El LG V30 es el segundo smarptphone de gama alta del fabricante para este año tras el LG G6, que tan lejos queda en la memoria ahora mismo. Con este nuevo flagship, que ya está a la venta por 899 euros, LG coloca un modelo de lo más completo en especificaciones y diseño. Ya tienes la review completa con vídeo y prueba de su cámara y sonido.
Ficha técnica del LG V30
Hasta el curioso V20, esta segunda línea de flotación de LG en la gama alta se valía de algo tan sorprendente como una segunda pantalla. El experimento no ha convencido ni al mercado ni a la propia LG por lo que parece, y esa idea de terminal de segunda mitad de año y diferente al flagship no seguirá.
Este LG V30, visto lo que hemos experimentado en esta review completa, acabará por consolidarse como el único gama alta de referencia y argumentos sólidos de LG para competir contra los rivales más fuertes.
LG V30 |
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Procesador |
Qualcomm Snapdragon 835 |
RAM |
4 GB LPDDR4X |
Almacenamiento |
64 GB |
Dimensiones |
151x75x7,3 mm (158 gr) |
Pantalla |
6 pulgadas 18:9 QuadHD+ OLED FullVision |
Batería |
3.300 mAh / Carga rápida QC 3.0 // Carga inalámbrica |
Cámara principal |
16 + 13 megapíxeles (f1.6/71 grados, f1.9/120 grados) |
Cámara frontal |
5 megapixeles (f2.2) |
Sistema operativo |
Android 7.1.2 Nougat con UX 6.0+ |
Conectividad |
USB Type-C, BT 5.0 / WiFi ac |
Otros |
Resistencia IP68 / DAC Hi-Fi 32 bit |
Precio |
Ahora mismo el LG G6, salvo por un precio ya reducido (se puede encontrar ya en 400 euros), no tiene nada que hacer frente a este LG V30. Está en manos del fabricante coreano no confundir a sus seguidores o potenciales compradores con dos modelos por año con tan pocas diferencias de diseño o idea detrás de ellos, un problema que también tienen Huawei, Sony, Apple o Samsung.
Uno de los diseños del año
¿Seguro que no es una maqueta? Nada más coger el LG V30 de su caja, mi tendencia inicial fue ir a buscar la batería. "No puede pesar tan poco con este tamaño de pantalla" Pero allí, en su sobria caja, no había batería externa. No podía haberla porque el LG V30 se pasa al cuerpo de cristal con marco de metal y se olvida de esta extrañeza que es la batería extraíble hoy en día.
La apariencia del nuevo teléfono de LG te debe sonar y eso se ha convertido en algo ya hasta habitual. Ahora bien, no pienses que es por terceros. Otros que han llegado mucho más tarde parecen haberse adueñado de una idea de terminal sin marcos y bordes suaves que pertenece a LG, el primer grande que se atrevió a hacer algo diferente con el diseño de tu teléfono franquicia. Ese lenguaje lo lleva LG a su máxima expresión en este nuevo modelo, pulido al máximo, exquisito en el acabado pero como casi todos los terminales sin marcos, carente de personalidad cuando tiene la pantalla apagada. Es el LG V30 pero podría ser cualquier otro de la gama alta de este 2017.
Tras esta defensa del diseño sin marcos del LG V30, hay que hablar de lo que mejor hace: reducir todas sus dimensiones al máximo, algo increíble. Pese al cuerpo de cristal y el marco de metal, este LG V30 parece que no lleva nada dentro. Cuesta pensar en menos de 160 gramos o apenas 7 mm de grosor para un teléfono de ni más ni menos que 6 pulgadas y donde además altura o anchura son muy contenidas. Brillante el ejercicio de LG en este aspecto. Aplausos.
Una pequeña diferencia que notamos en el diseño de este LG V30 respecto a otros modelos con idéntica idea es que ni pantalla ni trasera se curvan mucho en los laterales. Es bastante sutil.
