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Podríamos poner la mano en el fuego al afirmar que todos tus gadgets y dispositivos tecnológicos han sido (en parte o en su totalidad) fabricados en Taiwán y no nos quemaríamos. Pero no sólo se trata de la fabricación: el diseño y el I+D de muchos productos y componentes tecnológicos también provienen de ahí.
De hecho, Taiwán es una de las economías más intensivas en investigación de todo el mundo. Se calcula que invierte cerca del 3 por ciento de su producción en investigación y desarrollo. Gran parte de su poderío económico está relacionado con la industria tecnológica.
Con un área de 36.000 kilómetros cuadrados y 23 millones de habitantes (lo que le convierte en una de las zonas más densamente pobladas), Taiwán es un ejemplo de milagro económico.
Un milagro económico en cifras
Durante la última mitad del siglo XX el país vivió una rápida industrialización que le permitió tener un fugaz crecimiento económico. Junto a Singapur, Corea del Sur y Hong Kong, Taiwán es uno de los denominados "cuatro tigres asiáticos".
Desde 1992, el PIB de Taiwán crece a un ritmo medio del 4,5 por ciento, pasando de un ingreso per cápita de 9.116 dólares en 1992 a 19.762 en 2012. Por eso, Taiwán es el 28 país más rico a nivel mundial y el 6º en Asia.
Además, Taiwán ha experimentado una rápida expansión en el comercio internacional. De las exportaciones de bienes del país en 2012, aproximadamente el 99 por ciento eran del sector industrial.
Una potencia tecnológica
La economía de Taiwán está basada en buena medida en la producción de partes y componentes que, con posterioridad, son incorporados en productos finales vendidos en muchas ocasiones por compañías del país y extranjeras, especialmente de Japón, Estados Unidos o la Unión Europea. Se calcula que más del 70 por ciento de las exportaciones de Taiwan afectan a este tipo de productos, conocidos como bienes intermedios. Algo que es especialmente notorio en el sector de las tecnología de la información y las comunicaciones (TIC).
Fuente: Business Sweden.
Taiwán produce el 94 por ciento de las placas base del mundo y de los ordenadores portátiles. Asus es el primer fabricante de este tipo de productos en todo el mundo (ha vendido ya más de 500 millones de unidades), con casi un 40% de cuota de mercado (de hecho, se calcula que uno de cada tres ordenadores tienen una placa base de Asus).Diversos estudios aseguran que en Taiwán se fabrican la mayoría de los chips utilizados por las empresas estadounidenses.
Pero no todo es fabricar para otros. Taiwán también tiene algunas marcas mundiales reconocidas, como ASUS, tanto para PC, tablets y smartphones, como para placas base y tarjetas gráficas.
Políticas que favorecen la economía
Conseguir todo esto no es fruto de una casualidad. El gobierno de Taiwán ha puesto en marcha una serie de medidas políticas en las últimas décadas dirigidas a mejorar la inversión innovadora de las empresas.
Buena parte de estas medidas se han centrado en acelerar el desarrollo del sector de alta tecnología, incluyendo el establecimiento de un parque industrial en Hsinchu para proporcionar un entorno propicio para la industria de la tecnología; la firma de alianzas para distribuir los riesgos de las empresas de I+D; la ampliación de los institutos de investigación patrocinados por el gobierno, con el fin de que sirvan como canal de transferencia de tecnología para el sector privado; proporcionar incentivos fiscales para absorber parte de los costes de las empresas en sus actividades de I+D; y facilitar el acceso a fuentes de capital riesgo.
Gran parte de las beneficiarias de estas políticas han sido las empresas de tecnología, muchas de las cuales copan buena parte de los títulos bursátiles que cotizan en la bolsa de Taiwán.
Uniendo universidad y empresa
Además, cabe señalar que alrededor de Hsinchu Science Park (HSP), abierta por el gobierno en 1980 y en la que tienen sus operaciones de investigación y fabricación más de 400 empresas de alta tecnología, hay dos universidades: la Universidad Nacional Tsing Hua (NTHU) y la Universidad Nacional Chiao Tung (NCTU).
Y, muy próximo a estas universidades y el parque industrial, se encuentra el Instituto de Investigación de Tecnología Industrial de Taiwán (ITRI), una organización de investigación sin fines de lucro fundada en 1973 para proporcionar investigación industrial aplicada a la industria taiwanesa.
Las Universidades y el ITRI preparan a gran número de trabajadores de las empresas del parque empresarial; ejecutivos de las empresas y funcionarios del ITRI enseñan en las dos universidades; y profesores universitarios recurren a ITRI para la asistencia en el desarrollo de aplicaciones prácticas de sus nuevas ideas y se sientan en las juntas asesoras de empresas locales.
ITRI "ha sido elogiado como la incubadora de directores generales de Taiwán", y lo mismo podría decirse de las dos universidades. Cabe señalar que las empresas ubicadas en el parque HSP suponen aproximadamente el 15 por ciento del PIB de Taiwán.
La unión de los pequeños
Pero, además, el ITRI ha jugado un papel fundamental en el desarrollo de Taiwán y de sus empresas. Utiliza y deja sus laboratorios para enseñar a las pequeñas empresas a ponerse al día con las tecnologías de vanguardia. Estas empresas (que también firman alianzas entre ellas, auspiciadas por ITRI) adquieren así los conocimientos necesarios para que puedan ser contratadas para ser las cadenas industriales de grandes empresas de alta tecnología, tanto taiwanesas como extranjeras.
Como consecuencia, tanto las grandes empresas taiwanesas como las multinacionales de otros países dependen de cientos de proveedores nacionales que pueden fabricar grandes cantidades a un bajo margen, pero con un diseño bastante exigente.
El ITRI anima a las PYME a firmar este tipo de alianzas para dividir las tareas de investigación, especializarse y evitar la duplicación de esfuerzos. Algo que también subyace en el éxito de muchas de estas empresas, que empiezan de manera pequeña y pueden acabar siendo verdaderos gigantes.
Uno de esos ejemplos es ASUS. Jonney Shih, presidente de ASUSTEK, aseguraba en una entrevista en 2011 que la estandarización de la industria del ordenador personal constituía una "buena oportunidad" para Taiwán, ya que permite la racionalización de las pequeñas empresas en grupos alineados de empresas especializadas. "Gracias a la estandarización, se pueden dividir los productos en secciones. Unos pueden hacer la placa base. Otros la fuente de alimentación. Algunos la tarjeta gráfica. Creo que para la industria de Taiwán es una muy buena oportunidad”.
Un Silicon Valley asiático
Si muchos aseguran que China es la fábrica del mundo, Taiwán es lo propio en lo que a informática y telecomunicaciones se refiere. Tanto que podríamos decir que es el Silicon Valley asiático. Tanto que el primer ministro del país Lin Chuan ha asegurado recientemente que su reto es, precisamente, establecer un "Silicon Valley de Asia" en Taoyuan, una región de Taiwán. Aunque ha pedido paciencia, se espera que el proyecto sea el catalizador para la transformación del futuro de Taiwán.
De esta forma, se está trabajando ya en un plan para que este lugar sea la nueva zona de alta tecnología del país. Según este proyecto, el nuevo parque industrial tendrá una extensión de 21 hectáreas y estará principalmente orientado hacia el Internet de las cosas, con el objetivo de producir bienes por un valor total de mil millones de dólares al año.
Con este plan, Taiwán quiere seguir siendo un jugador importante en la industria tecnológica del futuro.
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La noticia Cómo Taiwán se ha convertido en una de las potencias líderes en tecnología fue publicada originalmente en Xataka por Weblogs Branded Content Team .
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