos en el menús de iconos, eliminarnos o moverlos a nuestro antojo.
Por ahora no hay mucho aprovechamiento de esta función por parte de terceras aplicaciones o las propias de Apple, pero debería ser bastante útil en el futuro ya que es una manera sencilla, cómoda y potente de dar acceso a un menú contextual.
Seguridad
La protección del reloj, optativa, se ha implementado con ayuda de un código que podemos optar por que sea simple de cuatro dígitos, o hacer tan largo como queramos (llegamos a 10 dígitos sin problemas). Este código se crea para que haya que introducirlo cada vez que nos quitamos el reloj. De esta manera evitamos que otra persona pueda acceder al contenido del mismo sin nuestro permiso, ya sea en su muñeca o cuando está sobre la mesa.
Cuando nos lo colocamos e introducimos el código, el sensor de ritmo cardíaco se encarga de reconocer que seguimos llevándolo en la muñeca y no pedirnos el mismo en ningún momento. También podemos configurar el equipo para que en vez de introducir el código, podamos desbloquear el Watch al hacer lo propio con el iPhone, pero siempre que lo llevemos puesto.
Por último podemos optar por indicarle al reloj que, tras introducir erróneamente el código de seguridad 10 veces, todo el contenido del Watch se borre automáticamente.
La autonomía del Apple Watch
¿Cuánto debe durar la batería de un smartwatch? La pregunta nos la hacemos casi todos, pero seguramente para la respuesta vaya a ser imposible que coincidamos. Para Apple un día es suficiente y sobre esa idea ha balanceado su Watch.
Para la prueba de la batería nos hemos colocado en varias situaciones diferentes para tratar de ofrecer la respuesta lo más completa posible a la cuestión de cuándo dura la batería del Apple Watch.
En nuestro uso intensivo, basado exclusivamente en la recepción de notificaciones, gestión de las mismas, consultar la hora, etc, el día de duración es factible alcanzarlo y está en sintonía con lo que nos dejó el Moto 360 en nuestra primera prueba con él, pero por debajo de lo que obtuvimos con el el LG G Watch R, que rozaba los dos días de uso con una buena carga de notificaciones.
En una sesión continua de ejercicio de cinco horas, la batería del Apple Watch pierde un 65% de su capacidad
Si afinamos más el uso y por ejemplo limitamos la llegada de avisos de correos electrónicos (en mi casi puede ser de más de 50 al día), y nos quedamos con notificaciones de mensajería, consultas esporádicas y frecuentes vistazos a la pantalla para ver la hora o juguetear un rato con el reloj, la batería ha superado sin problema el día de uso, quedándonos con un remanente de un 15% de su batería al irnos a a la cama (de las 08.00 a las 23.30 horas). La misma situación durante un fin de semana nos dejó algo más de batería, del orden del 30%, en gran parte por recibir y gestionar menos notificaciones de aplicaciones como Slack o WhatsApp.
El tercer caso de uso bajo el que nos parecía interesante probar cómo respondía la batería de este Apple Watch fue haciendo deporte. Aquí trabajamos con dos situaciones de uso.
En primer lugar hemos medido lo que la batería desciende incluyendo en la rutina diaria una hora de ejercicio con medición continua de las pulsaciones. En ese caso, cuando la batería está entre el 100 y 95%, la primera hora hace que la batería descienda un 10%. Cuando esa hora de ejercicio la hemos realizado con una batería por debajo del 70%, el descenso por hora ha variado entre un 13 y un 16%. En todo este tiempo las notificaciones se han mantenido y gestionado algunas de ellas mientras hacíamos deporte.
La segunda situación a la que hemos sometido a prueba al Apple Watch es una sesión larga de ejercicio, en nuestro caso en bicicleta. Aquí hemos limitado las notificaciones a llamadas y mensajería personal, y en cinco horas de medición continua de las pulsaciones la batería descendió de un 96 a un 32%, lo que nos indica que la cifra aproximada de ejercicio continuo que podríamos hacer sería de unas 7 horas.
En la situación en que incluimos además la reproducción de música con auriculares bluetooth, una sesión de ejercicio de una hora nos redujo casi un 25% la carga de la batería.
Tiempo de carga
Seas usuario intensivo o moderado, es bastante probable que quieras poner a cargar el reloj al menos por la noche, al acabar tu jornada. En ese detalle insiste mucho Apple. La idea es que el usuario se acostumbre a ello y lo convierta en rutina, de manera que no haya sorpresas a mitad de jornada.
Optar por un sistema de carga inductivo ha provocado que el tiempo que necesitamos para recargar el Watch sea bastante alto para su capacidad
Y más vale que lo hagas así porque la carga del reloj, aunque pudiera parecer lo contrario, es bastante larga. Apple ha optado como veremos por un cargador por inducción y eso retrasa la carga bastante. Si en vez de por la noche decidimos cargar el reloj en la oficina o en casa durante la jornada, esto implicará mucho tiempo sin poder hacer uso de él.
