Un terremoto de 7,1 de magnitud es el preludio de otros mucho mayores que parten en dos literalmente la tierra que se asienta sobre la Falla de San Andrés, en California (EEUU), destruyendo varias ciudades. No, no te alarmes todavía, ya que se trata de la historia de la que parte 'San Andrés', una nueva película de desastres naturales que hoy llega a los cines españoles. Pero ¿cuánto tiene de real y cuánto tiene de ficción su argumento? ¿Existe alguna posibilidad de que esto ocurra?
La falla de San Andrés
Vista aérea de la falla de San Andrés (Imagen: ikluft)
La corteza del planeta está fragmentada en lo que conocemos como placas tectónicas, bloques de tierra rígida que se desplazan por el manto exterior del planeta. Existen 15 grandes placas (y más de 40 menores) cuyos bordes son zonas de gran actividad sísmica. Ya vimos el caso de Chile por la zona de subducción (una placa penetra bajo otra placa) formada entre la placa de Nazca y la placa Sudamericana.
Si en lugar de hablar de un movimiento vertical (una sobre otra) hablamos de un movimiento en horizontal, y más concretamente cuando dos placas se desplazan de forma lateral en paralelo pero con distintos sentidos, es cuando se generan las zonas de falla transformante. Si bien no generan ni destruyen litosfera, también son fuente habitual de terremotos. San Andrés, en Estados Unidos, es una de las más conocidas gracias a sus más de 1.300 kilómetros de largo.
Como se puede ver en el mapa, la placa del Pacífico (en la parte inferior) está en contacto con la placa Norteamericana (en la parte superior), generándose una zona de contacto. Las placas se rozan lateralmente (las flechas que indican el sentido del movimiento de cada una) y van acumulando energía. "El grado de deslizamiento de las fallas, y por lo tanto del bloqueo, controla el tamaño y el momento en que se producen los grandes terremotos en el sistema", explicaba James Lienkaemper, miembro de la Sociedad Sismológica de América y autor de un estudio sobre cómo se acumula la energía en dicha falla.
En la Falla de San Andrés se rozan lateralmente dos placas tectónicas con un movimiento horizontal. Importante no confundir con las zonas de subducción, donde una placa se "monta" sobre otra en movimiento vertical
Según el propio Lienkaemper, el 60% de la energía en las fallas se libera a través del deslizamiento (entre 0,1 y 25 mm al año) y el 28% queda retenida en las profundidades de la falla. En su investigación, la Sociedad Sismológica de América estima que existen tres fallas en la zona que han acumulado suficiente energía como para producir un terremoto y otra que, por recurrencia media, debería sufrir un terremoto próximamente.
¿Recurrencia sísmica? Sí: un estudio de los terremotos que se han producido históricamente en una determinada zona puede indicar si se espera que se produzca otro terremoto en un futuro cercano. A la expresión matemática que permite calcular esto se le conoce como Ley de Gutenberg-Richter.
En el caso de San Andrés, algunos sismólogos llevan años hablando de lo que se conoce como The Big One, un hipotético megaterremoto de magnitud 8 o superior que azotaría California. El pasado mes de marzo, el Instituto Geológico de EEUU advertía de que el riesgo de que se produzca un terremoto de estas características durante los próximos 30 años había subido del 4,7% de 2008 al 7% de la actualidad. Según esta misma institución, un temblor de estas características en Estados Unidos podría producir 1.800 muertes, 50.000 heridos y más de 200.000 millones de dólares en daños.
Mapa que muestra la posibilidad de que se produzca un gran terremoto (6,7 o superior) durante los próximos 30 años en California
Sin embargo, The Big One sigue siendo un terremoto hipotético. En la actualidad no hay sistemas suficientemente fiables para predecir terremotos con exactitud, aunque para muchos científicos se trata de un terremoto inevitable. No se sabe cuándo pasará, pero sí se sabe que pasará. ¿Por qué? Porque no se han producido terremotos importantes en la zona sur de la Falla de San Andrés en años, con lo que la tensión se está acumulando y llegará un momento en el que se libere de golpe en forma de terremoto.
¿Qué dicen los expertos sobre la película?
