Dos días. Dos días frescos en mitad de la canícula: algo tan bueno que parecía mentira y que, por lo demás, se ha hecho demasiado breve. Porque, como decíamos, el verano no se había acabado. Estaba cogiendo impulso. Y, en los próximos días,
¿Qué va a pasar? Pues, como señala Álvaro Oliver, lo que va a pasar es una configuración atmosférica "marcada por una dorsal subtropical muy prominente emergiendo desde el norte africano". Esto pasó el mes pasado, pero curiosamente no nos afectó y la mayor parte del impacto se lo llevó Italia.
Según los datos de AEMET, no solo vamos a tener temperaturas 'inusualmente altas'. Durante esta semana "se podrán superar los 40 °C en zonas del norte peninsular y los 42 a 44 °C en el centro y sur". Sin embargo, lo más importante es que la duración prevista del evento va desde hoy, lunes 7 de agosto, al viernes 11 de agosto.
Recordemos que las posibles 'olas de calor' de julio han estado en discusión, precisamente, porque las configuraciones atmosféricas no han permitido que cumplan el requisito de los tres días. Con un evento de cinco días, las posibilidades de que se consume la ola de calor (y de que sea una de las más intensas del año) se disparan.
Sobre todo por las mínimas. Y es que hace unos años, la meteorología se concentraba en las máximas diarias, pero en los últimos años... las mínimas se han vuelto muy importantes. Recordemos que la ciudad de Valencia ha tenido más noches tórridas en el mes de julio que en toda la década de los 90. "Dado que no bajan por la noche y son las que realmente acaban haciendo que el calor diurno no encuentre el deseado alivio nocturno".
Y eso por sí solo, aunque las máximas se mantuvieran estables, haría el verano mucho más sofocante. El caso es que, además, las máximas no paran de subir.
¿Por qué hemos tardado tanto en tener una ola de calor de este tamaño? Esta pregunta es interesante. Las configuraciones DANA-dorsal fueron la estructura que nos martilleó insistentemente durante el calurosísimo verano de 2022, pero este año (sobre todo en julio) han estado desaparecidas. Hacía calor, sí. Mucho calor. Pero no estábamos en el peor escenario.
En este caso, la situación cambia. Hay "altas probabilidades de tener una dorsal anticiclónica con valores históricos" (intensa, robusta, persistente) justo encima de nuestras cabezas el miércoles de esta semana. Basta eso para que nos demos de frente con una enorme ola de calor (o, al menos, algo muy parecido).
¿Cómo de excepcional es el asunto? Para ello, como de costumbre, tenemos que recurrir al índice EFI del ECMWF, la métrica que nos habla de la rareza de un fenómeno atmosférico. En este caso y según la AEMET, todo parece indicar que "las temperaturas durante la ola de calor serán muy inusuales en buena parte de la Península, especialmente el miércoles".
Esto es reseñable porque no hablamos de un mes cualquiera. En agosto, una época del año en la que las temperaturas habitualmente son elevadísimas, valores tan altos del índice EFI dejan la puerta abierta a que se "puedan batir récords de temperatura en algunas localidades".
¿Eso qué significa realmente? Pues bien, el mapa superior es una buena representación: en él se refleja las probabilidades de que se superen más de 40 grados en algún punto del país el miércoles. Puede parecer que "40 grados" en agosto es normal, pero no está de más recordar que en la ciudad de Sevilla el umbral de la ola de calor (es decir, el punto a partir del cual las temperaturas están en el 5% superior de las últimas décadas) es 41,2. Más de 40 grados es, nos pongamos como nos pongamos, muchísimo calor.
Así que más vale que nos preparamos y encaremos la última parte de las calícula con mucho ánimo.
En Xataka | Ante otra ola de calor histórica, España se acerca poco a poco a su última frontera: llegar a los 50 grados
Imagen | ECMWF
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La noticia Se acabó el recreo, vuelve el calor extremo: España ha tardado en tener una ola tan fuerte este año y eso acaba aquí fue publicada originalmente en Xataka por Javier Jiménez .
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