En nuestras pruebas, la carga completa desde un 1% le tomó al reloj 3 horas y 15 minutos, mientras que poniéndolo a cargar desde una cifra de un 30% de carga (algo que ocurrirá bastantes días cuando lo coloquemos a cargar al final de la jornada), el 100% lo alcanzamos tras 2 horas y 40 minutos.
El cargador
Una de las habituales quejas que han sido recurrentes en nuestros análisis a smartwatches y cuantificadores es la referente a los adaptadores para la carga de estos equipos. Aquí nos preocupa este aspecto en primer lugar por la incomodidad de tener que depender de un accesorio para la carga, pero también por la facilidad de perderlo y, o quedarnos sin la carga, o tener que buscar en el mercado el accesorio.
En el Apple Watch no se usa como tal un adaptador que nos deje cargar el reloj con un cable microUSB o Lighting. El cargador es propietario y magnético. Esto resulta cómodo porque es fácil de cargar, pero es una solución en primer lugar que aumenta el tiempo de carga como hemos visto y que además nos obliga a depender de un cable extra cuando en el caso del Watch de Apple existía la opción de recurrir a su conexión del iPhone (el cable Lighting existente se podría haber pensado para acoplar a la base magnética) o incluso adelantarse y haber optado por la conexión USB-C directamente. Pero esa lógica en busca de algo práctico no casa con el diseño limpio que quería Apple en su Watch. Y de nuevo lo paga el usuario.
El cable de carga es considerablemente largo (más de 1 metro) y, en caso de que lo pierdas o quieras un segundo cable para tener en otra localización (el trabajo o diferente estancia), su precio es de 35 euros.
Aplicaciones: gran diferencia entre nativas y “de terceros”
Parte de las notificaciones, vistazos y utilidad del Watch se basan en aplicaciones, tanto de Apple como de terceros. Y la diferencia de funcionamiento y utilidad es muy importante según se trate de las que ha implementado Apple y que se ejecutan en el propio reloj, y las de terceros, que lo hacen en el smarpthone y de ahí envían vía bluetooth la información necesaria.
Principales aplicaciones en el reloj
Mirando la serie de utilidades, aplicaciones o servicios que Apple ha edificado alrededor del uso del Watch como reloj, no ponemos en duda su poderío en este aspecto. En general las aplicaciones están bien diseñadas, se ven y ejecutan bien en el Watch, y cubren bastantes de las necesidades que a priori uno esperaría de un reloj avanzado.
En el Apple Watch no falta la aplicación de correo, muy completa, de calendario, mapas, mensajería, teléfono, Fotos, información (bolsa, el tiempo ...) o Passbook y Música. También se incluye Remote y la verdad es que nos ha parecido muy útil poder manejar el Apple TV desde nuestra muñeca. Por supuesto tenemos reloj con alarmas, citas, cuenta atrás, horario mundial ...
En estas aplicaciones de Apple es donde más partido se le saca al Force Touch. Por ejemplo, en la aplicación de Calendario sirve para cambiar entre vista de lista o de día, pero sin embargo no hay opción para introducir nuevos eventos desde el reloj. En Mapas el Force Touch nos da acceso a las opciones de buscar y contactos, pero solo es posible usar el dictado para introducir una dirección. Aquí cobra mucho sentido la opción de Handoff, que nos gestiona el paso entre equipos de Apple de una forma transparente.
La ejecución y fluidez de las aplicaciones nativas de Apple nos parece muy correcta. En general la interfaz y todo el sistema va muy fluido, y los retrasos son principalmente debidos a la transmisión de información externa que tarda en cargar.
Muy poco salvable en el ecosistema Watch
Una vez que nos salimos de las aplicaciones nativas, poco hay aprovechable realmente en el Watch. Podemos contar con los dedos de las dos manos las aplicaciones que se nota que han sido bien pensadas para ser usadas en el reloj de Apple. Outlook, Yelp, Vueling, Telegram, Things, Nike+ y algunas más deportivas. Por lo demás la sensación es que ha podido más el ansia de tener la actualización para funcionar en el Apple Watch que una idea clara de cómo traspasarla de forma efectiva.
Pero no es ese el principal problema de estas aplicaciones de terceros. Hasta que Apple abra la mano con Watch 2.0 y éstas puedan ejecutarse directamente en el reloj, el retraso en todas y cada una de ellas, tanto en ejecución como en actualización de la información es desesperante.
Siri en el Apple Watch tiene más sentido
Si el control por voz, dictado y asistencia puede funcionar en un terreno es el de los relojes avanzados (y seguramente los coches). En el Apple Watch Siri es muy protagonista junto con el dictado, pues en la mayoría de las aplicaciones no hay opción de escritura sino solo de dictado. Y funciona realmente bien. Al menos en nuestro caso nos entendió bastante bien.
Para activar el asistente de Apple podemos mantener pulsado el botón de la corona o mejor, decir Oye Siri cuando giramos el reloj y la pantalla se activa. Desde ese momento Siri ya está escuchando y no es necesario pulsar nada. En situaciones en que queremos activar un recordatorio o fijar una alarma y solo podemos usar la voz, es realmente práctico.
