Xiaomi se ha lanzado ya a la internacionalidad, o al menos a una más evidente que tímidos desembarcos y la conquista de un territorio lógico como es India. El fabricante chino ha cruzado las fronteras de su país de una forma más agresiva y uno de los teléfonos que abanderan esta expansión es el Xiaomi Mi A1.
Fruto de su relación con Google, el primer teléfono de Xiaomi con Android One no está dejando indiferente y aquí tuvimos la oportunidad de analizarlo en profundidad al poco tiempo de su salida. Lo que corresponde ahora es comprobar cómo es su uso en el día a día, en la cotidianidad. Lo que ahora toca es el análisis tras un mes de uso, y siempre con una pregunta sobrevolándolo, ¿puede este teléfono de poco más de 200 euros sustituir a una gama alta? Vayamos paso a paso.
Ni es compacto, ni sigue las últimas tendencias del mercado
Así es el ser humano, lo que hoy sirve mañana no, y lo que ahora toca es la guerra contra los marcos. El Mi A1 los tiene, Xiaomi no ha incorporado este teléfono a la guerra por llevar las pantallas hasta el mismo borde por lo que aquí nos encontramos con el diseño que la marca lleva explotando ya algunas generaciones.
A cambio de este diseño sobrio tenemos un teléfono bien construido, sólido, resistente y agradable al tacto que si bien se siente cómodo entre mis manos puede que resulte demasiado grande para otro perfil de usuario. Para gustos, los colores, como suele decirse, pero con sólo sujetarlo un rato queda patente que este Mi A1 está lejos de algunos acabados que se ven en su franja de precios que, recordemos, está en estos momentos en los 229 euros.
Tampoco es un teléfono ligero, 165 gramos no son moco de pavo. Hay fabricantes como LG capaces de embutir 6 pulgadas en un cuerpo más ligero que éste, pero el Mi A1 no llega a hacerse incómodo en ningún momento. Se maneja bien a una mano o, si así lo preferís, a dos. Y tal vez sea una percepción personal, viniendo desde un S7 Edge, pero con el Mi A1 no sientes que vayas a tocar la pantalla cuando no toca. Haters de los marcos, con contéis conmigo.
El Mi A1 tiene un buen tamaño para fotografiar, jugar, chatear o navegar sin parar por redes sociales. Hay teléfonos más ligeros y hay teléfonos más compactos con sus 5,5 pulgadas de pantalla FullHD, pero eso no convierte este Mi A1 en un dispositivo incómodo. Para ser justos, se mantiene en la media de lo que hemos visto y probado hasta ahora. Ya veremos en el futuro.
Un teléfono llamado 'equilibrio'
Echando un vistazo a la configuración de este Mi A1 puede deducirse fácilmente que no estamos ante una gama alta, pero usándolo no da la sensación de que estemos ante algo muy inferior. Con 4GB de RAM, el Mi A1 puede con casi todo lo que le echemos y con sus 64GB podemos almacenar cualquier archivo que necesitemos. Y en esos archivos incluimos vídeos, como series o películas.
El Mi A1 cuenta también con otra ventaja al tener Android One como principal aliado. Algunos fabricantes evitan que podamos integrar las microSD en la memoria principal pero aquí no ocurre. Durante este mes he disfrutado de un almacenamiento interno de 128GB para descargar, fotografiar y grabar sin miedo. Desde podcasts hasta aplicaciones de streaming sincronizadas para ver offline. El Mi A1 tiene buena capacidad, con o sin microSD de apoyo.
No todo va a ser perfecto y es que ni el procesador es de primera línea ni las memorias cuentan con velocidades punteras. Eso provoca que la primera vez que abrimos aplicaciones pesadas, o cuando el sistema siente que debe cerrarlas en segundo plano, tarden algo más de la cuenta. Nada desesperante, pero es un retardo que está ahí y toca reseñarlo. Una vez abiertas, fluidez al más alto nivel incluso en juegos pesados.
Y no podía salir del rendimiento sin hablar de la batería, un dato que cada vez importa más. A favor, que contamos con 3.080 mAh que nos ofrecen un día de autonomía sin demasiados problemas. Entre 5 y 7 horas de pantalla, un patrón que se ha repetido durante todo el mes en función de si estamos en Wifi o bajo datos, de si hay días con más exigencia o con menos. Nada mal, aunque Xiaomi cuenta con teléfonos con más capacidad y aquí los 4.000 mAh de algunos Redmi habrían redondeado la jugada. Otro defecto, nada de carga rápida. Dos horas para alimentar la pila interna y fin de la discusión, no hay más.
Vamos a hacer retratos
La cámara, la cámara de este Xiaomi Mi A1 es lo que provocó en mí la necesidad de echar mano del teléfono y ponerlo a prueba en distintas situaciones. Y el resultado es que me he divertido fotografiando con él como hacía tiempo que no sucedía. Ojalá el modo retrato, aquí llamado estéreo, sea algo estándar dentro de poco, todos deberían disfrutarlo.