De las elecciones que LG ha hecho en la colocación de los botones, solo matizaría los controles de volumen. Con el botón de encendido en la parte trasera, quedaba un buen lugar justo en el centro para colocarlos. A mi se me hace un poco elevada su situación actual en el lado izquierdo. En lo demás ninguna novedad: puerto de carga USB-C y altavoz no estéreo en la parte de abajo, así como bandeja para nanoSIM y tarjeta microSD en el lateral derecho.
¿Ninguna novedad entonces? Bueno no. Hablaremos de ello más adelante pero toma nota: 7,3 mm de grosor, diseño de cristal y pese a ello, un puerto de auriculares. Para quien interese.
Seguimos con el lector de huellas para identificarnos
El rey del botón de inicio en la parte trasera (y posteriormente el lector de huellas), mantiene esa línea de trabajo en este LG V30. La situación, sin ser nuestra preferida, es cómoda de usar. Llegamos sin problema con el dedo índice si, como muchos, solemos agarrar el terminal y apoyar en ese dedo la trasera de un smartphone.
La identificación por huella en los modelos LG está más que probada y todo funciona correctamente. El registro es de los más veloces del mercado, y también lo es la identificación. Pero como en otros terminales con la huella en la parte trasera, nos topamos con la imposibilidad de usar nuestro dedo, más concretamente la huella, cuando el terminal está reposando sobre la mesa. Hay que resignarse al doble toque sobre la pantalla y usar el método alternativo que hayamos escogido, como patrón o PIN.
Esa trasera donde va el lector de huellas, como os hemos contado, es de cristal. Tiene efectivamente recubrimiento antihuellas y demás tecnologías para evitar lo inevitable: que queden nuestros dedos marcados. En este terminal no es realmente muy apreciable, y en esta semana, con el modelo en tono marino, no ha sido una obsesión como si me ha pasado con otros modelos este año. De vez en cuando pasas la manga de la camisa y listo. El cristal ni se ha inmutado en esta semana de uso, y frotándolo, uno diría que acaba de salir de la caja.
Resistente al agua y con carga inalámbrica
Como otros smartphones que son todo pantalla y cuentan con una trasera fabricada en cristal, la sensación al mirarlo y cogerlo es de fragilidad y cierto peligro. El LG V30 es algo resbaladizo pero no de manera descarada, con un marco metálico menos integrado con la pantalla y trasera.
La mala nueva que nos deja la resistencia al agua (perfil IP68) y cuerpo de cristal del LG V30 es que perdemos la batería extraíble. Sí, parece que hace ya siglos que dejamos de hablar de esta posibilidad en un smartphone, pero LG había sido de las que más se había preocupado de este elemento en sus últimos teléfonos. Sinceramente no creo que nadie ni tan siquiere se de cuenta de ello porque actualmente no es algo relevante en un teléfono para la inmensa mayoría de usuarios.
Respecto a la carga, esa trasera de cristal habilita a este LG V30 dentro de la lista de terminales con carga inalámbrica. Lo que no cambia es que por ahora, es un modo de carga lento y a la espera de mejorar. Pero ahí está por si acaso te animas.
Tecnología OLED para la pantalla: el tema de moda
La pantalla del LG V30 monta el panel con la tecnología de moda y parece que de futuro: OLED. Aquí no estamos hablando de los fabricados por Samsung y que llevan entre otros el iPhone X o los propios Galaxy Note 8 de la marca coreana. Aquí el fabricante del panel OLED de 6 pulgadas es la propia LG. Concretamente es uno de tipo P-OLED, similar en teoría al del Pixel 2 XL. ¿Has dicho similar?
Sí y no. El panel OLED del LG V30 no se libra del azulado de la pantalla al variar el ángulo de visionado, pero no me ha parecido tan pronunciado ni apreciable como en el Pixel 2 XL, aunque es visible en fondos blancos. Para la inmensa mayoría de usuarios es un panel que no causara problema alguno de visualización. Y encima lleva HDR10 que viene muy bien con servicios como Netflix que lo ofrecen.