Apple Watch como reloj deportivo
No debería ser el principal motivo de compra de un Apple Watch pues hay soluciones específicas más completas, pero las funciones de reloj deportivo que integra el Apple Watch son un interesante complemento. Aquí sin duda es recomendable optar por el modelo Sport que pesa menos o al menos por una correa de goma que resista mejor el sudor. El Apple Watch es resistente al agua, aunque no sumergible, por lo que es recomendable no mojarlo más que haciendo ejercicio o lavándonos las manos.
Las funciones deportivas del Apple Watch se concentran en su aplicación Entreno. En cuanto la abrimos el sensor de frecuencia cardíaco situado en la parte inferior del reloj se pone en marcha para medir de forma continua nuestras pulsaciones mientras andamos, corremos, montamos en bicicleta, hacemos remo, elíptica o ejercicio libre. En todos los casos podemos iniciar el ejercicio de forma libre o indicándole tiempo o calorías objetivo. Si no queremos medición de pulsaciones cuando hacemos ejercicio porque usamos un medidor externo o simplemente no creemos que nos aporte nada ese dato para nuestro objetivo, podemos desactivarlo y así ahorrar bastante batería.
Aunque el sensor cardíaco que lleva integrado es bastante fiable (si obviamos los saltos de medición y lagunas que en algunos momentos pueden llegar a ser de varios minutos y que ocurren cuando estamos haciendo ejercicio intenso o que implique mucho movimiento del reloj y no está bien ajustado a la muñeca), hay posibilidad de integrar una banda de pecho u otros sensores en el Apple Watch, así como unos auriculares bluetooth.
Esos auriculares casan muy bien con el Watch ya que una de las pocas opciones que sí que es capaz de hacer el Apple Watch sin que el iPhone (aparte de dar la hora) es la reproducción de música. Hay 2 GB de memoria interna que podemos llenar con música, la cual hay que sincronizar previamente desde el iPhone vía la aplicación del Watch. Una vez hecho, ya podemos escoger mediante una pulsación fuerte sobre la pantalla (Force Touch) dónde queremos que se reproduzca la música: en el iPhone (donde el reloj actual como control remoto) o en el propio reloj. También si estamos en casa y tenemos un Apple TV, ése puede ser otro destino de la música.
Una consideración importante respecto a la música que podemos sincronizar con el Apple Watch es que solo permite realizarla con listas de reproducción, nada de temas sueltos, artistas u otra organización.
Apple Watch, la opinión y nota de Xataka
Tras el mundo de los smartphones y el de los tablets, Apple arranca su particular carrera en un segmento nuevo y donde cada fabricante todavía está apenas colocando piezas e ideas en el mercado. El Apple Watch llega al mercado con suficiente solidez y argumentos para considerarlo ya un buen rival y producto a tener en cuenta en el segmento de los relojes avanzados. Funciona, hace bien (sin alardes) lo que promete y está próxima una mejora del sistema operativo, cuya interfaz y gestión nos ha parecido muy conseguida.
En el sistema operativo Watch OS, si bien las aplicaciones nativas de Apple están bien pensadas, no podemos decir lo mismo de las de terceros, que al no ejecutarse en el propio reloj, acusan un importante desfase tanto en rendimiento como en la velocidad a la que actualizan la información. Además, hay algunas inconsistencias en el funcionamiento del sistema operativo y las aplicaciones, a las cuales hay que acostumbrarse. Pero es una muy buena primera generación de un producto complejo.
A nivel de diseño esta vez Apple no lleva la delantera. Tan solo lo hace en los materiales y acabados usados, y sinceramente tampoco es un margen que justifique la gran diferencia de precio del Apple Watch con el resto de relojes avanzados que ya están en el mercado y que en algunos casos están excelentemente ejecutados en diseño y materiales. El modelo Sport es una decisión de compra razonable si pretendes apostar desde la primera generación por el Apple Watch y sabes el estado de la plataforma, pero ir más allá no me parece que atienda al sentido común (desde el punto de vista puramente tecnológico, que es de lo que se trata de valorar en este análisis) pues apenas ganamos materiales más nobles en un equipo que previsiblemente en muchos casos vaya a tener que ser renovado en apenas un par de años.
7,9
El reloj ha sido cedido para la prueba por Apple. Puedes consultar nuestra política de relaciones con empresas
A favor
- Acabado y opciones para elegir
- Sistema operativo fluido
- Pantalla espectacular y precisa
- Buen sistema de Notificaciones y Vistazos
En contra
- Autonomía justa para poco más de un día de uso
- Pantalla sufre en exteriores
- Ejecución de aplicaciones y refresco de información muy lenta
- Ecosistema de terceros pobre
- Cargador propietario y que aumenta mucho el tiempo de carga
- Modelo Sport más caro que competencia y modelo Watch con precio excesivo
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La noticia Apple Watch, análisis: hace bien lo que promete pero a un precio demasiado alto fue publicada originalmente en Xataka por Javier Penalva .
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