Pero no todo es perfecto, aunque Xiaomi haga uso como nadie de su fotografía computacional y haya llevado su procesado a varios dispositivos de gama media y alta este mismo año. Las gamas medias son más económicas, y para ello hay que hacer recortes. Aquí están en la calidad del sensor y de las lentes, y por tanto no podemos disfrutar de las mismas fotografías que en el Xiaomi Mi 6, por citar el modelo que lo empezó todo en Xiaomi.
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Cuando cae la luz, la velocidad de disparo se resiente, la aplicación de cámara nos recuerda que todo está demasiado oscuro para jugar a los desenfoques y todo se dificulta, pero no se vuelve imposible. Con luz todo funciona como un reloj, aunque no estamos ante una cámara para desenfocar en movimiento, ni mucho menos. Los pies en la tierra, es una gama media y se comporta como tal. Aunque el bokeh es para enamorarse, de eso no hay ninguna duda.
Después de varios meses haciendo fotografías "por compromiso" o de forma documentalista, el Mi A1 me ha sacado a la calle a fotografiar. Monumentos, paisajes y mucho retrato en primer plano. A poco que os guste la fotografía, el Mi A1 deja la sensación de estar ante un teléfono superior. Aunque, como decíamos antes, las lentes pudieran ser mejores y más luminosas. Pese a todo, chapeau por unos resultados que no te esperas. Para bien.
¿Pero es que es todo bueno? Pues no
Nadie es perfecto, le decía Osgood a Jerry en aquella lancha. Y los smartphones tampoco, decimos nosotros ahora. El Mi A1 tiene errores de ejecución, y otros de diseño. Que las buenas sensaciones del teléfono no empañen nuestro espíritu crítico, y aquí van. Hablemos de los defectos del Xiaomi Mi A1, que haberlos, haylos.
Un teléfono destinado al mercado internacional con su lector de huellas no puede llegar a estas alturas sin chip NFC. China is different pero el Mi A1 está construido para vivir allende sus fronteras, y si te has acostumbrado a pagar con el móvil ve olvidándote de comprar un Mi A1 como teléfono principal. Yo no lo uso pero yo no soy todos los usuarios, y la ausencia de un chip que no debe costar más de un euro se antoja absurda a estas alturas de la evolución móvil.
Otro error, de software y no de diseño, es el de no contar con radio FM. Y es error no porque no haya radio, que puede ser cuestión de gustos, sino porque está pero no funciona. No funciona porque el kernel de Android One no la soporta, y un teléfono espejo del Mi 5X como es este Mi A1 llega sin radio sólo por ese motivo. Tal vez salgan ROMs que la activen, pero en lo que respecta a Google no parece que tenga el menor interés en que la usemos. Si lo tuyo es la radio FM, di adiós a la posible compra del Mi A1.
Y hay algún que otro fallo, aquí de ejecución. Ocurre poco, pero ocurre, que la cámara se queda congelada cuando la lanzamos con el doble toque sobre el botón de encendido. Nada que no se solucione apagando la pantalla y volviéndola a encender, pero es un error que no debería producirse. Y la última actualización, la de los parches de seguridad de noviembre, ha generado algunos errores aleatorios. Algunos se quejan de problemas en el arranque, otros de la batería, a mí se me ha muerto la app oficial de Twitter. Sólo ésa. Las demás van bien, de Twitter o no. Un error extraño que debería estar solucionado en unos días, cuando llegue el parche de diciembre, pero aún así un error.
¿Entonces qué?
Tal vez el mejor resumen que puede hacerse de este mes de uso del Xiaomi Mi A1 es que mi S7 Edge está en un cajón y no he tenido la tentación de volver a encenderlo. Lo que iba a ser un teléfono para hacer fotografías se ha convertido en un teléfono para el día a día, pese a tener las limitaciones que hemos descrito.
No es demasiado potente pero sí suficiente. No hace las mejores fotografías pero su modo estéreo enamora. Su batería no dura más que ninguna pero nos da un día de uso. No es demasiado compacto pero eso no será un problema para todos. El Mi A1 nos sorprendió ya durante su análisis y ha mantenido las sensaciones durante todo este mes. No es poco decir para un teléfono en esta categoría de precio.
Puede que el Xiaomi Mi A1 no sea para todos pero sí para muchos. Difícilmente otro teléfono en la actualidad nos dará más por menos, y tal vez estemos ante el nuevo "Moto G". Un teléfono para recomendar sin miedo a todo el que nos pida consejo. Un teléfono que debe desenvolverse bien en casi cualquier situación. En casi cualquiera. Como hemos repetido varias veces, no es un teléfono para todos. Pero tampoco lo pretende. Qué sorpresa tan agradable la de este Mi A1, uno de los teléfonos de 2017.
En la realización del vídeo tenemos a Pedro Santamaría.
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La noticia Xiaomi Mi A1 tras un mes de uso, el equilibrio convertido en móvil fue publicada originalmente en Xataka por Samuel F. .
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