A nivel de funcionamiento, la pantalla de este LG V30 tiene su punto fuerte en la saturación controlada y más natural, y una experiencia en exteriores bastante buena pese a que no es un panel donde el brillo sea muy destacado. En todo caso, LG es de los fabricantes que más opciones de control ofrece sobre cómo se ve la pantalla. Podemos desde activar el modo de lectura hasta variar el color de la pantalla, disponiendo de 4 ajustes predefinidos (Normal, cine, web o foto) y uno completamente personalizable.
Aunque todavía no habíamos hablado de ello, la resolución del panel OLED de este LG V30 es la esperada: 2880x1440 píxeles. En la configuración podemos cambiarla y bajarla en caso de que así lo creamos conveniente, pero no es algo que recomiende pues no hay un beneficio claro de ello ni en batería ni en fluidez del sistema.
También nos da juego el LG V30 para modificar el escalado de las aplicaciones para adaptarse a diferentes formatos. Las opciones son pantalla completa (formato 18:9), estándar (16,7:9) o de compatibilidad (16:9). Dependerá de si la aplicación se adapta al formato 18:9 que tengamos que usar estas opciones o no. En general la mayoría de ellas funcionan sin problemas a 18:9 y se adaptan a la pantalla completa. En caso de no hacerlo, como por ejemplo me ha pasado con Clash Royale, el juego se corta en los laterales y es mejor optar por el formato de compatibilidad y recuperar todo el escenario a costa de tener barras negras tanto arriba como abajo.
Lo mejor es ir probando. Y siempre nos queda la opción de entrar en pantalla completa usando la opción directa que aparece al deslizar los botones de control de Android en la pantalla. Cuando estamos en el escritorio, estos aparecen por defecto y están siempre visibles. Al entrar en las aplicaciones se añade a los tres iconos un nuevo elemento que invita a hacerla desaparecer de un toque y a cambiar de fondo negro a translúcido esa barra. En todo caso, si optamos por quitarla, aparece al instante deslizando desde abajo. Por cierto, ese botón central de Android en este LG V30 da acceso a Google Assistant, ya disponible en español y que funciona bastante bien aunque con limitaciones. Podemos pedir búsquedas, asignar alarmas, lazar aplicaciones, etc ... Tienes nuestra review completa en Xataka.
Y si queremos añadir un cuarto elemento a la barra de Android, sin problema. El de notificaciones siempre es recomendable para evitar tener que deslizar desde arriba, algo bien pensado para terminales grandes y donde no queremos hacer malabares para alcanzar esa zona con una sola mano.
Otro detalle que me ha gustado de la pantalla es el sistema Always-On, con información sobre la hora, fecha y notificaciones así como nivel de carga del teléfono. Se añade también una fila superior de iconos que podemos desplazar a modo de panel para ir cambiando entre ellas. La que sale por defecto es la principal, con iconos de las notificaciones pendientes de revisar y carga de la batería. Si desplazamos tenemos una segunda fila con accesos directos a opciones de control muy prácticas como la conectividad o la linterna. Y la tercera fila tiene a la reproducción de contenido como protagonista, por lo que podemos, sin activar la pantalla, controlar y gestionar la reproducción de audio, conocer nuevas notificaciones por sus iconos o gestionar Wifi y Bluetooth.
Si como a mi, la pantalla Always-On es ya un elemento importante en el día a día pero también molesto por la noche, no hay problema. Podemos programarlo para que se desactive y active en un margen, solo uno, que queramos. Aunque a mi me basta con el brillo habitual del Always-On, hay una opción para darle un extra de luminosidad.
Potencia y batería: la teoría bien
El LG V30 no desentona en la gama alta más exclusiva de este año en cuanto a prestaciones teóricas. En su ficha técnica tenemos el Snapdragon 835 acompañado de 4 GB de RAM y una memoria interna de 64 GB que podemos ampliar con tarjetas microSD, algo de lo que ya no todos los gama alta pueden presumir precisamente.