Vale, Los Angeles (y en realidad toda California) es una zona de alto riesgo sísmico e incluso parece bastante aceptado dentro de la comunidad científica que en algún momento volverán a sufrir un megaterremoto. Hasta ahí, la realidad coincide bastante con el argumento de la película. Pero ¿y el resto de cosas que vemos en ella? Lo mejor es que primero le eches un vistazo al tráiler para ver de qué va la historia:
En primer lugar, y según los expertos, todas las simulaciones realizadas hasta ahora concluyen que la Falla de San Andrés puede producir terremotos de hasta magnitud 8,3, y no 9 o más como se muestra en la película. La falla no es tan grande ni tan profunda como para acumular tales niveles de energía. Y, aunque parece cosa de unos simples decimales, no lo es: en Earthquake Country Alliance explican cómo un terremoto de magnitud 9,6 sería 90 veces más intenso que un terremoto de 8,3.
Se estima que la Falla de San Andrés puede producir, como mucho, terremotos de magnitud 8,3
Pero ¿un terremoto tan fuerte conseguiría partir una superficie en dos partes separadas, como se muestra en el tráiler y la imagen con la que abríamos este artículo? No. Emel Seyhan, ingeniera especializada en sismología, define el problema en una frase: la grieta es "demasiado larga, demasiado ancha y demasiado profunda". Recordemos que en la Falla de San Andrés las placas se rozan lateralmente, así que no tiene sentido que, de pronto, se separen. No se están moviendo en esa dirección. De hecho, si la falla se abriera así, no habría fricción y, por tanto, tampoco terremoto.
¿Y qué hay del tsunami? Los grandes terremotos pueden ir acompañados de su respectivo maremoto, pero esto ocurre únicamente en zonas de subducción, cuando el terremoto se origina en zonas submarinas. La Falla de San Andrés no es submarina, como apunta Thomas Jordan (director del Centro de Terremotos de California del Sur) y, al ser una falla vertical, no tiene forma de desplazar el océano de arriba a abajo. Además, en la película se ve una gigante ola arrasando el Golden Gate. Por tanto, el tsunami debería alcanzar más de 80 metros de alto, cuando lo normal es que la altura de estos fenómenos no supere, en el peor de los casos, los 15 metros.
Otros detalles mencionados en la película tampoco encajan. Al contrario de lo que allí indican, actualmente no se pueden predecir los terremotos estudiando las señales electromagnéticas. Tiziana Rossetto, profesora de ingeniería de terremotos en el University College London, explica que lo único que se puede hacer por ahora son "estimaciones probabilísticas", es decir, "decir que en los próximos 10 años va a haber un terremoto de cierta magnitud". Y, para llegar a esta conclusión, los sismólogos estudian el histórico de eventos sismológicos de la zona y el propio estado de las fallas locales.
Rossetto también afirma que "el caos y la destrucción están exagerados", algo en lo que también coinciden otros expertos, como el ingeniero estructural Farzad Naeim: "habrá destrucción, derrumbamientos y muertes, pero que se caigan los edificios será muy raro". Especialmente si hablamos de construcciones modernas, que están más preparadas para soportar los temblores. Además, y según la opinión de Thomas Jordan, minimizan otros posibles problemas que sí tendrían mucho protagonismo en un acontecimiento así, como el fuego. Según estimaciones del Instituto Geológico de Estados Unidos, un terremoto de magnitud 8 generaría más de 1.600 focos de fuego tan sólo en Los Angeles.
No todo es negativo: la película logra advertir de los peligros de los terremotos y de la importancia de estar preparados
Obviamente, estamos hablando de una película y prima la espectacularidad y el drama, pero ¿hay algo realista o positivo que se pueda sacar de ella? Lucy Jones, sismóloga del Instituto Geológico de Estados Unidos, comenta en un artículo que lo más creíble de toda la historia es la reacción humana ante el desastre y, además, representa el peligro de los terremotos, muestra la importancia de estar preparados y enseña algunos conceptos básicos (como el famoso "Drop, Cover, Hold On") sobre cómo reaccionar ante ellos. No todo iba a ser negativo, ¿verdad?
En Xataka | El mayor terremoto de la historia: así ha cambiado Chile desde que temblara a magnitud 9,5
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La noticia San Andrés o cómo La Roca no tendría los problemas de la película en la realidad fue publicada originalmente en Xataka por María González .
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