Sobre el papel, como decíamos, es lo esperado. Mira si no las gráficas de rendimiento en Antutu o GeekBenck y está donde debe por su ficha técnica. En PC mark Work 2.0 obtuvimos una media de 5623 puntos y en 3DMark, el SlingShot Extreme marca 3606 puntos.
En el día a día esas buenas cifras se trasladan a una experiencia de uso muy fluida, independientemente de la aplicación o tarea que queramos ejecutar. También en el sistema se aprecia que no es un terminal al que le falte potencia, pero sin embargo hay algunos momentos en que nos ha dado la sensación de que la optimización de Android no acaba de estar afinada al 100%.
¿Y en autonomía? Es seguramente, para mi, el punto más flojo del terminal. Que no malo. La capacidad de la batería integrada es de 3300 mAh, que no está nada mal para el grosor y peso del terminal, pero se quedan cortos. Con esta pantalla y prestaciones, en esta semana de uso hemos conseguido pasar del día de uso pero con bastante poco margen. En días de uso realmente intensivos hemos buscado mentalmente el cargador por si era necesario usarlo.
El consumo me ha parecido especialmente importante con la pantalla, dejándonos menos de 4 horas en cada descarga. Al menos nos quedamos con un sistema de carga rápida (con cargador compatible incluido) que cumple en la primera mitad del proceso. Desde el 5% hemos tardado 12 minutos en alcanzar el 25% de batería, y en solo 30 minutos teníamos la mitad ya disponible. Para la carga completa ya la demora es mayor: 95 minutos en total.
Un móvil que suena fenomenal (y con puerto de auriculares)
Hasta ahora, en el reino de los móviles con cuidado del sonido estaban los HTC para sonido externo y sobre todo los Sony para audio Hi-Fi. Desde este momento debéis sumar y seguramente poner en lo más alto de todo a este LG V30. Los argumentos y pruebas son contundentes tanto para sonido abierto, contando con altavoces potentes y que se escuchan bastante bien (aunque no entendemos que no sean estéreo y además el sonido queda literalmente bloqueado a poco que pases la mano o un dedo por encima del único altavoz inferior), como para el que sacamos vía auriculares.
Esto lo podemos hacer con cualquiera puesto que el LG V30 mantiene el puerto clásico de 3,5 mm. El secreto para un audio de calidad no está realmente en que se mantenga ese puerto de auriculares sino en lo que éste esconde: un Hi-Fi Quad-DAC de 32 bits. Y no podemos decir otra cosa que maravillas del mismo. El sonido es espectacular, potente como no imaginas cuando te pones auriculares, pero sin perder fidelidad ni buenos graves.
El DAC del LG V30 entra en acción nada más conectar unos auriculares (aunque podemos desactivarlo posteriormente si es que así lo decidimos), y entre las opciones de control tenemos modos de sonido (5 en total), tres filtros digitales y un balance de audio entre los dos auriculares. Conviene que dediques algo de tiempo a personalizar el sonido por defecto al conectar los auriculares, pero echamos de menos que podemos nosotros definir nuestros propios modos con un ecualizador completo y almacenar esas preferencias.
Ese especial mimo que presta LG al sonido en su nuevo V30 queda también reflejado en los auriculares que vienen de serie. Aquí cabe siempre el debate de si un usuario tendría que tener la posibilidad de comprar el terminal sin auriculares a un mejor precio, pero sinceramente no creo que con esa opción la etiqueta y desembolso variara mucho.
La realidad es que al abrir el paquete del LG V30 nos encontramos con unos auriculares de serie parecidos a los B&O Play H3 en diseño, con control integrado y cable de tela. LG afirma que están valorados en 150 euros. El nivel es claramente superior al habitual en este tipo de "accesorio" en un teléfono móvil, y sacaremos provecho del sonido exquisito con ellos, aunque, a estas alturas y si nos hemos preocupado de elegir este terminal por su calidad de sonido, ya tengamos unos auriculares preferidos y listos para sacarle todo el partido con el LG V30.
No vale traer Android 7.1.2 Nougat a estas alturas
El LG V30 que ya está en el mercado llega al mismo con Android 7.1.1 Nougat. Resulta cuando menos sorprendente que esto ocurra en un gama alta a estas altura del año y con Android 8.0 con varios meses en la calle. De cara a futuras actualizaciones de la capa de LG, da para pensar.
De la experiencia con Android 7.1 bajo la capa de LG, nos ha resultado atractiva visualmente y con bastante personalización. Por defecto viene con la configuración de múltiples escritorios, así que si prefieres el cajón, hay que indicárselo. Cuestión de gustos.
Aunque la experiencia es bastante similar a la de Android nativo, hay aspectos que LG prefiere tocar por defecto, como los menús de configuración, pero también podemos devolverlos a lo que estamos más acostumbrados.
En la parte mñas negativa pondría las aplicaciones preinstaladas, que además de las de Google, son unas cuantas. Tendrás que dedicarle un tiempo para dejarlo todo a tu gusto.
Una barra flotante que acabarás olvidando
En la interfaz Android hay otros aciertos. El que más me vuelto a enganchar tiene que ver con los menús desplegables de los iconos cuando pulsamos sobre ellos de forma prolongada. La vibración incluida en la pantalla de este LG V30 está muy lograda y es de ayuda. Lástima que sean todavía muy pocas pero por ejemplo en algunas como Twitter, es algo muy práctico.
Menos me ha gustado la barra flotante que LG propone como alternativa a la segunda pantalla que probó en anteriores generaciones de esta serie V. En ella podemos indicar qué aplicaciones o accesos directos incluir, y la barra es flexible en tanto que podemos colocarla a la derecha o izquierda y a la altura que deseemos solo arrastrando. Pero no es muy útil y algunas veces estorba en la interacción habitual con el LG V30.
LG insiste en la doble cámara con gran angular (y un modo de cine para el vídeo)
Un gama alta con cámara doble. Del LG V30 no esperábamos menos. La elección de LG tampoco nos sorprende, y refuerza su diferenciación con la segunda cámara gran angular.
A nivel técnico la gran mejora viene del lado del sensor principal de 16 MP, que ahora es un f1.6 que marca liderazgo (nos da un bokeh muy marcado, incluso excesivo si no lo controlamos bien), aunque no lo demuestra donde más lo necesita: las escenas con poca luz. En esa situación pesa más el tamaño del sensor, de 1/3.09", más pequeño que sus principales rivales. El segundo mejora con 13 MP y f1.9, manteniendo los 120 grados de apertura.
Con buena luz, las fotos del LG V30 son de gran nivel, y no pecan de alterar excesivamente el color o aumentar contraste de forma artificial. El HDR tiene margen de mejora, hay menos rango dinámico para trabajar de forma fiable y los 16 MP de su sensor ganan algo más de detalle que otros terminales pero también resultan más agresivos con la definición final. Además es una cámara rápida enfocando, disparando y con una ráfaga muy útil pero que si no llevas cuidado y eres de dedo fácil, acabas usando sin querer.
Respecto a la segunda cámara, el gran angular no acaba de gustar a todos, pero en mi caso soy fan total. Es ideal para usar en buenas condiciones de luz y escenarios proclives a sacarle todo el partido, tal como naturaleza o arquitectura. También con personas y cuando queremos amplitud de plano, es muy socorrida.
La combinación que para mi sería ganadora ahora mismo uniría la cámara con f1.6 y modo retrato tan bien ejecutado como en el Pixel 2 XL de Google, y la segunda cámara gran angular por su originalidad y posibilidades al hacer fotografías con el smarpthone. Toma nota LG.
Por ahora me tengo que quedar sin modo retrato, la ausencia más notable en la cámara de este LG V30, al menos cuando la luz es suficiente. Con baja luminosidad y pese a esa f1.6, la cámara del LG V30 ofrece buenos resultados aunque si nos fijamos en los detalles, pese al f1.6 y la estabilización, el tamaño del sensor hace que tenga que tirar de mucha ISO en ocasiones y con ello, reducción agresiva del mismo que no resulta siempre correcta.
Un modo manual potenciado con Graphy y mucho más
La cámara del LG V30 no se queda solo en un buen modo automático. Los diferentes modos de uso y un completo control manual llevan este elemento más allá.
De entre los modos predefinidos hay unos más útiles que otros. De los mejor pensados está el modo de Guía de disparo, que superpone con la transparencia que necesites una imagen ya tomada (de muestra o de tu galería) para tratar de conseguir la misma composición en otra toma. Otros modos de composición de imágenes o toma de fotos de alimentos, aunque curiosos, no me parecen tan prácticos.
En cuanto al modo manual, da mucho juego. Está además muy bien implementado, con un histograma acompañando los valores que podemos modificar, pudiendo volver en cualquier momento al modo automático pulsando un solo botón. En otros terminales, deshacer las modificaciones en los controles manuales ha de hacerse uno a uno. Aquí es directo.
Pero hay algo más. Se llama Graphy y es una ayuda para, tomando fotos de muestras (hay que instalar la aplicación homónima para ampliar las que vienen por defecto), copiar los ajustes manuales de ISO, velocidad de obturación o temperatura de color, entre otros, para tratar de conseguir una imagen similar. El sistema, en caso de que la escena no pueda copiarse tal cual, nos da indicaciones para variar valores y conseguirlo. Para quien está aprendiendo controles manuales me parece una aplicación y uso muy adecuado y entretenido.
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Una pausa para el vídeo con el LG V30
La propuesta más allá del modo automático de uso no está solo en la cámara de fotos. El modo de grabación de vídeo, correcto y que puede ser hasta 4K (24 o 30 fps, pero no 60 fps), admite la grabación con controles manuales y una novedad: modo cinematográfico.
Si nos centramos en el modo manual, es asombroso todo lo que permite, incluido el control del audio con filtro para el viento o control de ganancia. Por si fuera poco, tenemos un modo especial llamado cinematográfico que aplica filtros de color asociados a géneros de cine (misterio, romántico, flash back, documental ...) que nos dan mucho juego creativo. En cada uno de ellos podemos indicar la fuerza del efecto y si queremos añadir viñeta y en qué cantidad sobre la escena.
En el modo normal podemos hacer zoom usando la combinación de las dos cámaras, pero el salto al gran angular se aprecia, no es invisible. Quizás por ello el LG V30 introduce una utilidad que enfatiza todavía más la idea de que podamos usar su cámara para tareas más creativas con resultados llamativos. El Point Zoom nos deja elegir una zona del encuadre en modo vídeo y hacer zoom centrado en esa zona mediante un deslizador. Si tienes maña y sobre todo usas un estabilizador y buen pulso para gestionar el avance del zoom, el resultado es bastante interesante.
LG V30, la opinión y nota de Xataka
Ha sido el flagship que más ha tardado en llegar pero el LG V30 era necesario. En primer lugar por plantear un diseño que en términos de acabado y sobre todo relación peso/grosor/diagonal sale como lo mejor del año para un servidor. Este terminal cumple a nivel fotográfico con una doble cámara que, aunque sin modo retrato, no tiene nadie más. En ese gran angular muy creativo y de múltiples posibilidades, además de la grabación de vídeo, se apoya el primer pilar que sostiene a este LG V30 en la gama alta.
El segundo pilar es el sonido, cuidado al máximo y que para nosotros queda en lo más arriba del mercado. Unidle un precio que no está tan arriba como otros gama super alta, y la receta nos da un postre de final de año muy interesante pese a que en batería y pantalla quede algo por debajo de lo esperado.
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A favor
- Diseño increíble por calidad y comocidad en mano pese a las 6 pulgadas
- Cámara de fotos y vídeos con muchas posibilidades
- El mejor sonido en un teléfono móvil
En contra
- Batería justa para un phablet
- Cámara mejorable con poca luz
- No sale directamente con Android 8.0
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La noticia LG V30, análisis: el mejor diseño del año presume de sonido y una cámara muy creativa fue publicada originalmente en Xataka por Javier Penalva .
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